REPORTAJE

«El trueque funciona más que el dinero porque lo que quiere es tu corazón»

Manoli Barreiro, presidenta de Juniors destaca que funcionan gracias al voluntariado y hace un llamamiento a colaborar en la entidad

«¿Cuánto vale? Una sonrisa». Esa es la respuesta que da Manoli Barreiro, presidenta de la Asociación Juniors, a todas las personas que le preguntan cuánto cuesta participar en las actividades y talleres que ofertan. Con 37 años de trayectoria a sus espaldas, Juniors se ha convertido en un referente para los niños y niñas en el Barrio de la Viña de Cádiz.

Pero si por algo destaca esta Asociación es que funciona gracias a las personas y a su voluntariado.  Barreiro explica que «si por algo se caracteriza Juniors es por la voluntariedad en todas sus facetas». En este sentido, «todo es gratis pero todos tenemos algo que dar de forma voluntaria. Los padres y madres por ejemplo limpian el local o nos ayudan en informática o a poner la luz. Todo es trueque. Nos encanta esa palabra, todo se siente útil y todo puede dar su granito. El trueque funciona más que el dinero porque el trueque lo que quiere es tu corazón y la gente cuando ve un corazón da más y más, de verdad».

El objetivo de Juniors es claro: ayudar y acompañar conjuntamente con las familias a los niños y niñas del entorno tanto educativo como familiar. Desde allí intentan «compensar la desigualdad de oportunidades que hay hoy en día, más después de grandes crisis y ahora con una pandemia».  «También intentamos promocionar las dimensiones humanas y sociales del niño y de la niña, educar en valores básicos y el trabajo en equipo, ofrecer una alternativa social, cultural, educativa, que sea ameno y que se queden porque les gusta lo que hacen», añade Barreiro.

Para esta entidad del Barrio de la Viña hay que centrarse en crear un «proyecto de una vida» para estos niños y niñas gaditanos «que entren en una entidad y dejarla abierta para siempre». En esta línea, la presidenta de la entidad considera que «a veces un proyecto de vida un niño resulta donde un niño tener un sitio de formarse y tener las mismas oportunidades que todo el mundo, quitando un poco las desigualdades». «Ellos se merecen tener un sitio donde ir donde no se preocupen por el dinero ni por los materiales».

Las actividades no se limitan al ocio. De hecho, una de las que más resultados está dando son las clases de refuerzo escolar. «A mí me ha sorprendido, en el momento en el que a los chavales les das los medios, aprueban, en el que no, catean», comenta Barreiro respecto a luna de las clases de Matemáticas que está ofreciendo un voluntario de LaCaixa y que era muy difícil de conseguir este tipo de actividad para un curso como segundo de bachillerato. Otra faceta más juvenil, la aportan los voluntarios que proceden del Colegio San Felipe Neri, un apoyo incondicional cada año, que en esta ocasión también se ha visto reducido a causa del Covid-19. Al ser de edades parecidas entre voluntarios y usuarios «con ellos era una cosa especial y tenían muchísima química y se han divertido estudiando».

Pero no todo es estudiar. Cuando cumplen con sus objetivos, estos peques también reciben ‘premios’ y han ido a a Islamágica o Juvelandia, gracias a la financiación de otras entidades. Ahora mismo y gracias a LaCaixa van a hacer ‘El Árbol de los Sueños’. A través de esta iniciativa cada niño o niña escribirá su carta de navidad y recibirá uno de los regalos que ha pedido. 

Llamada al voluntariado

Aunque la situación es preocupante, Barreiro se muestra positiva y buscando una fórmula para reinventarse y sacar todos los proyectos posibles adelante. Con el voluntariado como base de su funcionamiento abre la puerta a todas las personas que tengan algo que aportar, que acudan a la entidad. Teatro, informática, clases de apoyo, música…cualquier taller que propongan es bienvenido siempre y cuando se ajuste a los valores que inculcan en los menores del Barrio. 

En el curso pasado, Juniors atendió a 83 menores del Barrio de la Viña de entre 5 y 18 años.  Este año llegará tan solo a los 50. El Covid-19 y las restricciones están haciendo mella en el desarrollo diario de una entidad que no ha cerrado jamás las puertas a nadie. «Es la primera vez en mi vida que le pongo un tope», comenta la presidenta de Juniors. «Las medidas están afectando muchísimo, te puedo decir que un 95%. Tengo que pensar en el voluntario, la ley, el Covid, que haya seis niños y un voluntario nada más…¡no sé ni cómo se hace eso!». «La pandemia se ha cargado económicamente a muchísimas familias de los niños del Juniors y no puedo paralizar Juniors», comenta.

Por ello, el Juniors está abriendo la puerta a la colaboración de los colegios de la ciudad, como hace el colegio San Felipe Neri desde hace años, para que el voluntariado en Juniors sea una actividad extracurricular que ofrezcan los propios centros educativos. 

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