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¿Cuestión de fe?

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La situación del equipo y la dinámica no invita demasiado a un optimismo que ha decaído con el acicate del mercado de invernal y la falta de revulsivo del relevo en el banquillo

Entrenamiento del Cádiz en El Rosal ccf
Rubén López

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Será cuestión de fe pensar que el Cádiz CF se puede quedar un año más en Primera División porque a día de hoy los argumentos futbolísticos para creer en la salvación del cuadro gaditano son prácticamente inexistentes. Independientemente de la dinámica aterradora del equipo con 20 jornadas sin conocer la victoria y entendiendo que no se conoce equipo reciente que haya logrado salvarse con esa racha de resultados, el conjunto cadista está incluso perdiendo el alma y el sentimiento de cara a conseguir al menos una victoria que rompa la racha.

La derrota del pasado viernes de la Gran Final del Falla fue una gotita más de un vaso que se colmó hace meses realmente. Por tirar de calendario hacía atrás, la derrota del Cádiz en Getafe el pasado 6 de noviembre debió ser un antes y un después en el conjunto cadista. Aquel día, aquella derrota por 1-0 ante un rival que jugó toda la segunda parte debió ser el del cambio de timón en el banquillo, por más que doliera la marcha de Sergio.

En ese partido se vieron síntomas que ahora se han convertido en una enfermedad. Un equipo que bajaba los brazos, que no tenía fuerzas, que era incapaz de generar en ataque, y todo ante un rival directo que jugó con diez jugadores. Por más que durante el mes de diciembre el Cádiz diera sensaciones de recuperación, ni por esas logró sacar los tres puntos adelante. Este ni estando bien ha sido capaz de ganar, ni qué decir tiene que ha perdido cuando no ha estado a un nivel aceptable.

Pensar ya a toro pasado es inútil, pero tras aquel Getafe - Cádiz hubo unos 20 días para preparar el siguiente partido, tiempo de sobra para entender que el cuadro cadista no estaba bien y que la cosa necesitaba un cambio, por más que fuera doloroso por todo lo que Sergio ha hecho por el Cádiz CF.

Desde entonces y hasta ahora, el Cádiz ha sido capaz de empatar varios partidos y sobre todo seguir perdiendo. Y lo peor de todo es que los rivales pasan por encima del Cádiz sin hacer nada del otro jueves. Al Betis le valió con dos goles en el comienzo de cada parte para sacar los tres puntos. Más allá de eso dominó con el marcador a favor ante un equipo que le cuesta sudor y horrores generar una mínima ocasión de peligro.

El Cádiz se muestra en muchos partidos como un equipo que quiere pero no puede, y en cuanto ve que no lo consigue baja los brazos. De ahí que sean muchos los encuentros en los que este equipo no tiene regularidad alguna. Ofrece buenos momentos en los partidos pero son efímeros y encima no le da para siquiera marcar un gol.

El dato es demoledor: Pellegrino aún no sabe lo que es celebrar un gol como entrenador cadista, y si se tiene en cuenta los dos últimos partidos de Sergio, son cinco encuentros y un solo gol a favor, el que marcó Alcaraz de penalti ante el Valencia.

Y a todo lo anterior, hay que unir imágenes lamentables que se vieron en el choque ante el Betis y que dejan una imagen dividida del vestuario cadista, lo que faltaba. El encontronazo entre Kouamé y Escalante en pleno banquillo de Carranza es cuanto menos preocupante. Son aspectos que salen a la luz cuando las cosas van mal, aunque pueda pasar en cualquier equipo.

La diferencia es que ese tipo de situaciones no se ven si la cosa va bien y al final acaban saliendo a la luz si pasa todo lo contrario, y en el caso del Cádiz CF pasó en pleno partido.

El mercado y los jugadores

Por tanto, será entonces ¿cuestión de fe la permanencia del Cádiz? El ambiente de pesimismo que rodea a la afición se ha agigantado tras la derrota en casa frente al Betis y aunque en el club entienden que no hay más remedio que seguir remando, también entienden que la situación es delicada y límite, si es que no lo fuera ya.

Hay jugadores que siguen sin estar, con los que se está trabajando pero que no terminan de dar un paso adelante. Las expectativas con ellos se está bajando incluso lo que está produciendo que el nivel de confianza en la salvación esté ahora mismo por los suelos.

La apuesta en el mercado invernal ha sido eso, una apuesta. Dista muchísimo de los fichajes que el Cádiz CF ha hecho en las tres últimas ventanas invernales estando en Primera División. En aquellas ocasiones los refuerzos fueron notables y se notaron en el campo, de ahí que sea casi inexplicable cómo se ha reforzado el cuadro cadista en el mes de enero. Un conjunto que necesita rendimiento inmediato y que solo trae para esa causa a Juanmi, pues tanto Ousou como Somassekou están por ver lo que pueden ofrecer.

Asimismo, el ansiado revulsivo del cambio de entrenador apenas ha dado para sacar dos empates, ante rivales potentes eso sí, pero para poco más. La situación es tal que viendo el calendario el Cádiz debe sacar adelante como sea lo que tiene por delante, si no quiere que lo que queda de temporada sea muy larga. Osasuna, Celta y Rayo Vallecano asoman al horizonte, tres choques para sacarlos adelante sí o sí, ni los empates valen.

De puertas para fuera el Cádiz debe vender optimismo, pero la realidad es que ahora mismo el pesimismo inunda a un equipo que se centra en el partido del sábado como un salvavidas, si es que aún queda alguno al que agarrarse.

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