‘El poder de una sonrisa’ arranca su campaña de recogida de juguetes y pulseras solidarias
Si los niños tienen demasiados juguetes empeora su capacidad de atención ya que no aprenden a apreciar el juguete que tienen delante. Pero ¿qué sucede si no pueden acceder a ellos?
Manolo puede dar testimonio de lo duro que es vivir las Navidades desde la carencia. Viendo anuncios de juguetes que nunca podía tener y rodeado de niños colmados de muñecos y regalos con los que él solo podía soñar.
Los juguetes forman parte de un desarrollo saludable del niño porque mediante las actividades lúdicas los niños aprenden a conocer su entorno y desarrollan sus habilidades. El juego es importante en el crecimiento y la educación porque facilita las relaciones con otras personas y permite establecer los primeros vínculos emocionales. Sin embargo, en la actualidad, 2’4 millones de niños viven por debajo del umbral de la pobreza en España, una situación que atraviesan también el 29% de los menores de 18 años, según el estudio ‘Dinámica de la pobreza multidimensional en España’, elaborado por el Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”.
Explica Manolo, –sin entrar en demasiados detalles–, que su hermano y él perdieron a su madre, una mujer víctima de la violencia de género, siendo muy jóvenes. Su padre, un hombre ausente, dejó en manos de los abuelos la crianza de sus hijos. «Cuando tenía 14 años, mi abuelo sufrió varias trombosis y mi hermano y yo decidimos que teníamos que cuidarlo. Pasamos largas temporadas en el hospital y ahí me di cuenta de lo duro que es, del sufrimiento de los enfermos y también del de los familiares. Ahí fui consciente de lo importante que es tener una mano amiga, un apoyo».
Manolo reconoce que fue un proceso duro, que en muchas ocasiones sintió tocar fondo, pero también fue una experiencia transformadora. «Elegí no estar triste, cambiar el chip y devolver lo bueno que recibí ayudando a los demás». Comenzó visitando a enfermos en el hospital y les llevaba un ‘detallito’. Al ver la «gran repercusión» de lo que él consideraba un «pequeño gesto» quedó atrapado por una tela de araña que le empujaba a seguir realizando acciones altruistas para hacer felices a los demás. Y empezó a disfrazarse para visitar a niños hospitalizados para devolverles, por unas horas, a su infancia de juegos y risas.
Paradójicamente, el súper héroe gaditano cree que «el privilegio real es poder ayudar a niños hospitalizados y a sus familias» y es por ello que insiste siempre en permanecer en el anonimato: «No enseño mi rostro porque mis proyectos se hacen realidad con la ayuda de todos los que participan. Todos los que colaboran tienen importancia. Es una iniciativa coral de la gente de Cádiz y es obra de todos».
Manolo lleva recogiendo y repartiendo juguetes desde 2007. Antes almacenaba todas las donaciones en el salón de su casa pero reconoce era una locura porque ha llegado a llenar un camión entero. Ahora los almacena en el local de la asociación de vecinos de Fuerte de San Lorenzo Puntales que ya ha colaborado con este súper héroe en más de una ocasión.
Puntales y Drago
Puede que nuestros mayores peinen canas pero siguen manteniendo la misma ilusión que los pequeños. O más. Por este motivo, la asociación de vecinos del barrio de Puntales participa activamente en la campaña de recogida de juguetes usados.
Los mayores se reúnen en la asociación por las tardes y colaboran dando una segunda vida a los juguetes que se van entregando en la asociación. Los limpian, los ordenan y los dejan en perfecto estado de revista para que vuelvan a ilusionar a otro niño esta Navidad.
En esta iniciativa solidaria están volcados tanto Manolo como el Instituto Drago que se ha sumado a la campaña de ‘El Poder de una Sonrisa’ para colaborar en la recogida de juguetes usados del 11 al 22 de diciembre. Así, todas las personas que quieran aportar su granito de arena pueden acercarse hasta el instituto para donar juguetes. La iniciativa navideña tiene un doble objetivo ya que facilita la sensibilización y la educación en valores ya que los estudiantes se acercan a otras realidades de niños con menos recursos y además les convierte en una parte activa del cambio.
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«En el instituto potenciamos en voluntariado dentro de los proyectos ‘El laberinto de las emociones’ y ‘Los súper poderes del Drago’. Queremos hacerles partícipes y porque así se implican más y sienten que ellos también son una parte necesaria. Al tiempo que se fomenta la solidaridad con otros niños también hay un acercamiento a nuestros mayores», explica la profesora Olga Valiente.
Pulseras solidarias 'El poder de una sonrisa'
Las pulseras se pueden conseguir en Zona Chip (Av. Cayetano del Toro, 27) y en El Columpio (Avenida Periodista Beatriz Cienfuegos, 18). «Las personas que quieran ayudar para que el máximo de niños posible tenga su juguete en Navidad pueden dar su donativo y si conseguimos el objetivo de que todas las pulseras se adquieran podremos ayudar a 20 niños».
Además también se puede colaborar haciendo aportaciones mediante Pay-pal en la página de Instagram ‘Asociacionelpoderdeunasonrisa’ ya que todo el dinero recaudado se transformará en crédito para regalos de la juguetería gaditana ‘El Columpio’.