Institutos de Cádiz y Madre Coraje, contra las manifestaciones de odio en sus centros educativos
El IES La Atalaya, de Conil, y el IES José Luis Tejada Peluffo, de El Puerto de Santa María están sumándose, de la mano de Madre Coraje, a la prevención de las manifestaciones y los discursos de odio en sus propios centros. Para ello, y enmarcado en el proyecto de Madre Coraje ‘Centros educativos libres de discurso de odio’ financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional, 40 docentes y representantes del AMPA de ambos centros educativos se han formado para identificar y prevenir junto a su alumnado el ciber bullying, la xenofobia, el racismo, el machismo, el capacitismo y otras formas de discurso de odio. Para ello, están haciendo uso de un material didáctico elaborado especialmente para este proyecto.
Durante los meses de enero y febrero, se han desarrollado 6 sesiones formativas entre ambos centros, que han contado con un alto grado de participación y motivación: “A este curso de formación vengo con ganas, me divierto y encima me sirve para mi alumnado. ¡Es una gozada!”, nos comenta una de las profesoras del IES Tejada. “Considero muy útiles las propuestas y herramientas ofrecidas, en cuanto que son factibles para llevarlas al aula y adaptarlas a distintas situaciones en las que aparece con frecuencia el discurso de odio”, comenta otro profesor del IES La Atalaya.

“Estamos centrándonos en contextualizar el discurso de odio: sus causas, origen, manifestaciones, magnitudes... y sobre todo estamos poniendo en práctica herramientas para su identificación y prevención en las aulas”, explica Bárbara García, Técnica de Educación Transformadora de Madre Coraje. “Los discursos de odio exaltan lo que se presenta como único, lo homogéneo, lo ‘nuestro’, y por otro lado se demoniza, culpabiliza y desprecia lo diferente por raza, etnia, religión…, quien piense de otra manera o venga de otro lugar y también a quienes pertenezcan al grupo de los ‘perdedores’: pobres, insolventes o sobrantes, no normativos…”, añade García.
“Internet y las redes sociales amplifican los mensajes de odio influyendo en la forma de comunicarnos y de interactuar, en especial de las personas jóvenes”, afirma García. “Por todo esto estamos promoviendo en el sistema educativo propuestas para identificar el discurso de odio, para deconstruir pensamientos y narrativas violentas y para desarrollar habilidades para la convivencia plural”, concluye.