REPORTAJE

«Atendemos a personas que no habían hecho uso de los recursos sociales nunca»

La pandemia obligó a las Hermanas a cerrar las puertas del comedor de María Arteaga, pero no sus servicios.

Han pasado más de 32 años desde que en marzo de 1989 las Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl pusiesen en marcha el comedor social Virgen Poderosa en el 23 de la calle María Arteaga de Cádiz. Desde entonces y hasta que llegó la pandemia del Covid-19 en marzo del 2020, sus puertas se abrían cada día para recibir a aquellas personas que buscaban un plato de comida. Una situación que cambió forzosamente y obligó a las Hermanas a cerrar las puertas de su comedor, pero no sus servicios.

Si bien, lo que comenzó como un servicio a una de las necesidades más básicas del ser humano como es la alimentación, ha ido ampliando sus servicios para dar respuesta a las necesidades que han ido surgiendo.  La trabajadora social del comedor Virgen Poderosa, Lucía Reinado, recuerda que las Hermanas «empezaron dando el almuerzo, después abrieron una ropería para atender a las personas y familias dándoles el vestuario que necesitaban, de higiene, calzado. Y hará unos 10 años se empezó también a realizar la atención social». «Comenzó con la atención de necesidades básicas puras y duras y ha ido evolucionando hasta atender las necesidades de promoción de la persona», explica. 

Una de las Hermanas entrega un pack de comida a las puertas del comedor, cerrado a causa del Covid-19

La pandemia, ha golpeado más fuerte a las personas con menos recursos. En el comedor de María Arteaga antes del Covid-19 se recibía diariamente alrededor de 85 personas, un número que llegó a ascender hasta las 130 personas en los meses más duros de confinamiento. En estos momentos, comenta Reinado «estamos atendiendo a unas 110-115 personas diariamente». Pese a la bajada respecto a meses anteriores, las atenciones superan a las anteriores a la pandemia.  «Esta situación ha afectado a personas que no habían tenido que hacer uso de los recursos sociales nunca, familias que han visto sus ingresos reducidos de forma repentina y no han podido hacer frente a todos los pagos de recibos, alimentación y han tenido que recurrir a recursos sociales a los que antes no iban. Estamos atendiendo a una población a la que antes no atendíamos, sobre todo en familias», afirma Reinado.

En la actualidad, «se mantiene el comedor cerrado. Damos la comida en puerta para llevar en forma de picnic con su primer y segundo plato, pan, bebida, postre y un bocadillo. Ese servicio se complementa con el servicio de apoyo a familias que lo que hacemos es ofrecerles una vez al mes alimentos en crudo para que lo cocinen en casa. Ese servicio es para las familias que tienen menores y los alimentos que les preparamos están enfocados también para atender los desayunos que tienen que llevar al cole» señala la trabajadora social.

Y, aunque el voluntariado es una pieza clave de esta entidad, está inactivo. «Son personas mayores y con el Covid-19 este servicio de voluntariado se ha paralizado porque por edad todos son personas de riesgo. Estamos con vistas a recuperarlo pero cuando la campaña de vacunación esté más avanzada. Las funciones del voluntariado las han suplido las Hermanas. La comunidad ahora mismo es de ocho Hermanas, todas mayores de 80 años menos la Madre Superiora que es la más joven», concluye. 

Red de Comedores con Alma

El comedor social Virgen Poderosa de María Arteaga se integra en la red de “Comedores con Alma”, que sólo en la zona de la Bahía de Cádiz entrega casi 600 comidas cada día a familias que carecen de los ingresos necesarios para cubrir la alimentación básica de sus miembros. Al inicio de la crisis sanitaria, desde CaixaBank se decidió reforzar el apoyo a los comedores sociales con los que colabora a través de la aportación económica de la Fundación “la Caixa”. Muchos de estos comedores han tenido que readaptar su labor diaria mediante el incremento de entregas a domicilio y reparto de alimentos en las puertas de los comedores, dado que se han mantenido cerrados al público para evitar contagios, como es el caso del de María Arteaga.

Asimismo, la entidad ha reforzado la labor de los de Comedores con Alma con la puesta en marcha de la campaña ‘Ningún Hogar sin Alimentos’. A través de la página de Caixabank se pueden realizar donaciones que van directas a los Bancos de Alimentos que a su vez reparten los productos entre las entidades locales.

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