El canto de Alondra vuelve a renacer

La artista hispano-cubana, ciega a causa de una enfermedad, retoma su carrera musical. "Que se sepa que ha cantado Alondra"

El sonido de la alondra es melodía frente al ruido. Su vuelo es resistencia ante los embates del viento. Su presencia es luz en la oscuridad. Sobre sus alas invisibles navega Mirtza, la cantante hispano-cubana que reparte suerte en su barrio puertorrealeño y regala mucho más que premios millonarios. Vendedora de la ONCE, maestra de profesión y vocación, vuelve a renacer como el ave mitológico, recupera para todos esa voz que nunca perdió.

Alondra es un pseudónimo que se ha convertido en nombre artístico. "Guarda muchos motivos simbólicos", relata su propietaria. "Me encantan las aves y asocio el vuelo de los pájaros al vuelo de los sueños: de gran alcance, altura y resistente". Además, !el número 7 ha marcado los cambios en mi vida, y esta palabra tiene siete letras". Amante de la Cábala y la numerología, "sumando las cifras de cada letra dan un resultados que representa mi labor, mis inclinaciones artísticas".

"La alondra puede imitar el canto de otras aves", continúa esta cubana con ascendencia española, que cambió La Habana por Puerto Real "el 18 de mayo de 2018". Era un anhelo largamente forjado, de complejo deslazado. "Durante muchos años, en mi vida siempre quise trasladarme a España, pero por cuestiones personales y profesionales no pude hacerlo antes". La vida fue marcando opciones y ella escogiendo en cada instante. "Conocí en Cuba a un matrimonio, ella cubana y él español, con serios problemas visuales. Me empezó a hablar de la ONCE de que me viniera a este país, de que me afiliara... Con mucha insistencia. Llegamos a una estrecha comunión entre todos y cuando surgió dije: 'me voy a Cádiz'. Aquí comenzaría una nueva vida personal y profesional".

Porque Mirtza, Alondra, es ciega. No de nacimiento, sino que fue perdiendo la vista con el tiempo hasta quedar en absoluta penumbra. "Nací con catarata bilateral, una patología oftalmológica. Debido a que recibí muchas intervenciones quirúrgicas, toda esa cantidad de operaciones redundaron en la generación de un glaucoma secundario bilateral. Más adelante tuve la reacción adversa de un colirio hipotensor que me provocó un desprendimiento de retina en embudo que originó la ceguera en un ojo. No se podía operar. Al forzar el otro, se me deterioró con el glaucoma y me quedé ciega total". Ordena las palabras, les imprime una organización cronológica que aleja de cualquier atisbo de conmiseración. Ni la busca y por tanto ni la debe encontrar, pues "recuperar la vista no está entre mis prioridades. Tengo otros objetivos. Ser ciega me ha traído muchas cosas buenas".

Le ha traído compañeros que son amigos, amigos que son familia. Y nunca le ha frenado en su empeño por desarrollar su vocación artística, su inclinación musical. En las próximas fechas 'redebuta' con un concierto en el que destapará "mi esencia romántica y personal, y mis secretos artísticos que compartiré en el espectáculo. Pienso conectar con los aficionados en lo espiritual, en lo energético, en lo esencial. Que puedan ver ¿qué hay detrás de mí?". Un evento para sentir con el alma abierta y los ojos bien cerrados.

Porque para cantar, "primero hay que conocer bien la letra, estudiarla, hacerla propia. Sentirla como si fuera tuya. Trasladarte a esa composición, sentir lo que esa persona ha sentido. Y después hacer tu propio arreglo interpretativo, para que no te comparen con nadie. Crear tu personalidad propia. Finalmente hay que acoplarla, a la instrumentación... cuando comulgas con todo se produce la simbiosis que hace que marques la diferencia".

"En todo lo que he contado no he mencionado los ojos". Así es.

Cantante de éxito en su Cuba natal

Mirtza renace porque ya era una gran intérprete reconocida en su Cuba natal. Licenciada en Educación Musical, aparte de la docencia participaba en la compañía profesional Antonio María Romeu "e integré el catálogo de la sección de música de UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba). Cantaba en festivales, eventos, de cualquier índole... incluso fui invitada a Guayaquil (Ecuador) a un festival de boleros".

Todo ello quedó en 'Stand by', sumido en un agujero temporal, al establecer en este nuevo país. Se para "cuando me traslado a España a vivir. Empiezo de cero. Había que garantizar aspectos de tipo pragmático, existencial y objetivo. Los artistas tenemos esa dosis de sueño y fantasía, de volar sobre las nubes, pero debemos estar respaldados de manera existencial", confiesa.

"Mi deseo era recomenzarla y en ello estamos".

"Regularicé mi situación en España, la mía y la de mi madre, que se vino conmigo. Soy licenciada en Educación Musical así que intenté buscar opciones de empleo relacionadas con el magisterio. Fue complejo porque el plan de estudio de Cuba y el de España no son compatibles, así que no se aprobó la homologación. Por lo que decidí optar por la venta de lotería en Puerto Real".

Una singladura que alterna claros y tormentas. Y que pese a todo no le han hecho desviar su rumbo, pues el destino estaba marcado.

En su futura cita confía en que los asistentes recuerden su regreso, la actuación, "como un momento inédito, porque así será. Esencialmente es un concierto romántico. Con baladas, boleros, canciones y unas representación del género zarzuela. Cantaré cuatro canciones en cuatro idiomas diferentes, ya que amo todas las lenguas, y lo haré junto al pianista Miguel Torrecillas". Sus influencias, inmejorables. "De los cubanos, Sillvio Rodríguez, Pablo Milanés, Israel Rojas... de los españoles, José Luis Perales, Vanesa Martín, Joaquín Sabina, Manuel Carrasco, Alejandro Sanz...".

Una mujer con tanta sensibilidad, con su profundo mundo interior, con su exquisita delicadeza y su magnífica transmisión, tiene mucho que decir. "De momento soy intérprete, pero me gusta hacerlo de una manera diferente y personal, que no se parezca a nadie. Que se sepa siempre que ha cantado la alondra".

"Siento Cádiz como mi propio cuerpo y existencia"

Su ceguera le ha permitido desarrollar los otros sentidos, "voluntaria e inconscientemente. Porque genéticamente estamos diseñados para tener los cinco sentidos. Si perdemos uno, intentamos equilibrar fortaleciendo el resto que ha quedado sin afección. Luego, espiritual y enérgicamente me he desarrollado para percibir el mundo de otra manera".

¿Y cómo sientes Cádiz?

"Como si fuera parte de mi propio cuerpo y existencia. De siempre me gusta percibir todo lo que me rodea con calma: paladear, oler, experimentar... dicen que es muy parecida a La Habana. Y tanto. El gaditano siempre está contento, siempre cantando, inventando músicas, participando en eventos culturales, y me ha enriquecido en mi carrera musical. Cuando me pongo en comunión con Cádiz, la hago parte de mi vida y la siento".

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