Julio y el mensaje de sus ojos
La mirada de Julio tiene mucho que decir, muchísimo que contar. Los ojos hablan, poseen su propio lenguaje, y más los de este niño gaditano de apenas ocho años que lleva toda una vida gritando a través de sus pupilas. Clarividentes a veces, enigmáticos otras tantas, necesitan en ocasiones de una traducción sensorial para transmitir la totalidad de su mensaje. Que sus pensamientos alcen el vuelo, viajen por el aire y adquieran forma y fondo. Que alcancen la orilla para que todo cobre sentido.
Su madre, Mirian, la persona que quizás menos lo necesita porque se entienden con un simple gesto, es perfectamente consciente de la importancia de la comunicación entre los seres humanos. Rompe la barrera con el entorno y permite esa conexión mágica. Por ello durante todo este tiempo han trabajado, de la mano de UPACE en San Fernando, para estimular a Julio, con retraso psicomotor desde su nacimiento.
Hace algo más de un año les ofrecían la posibilidad de incorporar este innovador sistema complementario de comunicación. A través de pictogramas, números y palabras puede elaborar preguntas, respuestas y oraciones complejas… con sólo el poder de su mirada. “Cuando nos comentaron la opción nos dio un poco de vértigo”, reconoce su progenitora. “Parecía que era una renuncia a seguir trabajando la vía oral, pero todo lo contrario. Abre una vía alternativa de comunicación y un inmenso abanico de posibilidades. Así que nos embarcamos en esta aventura” que no ha podido ser más provechosa.
Esta aplicación se ha presentado al premio de la Fundación Romper Barreras con el fin de darle visibilidad a este avance tecnológico, que se actualiza de manera vertiginosa apoyado sobre las nuevas tecnologías. “Parece de ciencia ficción”, pero es a su vez una oportunidad “a la que todos deberían tener acceso para el desarrollo en su comunicación”.
Desde que comenzó “Julio fue creando poco a poco numerosos campos semánticos. Ahora fija la mirada y suena su voz”, desvela Mirian. “Pasa del ‘Te quiero mucho’ al ‘estoy incómodo’, del ‘tengo sed’, ‘es suficiente’ a ‘estoy bromeando”, comenta entre risas. “Y es que siempre ha sido un niño muy conectado a su entorno, al que le gusta la comunicación, que le hablen y le cuenten historias”.
Confiesa que “esto va lento, y hay tropiezos, porque es como cuando un niño empieza a hablar por primera vez. Hay balbuceos, frases sin sentidos, frustraciones… hasta que llega un momento mágico en el que esa exploración inicial se traduce en oraciones con sentido”. Noches de aprendizaje y de mucho esfuerzo y trabajo que no hacen más que sacarle una sonrisa. “Julio está encantado. Cuando llegan amigos a casa se pone a hablarles en ‘modo demostración’. Le gusta integrarse en los grupos», escuchar y ser escuchado.
Julio presenta a su familia. A su padre David y a su hermana Carla. A su profesora Merchi. Disfruta jugando con su perrita Nela, leyendo cuentos y tocando música. Y le encanta bromear y sacar una sonrisa a sus seres más queridos. La aplicación le ha permitido dar un salto en el conocimiento pues aprende y se desarrolla a través de los juegos. Pasos lentos, titubeantes al inicio, sólidos después, en este proceloso camino de la superación. En el que Julio todavía no ha dicho su última palabra.