«Hay que ser consciente de las capacidades de los usuarios pero intentamos explorar los límites»
Desde un ámbito que nada tiene que ver con la discapacidad llegó Juan Carlos González a Asprodeme para gestionar una situación complicada a nivel económico y laboral hace ahora seis años. González asegura que, aunque la gestión es la misma que la de una empresa cualquiera, Asprodeme le ha cambiado la vida. Desde su puesto intenta innovar y no poner límites a las actividades que realizan. Bajo su gerencia, se están desarrollando nuevos proyectos como la inminente puesta en marcha de una lavandería que servirá para economizar los gastos del centro así como para emplear a algunos usuarios del mismo.
¿Cómo ha evolucionado Asprodeme desde que está al cargo?
Entré en el año 2013 con una situación muy complicada y crítica. Era un problema bastante importante a nivel laboral, económico y me lo planteé como un reto personal. Ahora mismo estamos en un momento de estabilidad. Yo soy abogado y no había trabajado nunca en nada relacionado con la discapacidad y vine por la gestión. Es un trabajo precioso pero a nivel de gestión, es gestión.
¿Cuál es el enfoque de Asprodeme en las actividades para sus usuarios?
En las actividades hay que ser consciente de las capacidades de los propios usuarios pero nosotros intentamos explorar los límites. Por ejemplo, tenemos dos usuarios de la residencia que desde hace un año y medio están montando a caballo. Parecía impensable porque no se desplazan de forma autónoma pero han mejorado su calidad de vida y están mas sonrientes. En esta línea, hacemos artes marciales adaptadas y un Cross adaptado que el año pasado reunió hasta 150 personas con discapacidad intelectual de diferentes entidades. Otro caso es un uno de nuestros chicos que el año pasado fue el primer peregrino en hacer el Camino de Santiago en cama con la ayuda, con Anpehi. Intentamos montar talleres en los que no se encaje a la persona en el taller sino que el taller se acerque a la persona.
¿Y cómo surgió la idea del Camino de Santiago?
Antonio Pedro, fundador de Anpehi, me plantea actividades y yo le digo que sí o que no, aunque por ahora no le he dicho que no porque lo que el me propone siempre encaja con lo que yo quiero. De ahí surge la idea. Él ya lo había hecho con personas con discapacidad y sabíamos que Fernando, el chico que hizo el Camino, estaba en buenas manos porque lo lleva todo al detalle. Hablamos con la tutora legal de Fernando, que es la presidenta de Asprodeme y comprobó que estaba todo muy controlado y que iba a estar en buenas manos.
¿En qué situación cree que está la inserción laboral?
Se ha avanzado mucho pero es complicado. En el taller de rotulación industrial tenemos un grupo de usuarios que están desempeñando su trabajo. Intentamos tener herramientas a nivel formativo y crear talleres para que sepan lo que implica trabajar. Por otro lado, en actividades más ocupacionales se hacen, por ejemplo, abalorios o figuras. El año pasado, hicimos un angelito solidario que aquí en Puerto Real fue una locura y se agotó. En la parte más laboral, el proyecto más inminente es un taller de lavandería que vamos a poner en funcionamiento para la propia entidad y que con la coordinación de un monitor o monitora tendrá a un grupo de personas ahí empleadas según su capacidad de trabajo.
Desde la entidad, ¿qué espera a corto plazo?
Ahora hay una situación que nos afecta a todas las entidades de Andalucía, no solo de discapacidad intelectual y es el convenio que va a entrar en vigor. El convenio colectivo se firma a nivel estatal y como Dependencia es competencia transferida, la Junta de Andalucía es la que hace el pago. A nosotros la Junta no nos sube nada desde 2011 y hemos tenido que ir afrontando los distintos pagos. Como entidad seguimos en ese momento de estabilidad pero hay que ver cómo responde a nivel político la Administración porque si sigue adelante ninguna entidad podremos afrontarlo.
En Asprodeme ¿qué objetivos tiene?
Mantener la estabilidad que tenemos e ir subiendo poco a poco. Mejorar las instalaciones y el servicio que prestamos. Por la situación anterior se prescindieron de servicios que no son obligatorios pero que consideramos que son importantes como la Logopedia. Además del taller de lavandería, nos gustaría montar un invernadero en el centro ocupacional. También queremos crear una sala de fisioterapia en condiciones, tener una buena sala de estimulación cognitiva y una sala de ocio en la residencia de adultos.
Tras seis años dirigiendo la entidad, ¿le ha cambiado algo trabajar en Asprodeme?
Te lo cambia todo. Te cambia la visión de la vida en general porque tienes una idea sobre tú vida, sobre tus problemas, tus obstáculos y que muchas veces son chorradas con los obstáculos que tienen ellos para trabajar o para cualquier actividad. Te ayuda a ponerlo todo en un contexto y verlo con perspectiva. Cuando estás en el día a día y tomas decisiones, te das cuenta de que todo lo que haces, todo lo que luchas, todo lo que te mueves, es para mejorar la calidad de vida de las personas, y la verdad es que te sientes muy realizado. Es un trabajo apasionante. No tiene nada que ver con lo que había hecho hasta entonces, no sé el tiempo que estaré, pero espero estar muchos años.