“Sin hogar, pero con sueños”: Cáritas llama a construir comunidad frente al sinhogarismo

La entidad reclama políticas públicas eficaces y una red social que acompañe a quienes se ven privados de una vivienda digna

Un año más, Cáritas constata el aumento de la vulnerabilidad de muchas personas y familias que no pueden acceder a su derecho a una vivienda digna y adecuada. Ante ello, en esta ocasión la entidad lanza su campaña con el lema “Sin hogar, pero con sueños”.

En esta ocasión, pone el foco en cómo la falta de un techo les obliga a afrontar a diario una serie de obstáculos que impiden su integración plena en la
sociedad, tales como la falta de intimidad, los problemas de salud física y
mental, las dificultades de acceso a un trabajo decente o a una vivienda
adecuada e incluso trabas para acceder a los trámites de la administración
pública.

Según los datos adelantados del IX Informe FOESSA, que se presentará a
inicios de este mes de noviembre, tres millones de personas (6,3%) en
España utiliza ya formas precarias de tenencia de la vivienda (facilitada
gratuitamente por otras personas o instituciones, realquilada, ocupada
ilegalmente o con aviso de desahucio) y 3,4 millones de personas (7%)
sufren condiciones de hacinamiento.

De este modo, en un contexto en el que las situaciones de exclusión continúan siendo severas, también se observa que el sistema de atención a la salud mental continúa siendo muy deficiente y que la garantía de ingresos mínimos supone un laberinto burocrático para las personas, lo que impide un proceso de mejora de su situación. Asimismo, continúa el aumento de los plazos relativos a la gestión de plazas para mayores por exclusión y de la propia gestión de la dependencia y cabe destacar que es especialmente grave la situación de exclusión de las personas migrantes en situación irregular.
Sin embargo, cabe destacar que las personas sin hogar no solo necesitan
derechos garantizados, sino también vínculos y por ello, la campaña lanza

una propuesta a la necesidad de potenciar una red invisible en una comunidad
que se atreve a mirar, a acercarse, a sostener. Y es que, aunque no tienen
una casa, un lugar que les pertenezca, un techo, un hogar, sí tienen
sueños, esperanzas y metas. Ante ello, Cáritas hace hincapié en la necesidad
de continuar interpelando a las administraciones públicas, garantes de los
derechos humanos, y al resto de la sociedad acerca de la realidad que está
viviendo este colectivo.

A nivel Diocesano

Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez acompañó durante el pasado año 2024
a 609 personas sin hogar y sin techo con una inversión de más de 117.000
euros. Concretamente través del recurso del Centro de Día “El Salvador” se
llevó a cabo un acompañamiento integral y continuado a 97 personas. En
cuanto al perfil de las personas participantes, se observa que en su mayoría
es hombre (82%), aunque sí se observa un incremento del perfil femenino,
con edad de 26 a 35 años (37%), de nacionalidad extranjera
(69%), soltero (71%) y con estudios primarios (39%).
Actualmente, además de este recurso diurno para personas en situación de
sinhogarismo, Cáritas Diocesana ofrece un alojamiento digno a las personas
participantes, ya que cuenta con 3 viviendas de autonomía, entendiendo que
una persona puede iniciar un proceso de desarrollo personal, si tiene cubierta
esta necesidad básica primaria.
Asimismo, a través de la acogida de las Cáritas parroquiales, la entidad ofreció
respuesta en el ámbito de la vivienda a 512 personas, tanto en lo referente
a pago de alquileres e hipotecas como de suministros e incluso mejoras y
acondicionamiento en domicilios para poner freno a situaciones de
infravivienda.

Lectura del Manifiesto en la Plaza del Arenal

Dentro de los actos programados dentro de la campaña de personas sin
hogar, se ha leído un manifiesto en la plaza del Arenal de Jerez por
parte de participantes del centro de día “El Salvador”.

En dicho manifiesto, se ha puesto el foco en la importancia de que “toda persona tenga garantizado su derecho a un nivel de vida digno” ya que “ellas y ellos también sueñan. Sueñan con crear un hogar, con tener reconocimiento, con pertenecer. Sueñan con que sus derechos no se esfumen al perder una vivienda. Con que sus emociones no sean invisibles. Con que la esperanza no se desvanezca”.

Además, en este acto, también se ha hecho hincapié en que “queremos invitarte a detenerte, a mirar de cerca estas realidades que muchas veces se
esconden detrás del prejuicio o la indiferencia. A acercarte, a implicarte, a
construir comunidad. A actuar, porque el sinhogarismo no es un problema individual, sino colectivo. Porque el cambio comienza cuando soñamos juntas y juntos”.

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