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JÓVENES SOLIDARIOS

«Queda feo decirlo pero aprendo más aquí, en el cara a cara con ellos, que en los libros»

Sara Ponce ejerce su voluntariado en el programa Proyecto Joven y en el Piso de Acogida que tiene Proyecto Hombre en Jerez

Proyecto Hombre tiene como meta que la persona con una adicción llegue a ser autónoma por ella misma. Es un programa de conocimiento y crecimiento personal. Quien acude a uno de los programas de la entidad acaba siendo consciente de su problema y cómo debe abordarlo desde su propia libertad y responsabilidad.

Esta forma de trabajo y en la que se tratan las adicciones en Proyecto Hombre es lo que le hizo elegir a Sara Ponce el voluntariado en esta entidad de Jerez. Según explica la joven voluntaria, la perspectiva que utiliza Proyecto Hombre es la humanista que supone que «la adicción no es el problema que hay que a abordar, sino que es un síntoma de un problema mayor, un problema existencial de la propia persona».

Sara Ponce en el centro donde realiza su voluntariado en Proyecto Joven. Fotografía: Antonio Vázquez

Con estudios en psicología, Sara ejerce su voluntariado en diferentes programas de la entidad. En 'Proyecto Joven' comenta que llegan principalmente con adicciones a sustancias como cannabis o alcohol pero también comportamentales. Cada vez acuden más jóvenes con adicción a las nuevas tecnologías como el móvil, los videojuegos o a los ordenadores. «Se trata en sesiones individuales, se trabaja a la par con las familias y en grupos donde se comenta cómo le va a cada persona y las dificultades que se encuentra durante la semana» comenta.  En estos grupos se utiliza la 'confrontación' que supone cuestionar a la persona para que se dé cuenta de qué dificultades se va encontrando.

Reunión de trabajo antes de comenzar las sesiones de trabajo. Fotografía: Antonio Vázquez

El otro programa donde Sara ejerce su voluntariado es en el piso de acogida. La principal diferencia con Proyecto Joven es que el piso de acogida es residencial mientras el primero es ambulatorio. Las personas que están recibiendo tratamiento en el piso conviven allí.

En total, Proyecto Hombre en la provincia de Cádiz cuenta con 132 personas voluntarias. Un grupo que se mantiene unido gracias a las actividades y formaciones que realizan periódicamente.

Sara no lo duda ni un instante y afirma que aunque «queda feo decirlo, aprendo más aquí, en el cara a cara con ellos, que en los libros». 

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