Córdoba - Cádiz
Derbi andaluz para desconectar en pleno puente (Previa)
El Cádiz visita al Córdoba con la tranquilidad de estar virtualmente salvado a falta de cinco jornadas
Gaditanos y cordobeses medirán sus fuerzas en un duelo sin tensión que retratará una temporada insufrible
Cómo y cuándo ver el partido
Roger Martí será el hombre más adelantado del Cádiz.
Derbi por todo lo mediano. Ni frío ni calor. Un tostón, el enésimo, pero el primero de los cinco que quedan por disputarse antes de que esta insufrible Liga para los cadistas acabe a primeros de junio en Oviedo, ciudad, por cierto, de la que es vecino Iván Ania, entrenador del Córdoba y que fue cadista por un año hace ya unos cuantos.
En efecto, el preparador cordobesista vistió los colores del Cádiz CF en la temporada 2005/06, esa que el club gaditano militó en Primera con Víctor Espárrago en el banquillo y que acabó con el descenso a Segunda. En aquel verano del 05, Iván Ania fue uno de los fichajes que realizó Antonio Muñoz, que no reforzó como debía una delantera a la que no llegó Uche, pero sí el Cacique Medina.
Iván Ania iba ya para veterano y no puede decirse que su llegada pusiera como loca a la ilusionada parroquia cadista, sin embargo, no dejó mal recuerdo un futbolista que tuvo muy mala suerte con las lesiones aquel año. De hecho, se partió la clavícula en El Madrigal, estadio donde el linier Rafa Guerrero jorobó la temporada a los cadistas al inventarse unas manos de Medina privando al Cádiz de una victoria que lo encaramaba a puestos europeos y que, más tarde, supuso el principio del fin de aquel equipo al que llegó Lucas Lobos, pero algo tarde como para salvar el descenso.
Pero como el pasado, pasado es, lo que importa ahora es el presente, aunque este no sea muy halagüeño para los aficionados de un equipo que deambula como buenamente puede por una categoría a la que ha regresado de lo más desnortado. Pero este es el momento que toca y esto es lo que hay.
Difícil no aburrirse
Anda centrado Gaizka Garitano en ponerle los cinco sentidos a estas cinco aburridísimas jornadas que le quedan al calendario después de que, la semana pasada y menos mal, su equipo consiguiera la permanencia de manera virtual ante un Sporting tan implicado en el asunto como hoy lo estará el Cádiz. Y es que va a ser muy complicado meterle tensión a estos encuentros cuando ya ha habido muy poquita de ella durante todo el campeonato.
Ni que decir tiene que el entrenador vasco hace lo que tiene que hacer porque le va en el sueldo y porque, también, será su manera de ser. Impecable su discurso, pero trasladarlo a la afición va a ser harto complicado.
Donde sí debe calar su mensaje es en ese vestuario que la práctica totalidad de la hinchada quiere destruir en forma de olvido. No será fácil. Es más, hasta se está hablando de renovar a varios jugadores que cumplen contrato y que con él, ya tarde, deberían cumplir un ciclo de amarillo.
Como es sabido, Garitano tiene un año de contrato por delante y quiere empezar el curso que viene dejando en este que toca a su fin un grato sabor. Le va a ser complicado.
Desde luego que si hay que apuntar a alguien para responsabilizarle del hartazgo que está viviendo el cadismo, el bueno de Gaizka no tendría que ponerse ni en la fila de reconocimiento. Dicho eso, también el vasco se ha dejado llevar por los bandazos que se dan en el club y no supo o no fue capaz, tras resucitar al equipo, de seguir engañándolo para que se creyera que podían seguir haciendo cosas tan imposibles como las que hicieron para salir del pozo donde los dejó Pacolo.
Como era evidente, la cosa fue decayendo y hasta existieron preocupaciones con eso de que se podía repetir un tremendo descalabro como en el año de Baldasano y rematado por Muñoz que terminó en Segunda B. Pero, al final, no. Y no ha sucedido porque la austeridad y responsabilidad de Gaizka Garitano no ha dejado caer una nave a la que le falta timonel.
Con eso y con todo, el técnico vasco está llegando a buen puerto, su puerto, aunque lo hará con las lógicas heridas sufridas a lo largo de una travesía en la que no han faltado todo tipo de obstáculos que le han hecho perder mucho de ese crédito que se fue ganando en sus primeros dos meses.
Por eso, Garitano se esmera en darle formalidad a un mensaje que no ha dominado como debiera, sobre todo en lo relacionado al 'feedback' con sus jugadores, aunque habrá que entenderlo dado que desde la directiva nunca se le ha facilitado su trabajo.
Pero lo mejor de todo para que este Cádiz no se inmolará es que al frente del mismo ha estado un médico de lo más profesional; sieso como pocos en sus intervenciones, pero tan duro y real como la situación demandaba. Y así, a golpe de verdades, este Cádiz estará un año más en Segunda.
Hoy se mide al Córdoba en un derbi donde la templada situación de ambos en la tabla le ha quitado toda la pasión que este tipo de partidos deben entrañar. El once de Garitano se parecerá al que sacó ante un Sporting aunque con la baja por lesión de Chris Ramos, que dejará su lugar a Roger. También es probable la vuelta de Diakité a un equipo que cuenta los partidos que quedan para irse de vacaciones.
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