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“Venimos a servir y nos llevamos más de lo que ofrecemos”

Rocío Roca y Jaime Escolar son voluntarios de la Asociación de Personas con Diversidad Funcional 'La Gaviota' en El Puerto

Jóvenes voluntarios, tanto de la provincia de Cádiz como del resto del territorio andaluz, colaboran de forma altruista con la Asociación de Personas con Diversidad Funcional 'La Gaviota' todos los veranos. Los usuarios se benefician del Proyecto HidroSport, en la playa de Valdelagrana de El Puerto, que les permite disfrutar de una magnífica jornada estival en un bello ejemplo de integración y convivencia.

En esta ocasión participan Rocío Roca y Jaime Escolar, con 25 y 18 años respectivamente. Son sevillanos, alumnos del colegio jesuita Porta Celis, y realizan diferentes labores de voluntariado a lo largo del año para ofrecer

Rocío comenzó de niña en este tipo de experiencias, participando en las actividades de la orden de la Compañía de Jesús, y ya de adulta sigue fraguando ese compromiso ahora en el equipo de coordinación. Psicóloga de profesión, se reserva varias semanas del verano para cultivar y además el espíritu de servicio y entrega que caracteriza a los jesuitas.

"Hemos elegido este año estar aquí en El Puerto y uno de los sitios que nos ha acogido para prestar nuestro servicio de voluntariado ha sido La Gaviota, hemos tenido esa suerte", reconoce. Como suele suceder en estas actividades, los jóvenes están para ayudar. De la forma que sea necesaria. Lo explica Jaime, que resalta la labor de apoyo a los trabajadores de La Gaviota, "que son los que se encargan de los 'boogies', de los bañistas. Nosotros les acompañar, ayudamos en todo lo que podamos, sobre todo en el tema físico, y para hacerles compañía a los usuarios cuando no les toca el baño", apunta. "Esto va por turnos de llegada porque al final todos a la vez no pueden estar con cuidado en el baño. Así que les hacemos compañía y nos lo pasamos muy bien con ellos".

La fraternidad, la armonía, el trabajo en equipo, son esos términos que abundan sobre la arena de la playa. "Estamos muy unidos", reconoce Jaime. "Estamos todos en el mismo colegio y ese 'buen rollo' se traslada a los bañistas. Al final se consigue crear un vínculo con los usuarios que es indescriptible".

Rocío apunta que "sólo son 15 días de verano que damos gratuitamente, y a cambio recibimos muchísima felicidad al saber que estamos ayudando a estas personas". Forma parte de su formación cristiana, de su aprendizaje. "Es una satisfacción que nos llevamos grandísima y todos los valores que tanto han repetido en el cole, y que nosotros también le repetimos a los niños durante las dinámicas y las reflexiones, son capaces de ponerlos en práctica por la mañana en el voluntariado".

"Vemos que va calando ese mensaje de servicio, de entrega, de amor, de cariño", confiesa la sevillana. Su profesión, además, le otorga muchas herramientas en este voluntariado, "al tener esa escucha activa, cuidado con ciertos usuarios, el cariño, maneras de comunicar también y, sobre todo, el trato, con la atención más especializada".

"Aquí venimos a aplicar todos esos valores que nos han transmitido en el colegio", reconoce Jaime. "Y una cosa que yo me llevo es que, como ha dicho Rocío, nosotros venimos a servir, pero muchas veces nos llevamos más de lo que ofrecemos".

"Me llevo, sobre todo, ese recibimiento de los usuarios. No nos conocen y depositan toda su confianza en nosotros, se abren, nos cuentan su vida y nos quedan esas anécdotas. Vienes a ayudarle, te sientes su amigo y muchas veces eres tú incluso el que sale beneficiado", asegura el joven voluntario.

"La mayoría de los usuarios que se encuentran aquí son ancianos y nos pueden transmitir tanto como les digo, más de lo que podemos ofrecer".

A Rocío le "encantaría en un futuro poder organizar un voluntariado a lo grande junto a ellos". Y es que ya tiene experiencia en la organización, que al final, aunque con su sacrificio, compensa con creces. "En cuanto a la coordinación, en los meses previos tiene mucha organización, llamamos a los voluntarios, tenemos que organizar lo que después hacemos en el cole por las tardes de dinámicas, diaria, oraciones... hay un trabajo de formación también".

"Pero después merece la pena por ver el resultado que tienen ellos. Son preadultos que están en una etapa súper importante en su vida. Ves que les va a servir para pararse, y ser, y pensar, y saber qué personas quieren ser en un futuro. Todo se devuelve en ese sentido", concluye.

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