JÓVENES SOLIDARIOS

«Ese sentimiento de ayudar a la gente, aunque sea detrás en la cocina, motiva a venir»

Elena Alcaraz es voluntaria en la Fundación Virgen de Valvanuz de Cádiz

La Fundación Virgen de Valvanuz cada día de lunes a sábado ofrece servicio de cenas a las personas sin recursos que acuden cada tarde hasta su sede situada en la céntrica calle Santiago de Cádiz. Allí, una joven Elena Alcázar realiza su voluntariado cada viernes desde hace unos meses junto con sus compañeras del colegio San Felipe Neri.

Elena, que aún se encuentra cursando bachillerato, explica que «el colegio nos lo ofrecía. Nos dieron una charla y nos presentaron distintos tipos de voluntariado y a mí y a unas cuantas compañeras nos llamó mucho la atención el comedor social».  Fue a raíz de ese acontecimiento cuando Elena probó en el comedor de la Fundación Virgen de Valvanuz. «Al  final resulta que nos ha encantado y estamos muy contentas de estar aquí», agrega.

Al ser menor de edad, Elena no puede atender por completo el comedor pero entre sus labores como voluntaria, la joven voluntaria señala que lo que hacen es «venir aquí y nuestros compañeros de la Asociación ponen la mesa y nosotros cuando entran los que vienen a comer, nos encargamos de limpiar los restos de comida que hay en los platos, mientras que una limpia la otra compañera rellena el agua o pone el pan. Cosas básicas porque mientras no tengamos los 18 años no podemos servir aquí, entonces nos encargamos más bien detrás de la cocina».

Entre las  enseñanzas que le está aportando esta experiencia de voluntariado, Elena cree que «lo primero es aprender a trabajar en equipo porque aquí (en la Fundación Virgen de Valvanuz) si no trabajas en equipo no vas a hacer nada muy bien. También a ver diferentes formas de vida que tiene la gente. Estamos acostumbrados a ver solo la nuestra. Entonces, ver otro tipo de vida y saber cómo lo llevan más o menos otras personas y poder ayudar. Esas personas probablemente lo estén pasando muy mal. Ese sentimiento de poder ayudar a la gente, aunque sea detrás de la cocina, motiva a venir aquí todos los días que venimos», concluye la joven voluntaria de la Fundación Virgen de Valvanuz.

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