PROYECTO FINAL DE VIDA Y SOLEDAD

Evitar la soledad en el último momento de la vida

El proyecto comenzó hace dos años en San Fernando impulsado por la Fundación ”la Caixa” y que lleva a cabo el EAPS de Cruz Roja Española

Con la pandemia del coronavirus, hemos sido más conscientes que nunca de cómo la soledad puede agravar aún más este sufrimiento. El miedo, la angustia y el aislamiento que toda la sociedad ha padecido durante los meses de confinamiento la han vivido de manera mucho más acentuada las personas que padecen enfermedades crónicas, y que han pasado los últimos días de sus vidas sin la compañía de sus familiares y seres queridos para evitar el contagio. 

«La sociedad ha sido más consciente de que hay muchas personas que mueren solas» explica Erica Aragón, responsable del programa de Salud de Cruz Roja Española en Cádiz y miembro del Equipo de Apoyo Psicosocial (EAPS) que desarrolla el proyecto 'Final de Vida y Soledad', ofreciendo acompañamiento a personas con enfermedades crónicas que se sienten solas. 

El proyecto echó a andar hace dos años en San Fernando, vinculado al programa “Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas”, impulsado por la Fundación ”la Caixa” y que lleva a cabo el EAPS de Cruz Roja Española. Este equipo EAPS está formado por psicólogos, trabajadores sociales y también por personas voluntarias, que ofrecen apoyo psicosocial y emocional a las personas enfermas y a sus familiares para afrontar el duelo. 

«El papel del voluntariado es fundamental, ya que para estas personas su compañía es muchas veces la única que encuentran a su alrededor en los momentos más duros».  

Desde el inicio de 'Final de Vida y Soledad', hace dos años, el voluntariado de Cruz Roja Española ha acompañado a 85 personas, que se encontraban en situación de soledad, y se han realizado más de 650 acompañamientos. En el último año, más de 43 personas han recibido atención en este proyecto. Con la pandemia, este tipo de acompañamiento se ha visto limitado en los centros sanitarios, pero se ha mantenido en los domicilios, con mayores medidas de seguridad y prevención.

Además de las personas que ya sufrían soledad antes de la pandemia, el equipo EAPS ha ofrecido apoyo psicosocial a muchos pacientes que ahora no han podido estar al lado de sus familiares, debido a las medidas de prevención frente a los contagios. “El proceso de duelo de las familias se hace más complejo, porque además no han podido despedirse de sus seres queridos de manera normal. También ha generado gran ansiedad en los profesionales sanitarios: lo han pasado mal y hemos tenido que intervenir con ellos”, afirma Erica Aragón. 

Apoyo psicosocial y emocional

Además del proyecto 'Final de Vida y Soledad', el EAPS de Cruz Roja Española en Cádiz desarrolla el programa de “Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas”, una iniciativa impulsada por la Fundación ”la Caixa”, con la que se ofrece apoyo psicológico, emocional y social a pacientes, a sus familiares, y a profesionales sanitarios. Este programa comenzó a desarrollarse hace más de una década en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz y ahora está también implantado en el Hospital de Jerez, el Hospital San Carlos de San Fernando y con pacientes del Hospital de Puerto Real, en coordinación con el Servicio Andaluz de Salud. El equipo EAPS ofrece apoyo psicológico durante la enfermedad, así como tras la muerte de los pacientes, acompañando a los familiares en el proceso de duelo.  

En lo que va de año casi 616 personas han recibido atención por parte de este equipo compuesto por profesionales, así como voluntarios y voluntarias formados en las diferentes áreas de intervención que se trabajan. 

Dada la emergencia sanitaria, también el programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas se adaptó a la situación: la atención se ha realizado de manera no presencial con aquellas personas que lo precisaban, logrando estar al lado de ellas en momentos de extrema necesidad. Actualmente la intervención ha vuelto a su carácter presencial tanto los centros hospitalarios como en los domicilios, con todas las medidas sanitarias de protección necesarias para garantizar la seguridad de los usuarios y el equipo. 

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