ENTREVISTA

«Durante el confinamiento el vínculo entre la familia y el niño o niña se ha reforzado mucho»

Tamara Ramos es responsable de Asuntos Sociales en ONCE Cádiz y Ceuta

Desde que se inició el estado de alarma, en la ONCE Cádiz se creó un equipo de atención para dar respuesta a las necesidades de los 2763 afiliados. Tamara Ramos, responsable de Asuntos Sociales de la entidad en Cádiz y Ceuta explica que se están prestando servicios que van desde la atención psicosocial a propuestas de ocio para que los más pequeños apenas noten el confinamiento con actividades de cocina o cuenta cuentos. Asimismo, desde la ONCE, solicitan la colaboración ciudadana para ayudar a las personas ciegas

¿Cómo os habéis organizado en la ONCE en Cádiz para dar servicio a vuestros afiliados durante la cuarentena?

Generamos un equipo de atención básica conformado por los trabajadores sociales, psicólogos, instructores tiflotécnicos -que ayudan al acceso a la información y adaptación del medio telemático- y un servicio de voluntariado. También continúa el equipo educativo en activo con maestros que atienden a todo nuestro alumnado. Los equipos profesionales estamos llamando continuamente a todos y cada uno de los 2763 afiliados para ver qué necesitan y cómo están. Si antes éramos equipo, ahora la gente está sacando lo mejor de si misma. Se trabaja a destajo, no hay un límite. No sé si será por el confinamiento pero la gente está súper unida.

¿Qué adaptaciones ha habido que hacer entre los más pequeños?

Los maestros han establecido las necesidades del alumno y si necesita una adaptación la solicita. Nosotros utilizamos programas que son parlantes y no funcionamos con ratón, lo hacemos con comandos de teclado por el hecho de no ver la pantalla. En caso de necesitarlo, el instructor tiflotécnico es el que lo instala y lo explica. Los alumnos continuan su curso académico con el currículum y contenidos adaptados. Por ejemplo, si hay un niño con unos apuntes en tinta y necesita transcribirlo al braille, el maestro con las impresoras se lo transcribe o se hace de forma telemática. Para infantil se han adaptado cuentos, texturas u objetos en 3D. Se usa mucho la audiodescripción. Un punto importante ha sido la implicación con las familias. Ahora se están empapando y se les está implicando mucho para que entre el alumno y las familias le adapten las cosas a los niños. El vínculo entre la familia y el niño o niña se ha reforzado mucho.

Además, para los más pequeños proponéis muchas actividades lúdicas.

Sí, los maestros están haciendo actividades complementarias para que se evadan del confinamiento. ¡Está saliendo un talento brutal! Hay maestras que se han puesto a hacer recetas de cocina para que lo hagan luego con sus familias. Luego por Whatsapp les mandan las fotos de cómo ha quedado el plato. Al tener esos grupos en el que están todas las familias se van retroalimentando y animando. Otra cosa que hacen es leer cuentos por las noches. Dos maestras leen los cuentos, les meten canciones, textos subtitulados o imágenes. Todos los días a las 21.00 horas les mandan los cuentos y los niños se vuelven locos. Esa actividad es la que más está gustando. A veces cuentan cuentos entre todos a través del grupo y cada alumno tiene su parte de la historia ¡Te mueres de la risa! Hay actividades de plástica y manualidades. Nosotros utilizamos mucho el tacto. Los niños están súper emocionados y muy ilusionados. No están cayendo en que están confinados.

¿Qué servicios estáis ofreciendo desde ONCE a los usuarios adultos?

La mayor parte de nuestro colectivo es mayor. Desde el equipo de atención le hemos dado mucha importancia a trabajadores sociales, psicólogos, estructura tiflotécnica y voluntariado. Lo primero que hicimos fue ver todo el listado de personas vulnerables y solas. Como ahora todo se ha vuelto telemático, al principio era como frío porque estamos acostumbrados al contacto diario. Establecimos un servicio de necesidades básicas y un servicio de acompañamiento telefónico, hay voluntarios que llaman a estos afiliados para hablar. Los psicólogos dan apoyo psicosocial por vía telemática y han establecido unas pautas específicas para personas con discapacidad visual o ceguera. Seguimos con las prestaciones y ayudas. No se ha mermado nada. Además, cuentan con una oferta de ocio y cultura. La monitora de yoga que venía dando sus clases, ahora lo hace a través de Zoom. La clase de yoga es autodescrita para personas que no ven. Tienen un club de lectura. Todos los meses se leen un libro y mensualmente se reúnen para hablar de él, ahora se hace a través de audios.

Con el comienzo de la desescalada y la vuelta a una vida más normalizada, habéis pedido colaboración ciudadana para ayudar a las personas ciegas en la calle.

Cualquiera que salga a la calle con una venda en los ojos va a entender perfectamente que la gente pasa a tu alrededor pero no sabes si la persona que viene de frente está a un metro, a dos, si pasa cerca o no. La persona ciega cuando va con perro o con bastón, va con el recorrido aprendido. El ciego por ejemplo sabe llegar a la farmacia pero al llegar no sabe si hay una, dos o o 10 personas en la calle o en la cola esperando. Entonces, se le pide a la sociedad que nos ayuden en eso, que cuando llegue a la farmacia indiquen que me tengo que colocar unos pasos para atrás a la derecha o a la izquierda y tengan esa consideración con nosotros, que es por desconocimiento. Por ejemplo, si yo no puedo leer la etiqueta de un champú y yo me quiero comprar, a lo mejor para saber cual es tengo que coger dos o tres y estoy tocando varios productos entonces pues si me ayudan en el supermercado para indicarme de manera correcta, no tendría que estar tocando toda la estantería.

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