Una lavandería inclusiva en el corazón de Puerto Real
A medida que pasan los años se nos hace más difícil enfrentarnos a los cambios. La tecnología, que avanza y se reinventa a pasos agigantados, también genera inseguridades. Desde su lado amable facilita las tareas del día a día pero cuando encaramos su uso desde el desconocimiento, en muchas ocasiones, nos abruma. Lo nuevo impone respeto y da cierto vértigo.
Jorge, Paco y José Luis, sin embargo, se enfrentan al reto de trabajar en una lavandería profesional con la ilusión de quien sabe que ante sí se abre una puerta a la inclusión. Una posibilidad real de participar de modo activo en el mundo laboral y de hacerlo en igualdad de condiciones que todos. Quizás por ello, las grandes máquinas de lavado con sus paneles de programación no les achantan. Llevan días observando con curiosidad y esperanza cómo las instalaciones de la Fundación Asprodeme en Puerto Real van modificando su fisonomía para acoger la lavandería que ocupará una amplia y diáfana habitación en el recinto, muy cerca del patio. Las enormes lavadoras y secadoras industriales ya han llegado. Los productos de limpieza también han recibido acomodo y permanecen ordenados en una de las secciones de la habitación. Las máquinas relucen inmaculadas a la espera de entrar en funcionamiento mientras se terminan de ultimar los detalles. A pocos metros, en una dependencia anexa y comunicada con un pasillo, estará la zona de planchado que aunque ya está definida aún tiene pendiente finalizar la obra.
La entrada en funcionamiento es inminente y los monitores se afanan con las últimas evaluaciones que determinarán quienes serán lo más indicados para trabajar en esta lavandería destinada a desarrollar habilidades psicomotrices y cognitivas de los usuarios del centro.
Paco, Jorge y José Luis, del centro ocupacional, aseguran que darán lo mejor de sí mismos si finalmente realizan este taller. Siempre se involucran en las actividades con ilusión y su buen humor es contagioso pero b sentirse útiles y tener unos objetivos que les permitan crecer y sentirse realizados. «Cada usuario tiene unas necesidades concretas y unas competencias que tratamos de fomentar mientras les enseñamos nuevas destrezas», remarcan desde Asprodeme. Así, mientras algunos se dedicarán a clasificar la ropa, otros la doblarán o se ocuparán de ordenar utensilios y productos. «La idea es que los usuarios roten, vayan conociendo los diferentes puestos y asuman diversas responsabilidades», comentan desde la entidad. Los usuarios de Asprodeme también lo tienen claro. «La lavandería es una oportunidad para poder prepararme y encontrar una empresa para trabajar», dice Paco, uno de los más veteranos del centro ocupacional que se ubica en las afueras de la localidad, en la carretera de Medina. Puertorealeño de pura cepa, ya ha tenido contacto con el mundo laboral. A José Luis le gustaría trabajar en la lavandería o de reponedor: «Tengo un pulso muy bueno como mi madre», recalca. Jorge, siempre dispuesto a colaborar en todo lo que se le proponga, es rotundo: «El taller de lavandería es una gran oportunidad». Aún no sabe si será parte de la plantilla pero está muy motivado y su optimismo es contagioso. «Podemos hacer muchas cosas, solo necesitamos un poco más de tiempo».
Un proyecto complejo
Asprodeme tiene conciertos con la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia adscrita a la Consejería de Igualdad de la Junta pero, además, la asociación se presenta a todas las convocatorias y ayudas tanto públicas como privadas. En este caso, la aportación de la Fundación “la Caixa” ha sido fundamental para el proyecto de la lavandería inclusiva. «Al principio nos costó entrar y reunir los requisitos para acceder a sus programas y ayudas porque tienen unos estándares muy exigentes pero desde hace muchos años tenemos una relación muy buena y fluida. Nos sentimos muy respaldados en este aspecto», explica Juan Carlos González, gerente de la Asprodeme. «Éste es un proyecto complejo que incluye obra, compra de maquinaría y la puesta en marcha de la actividad propiamente dicha por lo que también participa la Diputación. Somos una entidad sin ánimo de lucro y todo lo que conseguimos revierte en la calidad de vida de los usuarios».
La lavandería inclusiva es un modelo de servicio que se ha probado con éxito en otras entidades y es un taller que funciona muy bien. «Surge de forma casi natural porque en el momento que tienes una residencia y hay que contratar un servicio externo para la limpieza se evidencia que existe una necesidad que hay que cubrir. Sí es algo que podemos asumir nosotros, con nuestros propios medios, pues además supone un ahorro». Esta idea entronca con el enfoque de crear un taller de inserción laboral tanto para los usuarios que ya tienen capacidades para trabajar como para que aquellos que tienen que adquirir estas competencias poco a poco. «Se trata de potenciar las capacidades de los usuarios para que sigan creciendo en autoestima y autonomía».
Abrazar la ciudad
Asprodeme es una entidad que acoge y recibe a todos los que quieran conocer su trabajo y su actividad; todos son una familia que cree en las personas, en su capacidad para crecer, trabajar y superar las adversidades. Juntos forman una asociación que persigue integrarse en el tejido de Puerto Real y en el corazón de sus vecinos con jornadas de puertas abiertas, proyectos como el denominado ‘Pasarela hacia la inserción’ o esta lavandería inclusiva que ya es una realidad.

Fundación tutelar Asprodeme
La Fundación ASPRODEME es una entidad social creada en el año 2000, para la ayuda y protección de los derechos de las personas con discapacidad intelectual, desde su infancia y a lo largo de su vida, con sede en el municipio gaditano de Puerto Real, en la calle Cruz Verde nº 73.
Bajo su denominación y epígrafe, giran los servicios y fines que la Fundación desarrolla ampliamente a diario, para la consecución de las metas y objetivos que tiene fijados, priorizando el bienestar de las personas con discapacidad que tiene bajo su tutela, y velando por el cumplimiento incondicional de sus derechos fundamentales.