Una mochila cargada de ilusiones en la vuelta al cole
La Asociación Juniors suma más de 30 años de labor encomiable en el gaditano barrio de la Viña. Es la muleta sobre la que apoyarse, la alternativa necesaria, «la pequeña solución», según su presidenta Manuela Barreiro. «Una pequeña familia» que engloba a todos los vecinos. Se encargan de promocionar la dimensión humana y social de los niños y adolescentes de la ciudad, de favorecer el desarrollo en el contexto en el que se desenvuelven. El botón rojo que se aprieta con un dedo y te echa una mano.
Ha sido un año y medio difícil pues la pandemia suele marcar a estas entidades tan basadas en la relación y la cercanía. «Siempre que pudimos hemos mantenido abierto el centro», pero las restricciones de aforo (seis, diez personas...) provocó un descenso de los niños. También de los voluntarios, ya que el temor a los contactos ha limitado su llegada.
Con el afán de recuperar la ansiada normalidad, este inicio del curso los amigos de Juniors han contado con el respaldo de varias organizaciones. Fundación La Caixa, a través del programa CaixaProinfancia, le ha entregado más de un centenar de kits escolares «con todo lo que necesitan en el colegio y el instituto. Calculadora, cuadernos, bolígrafos, rotuladores, reglas... clave para empezar el curso». Han sido 60 para los alumnos de Bachillerato, 40 de Primaria y 30 de Infantil. «Esta ayuda es muy importante tanto por el material como por la gestión, ya que nosotros no tenemos capacidad para ello. Nos escuchan y siempre están ahí».
La Fundación La Caixa también aporta voluntarios, al igual que el colegio San Felipe Neri o la Universidad de Cádiz, más aquellos que se apuntan por las redes sociales y el ‘boca a boca’. «Los voluntarios son los que logran que esta asociación pueda realizar su labor. Es increíble ver como nuestros jóvenes son tan responsables», asegura Barreiro, que también destaca la actividad de trabajadores sociales, docentes y profesores jubilados.
Gracias a ellos ofertan talleres para los niños del barrio, que van desde los 6 a los 17 años. «Son actividades formativas y educativas: clases de apoyo, inglés divertido, informática, manualidades y artes, concienciación medioambiental, cultura e integración...». Juniors ofrece un sitio para poder participar a aquellos que no se lo pueden permitir, y lo hace de forma gratuita. «Sólo pedimos el compromiso de asistencia por el esfuerzo del voluntario y los gastos de material».
Manuela relata los pormenores de la vida diaria del barrio, «que si antes tenía sus circunstancias, pues ahora son más». Conoce a quien ha perdido su empleo, los que han regresado a casa de sus padres porque no podían pagar la hipoteca, y muchas familias que ven muy complicado afrontar los gastos de educación y formación. «Hay que pagar la luz, el gas, la casa, el agua, que son necesidades básicas». Y los pequeños no pueden carecer de las oportunidades que otros tienen.
Antes de la pandemia contaba con 83 voluntarios, y ahora con 43. Una cifra que se elevará en cuanto vuelva la tranquilidad postpandémica. Ocurre igual con los niños, que son 54 en la actualidad. «En cuando se quite el miedo volveremos a tener todos los servicios».
Manuela Barreiro informa de que la Asociación Juniors «está abierta a todos los que no puedan participar en las actividades de pago». Se vanagloria de la labor de los voluntarios. «Tenemos un taller de voluntariado e intentamos que quien llega se forma para continuar con esta cadena de favores. Es lo más positivo. Un chico que empezó de pequeño y que se quedó colaborando, que conoce perfectamente el entorno, el barrio y sus circunstancias».
El covid ha afectado de manera decisiva «pero salvo en el confinamiento, nunca le he dicho a un niño que no puedo entrar. Y eso es porque los voluntarios siempre han estado dispuestos. Ante cualquier dificultad, su respuesta ha sido clara: ‘vamos p’alante’».
Apoyo académico, social y humano. Cultura del esfuerzo y diversión. «Esto se traduce también a visitas a Juvelandia, Isla Mágica o los campamentos. Los chicos entienden que si responden con compromiso tendrán ese apoyo que necesitan. Unas veces esa ayuda será inmediata, y otras tardará un poco más. Porque esto es un proyecto de familia, de amigo, de vida. Y todo necesita su tiempo».