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“En este lugar la gente es feliz y siempre quiere volver”

Beatriz Armillas es voluntaria de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de El Puerto de Santa María

Ser voluntario es poner tu talento al servicio de los demás. Beatriz Armillas, ingeniera de profesión, es una apasionada del mundo de la comunicación. Así que aporta su formación, sus inquietudes, su particular y fresca mirada, para dar a conocer el excelente trabajo que se hace desde la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de El Puerto.

En este mundo de sobreinformación se suele decir que lo que no se dice, lo que no se comunica, no existe. Y Beatriz tiende sus redes para vibilizar el trato humano y cercano de una organización que desde su pequeño edificio en la calle Durango, en pleno centro histórico, se ha ganado un enorme hueco en el corazón de muchos portuenses. Además, se encarga de derribar mitos y de demostrar que una atención precoz ralentiza los efectos de esta enfermedad y facilita esa transición tan necesaria para la última etapa vital.

-¿Cómo llegó a esta asociación?

-Se remonta todo a 2019. Yo tenía un proyecto con una amiga que se llamaba Cabopalo. Pretendíamos a través de la venta de camisetas recaudar fondos para causas locales.

Entonces comenzamos con un proyecto en el hospital junto a la Universidad. Y gracias a que mi madre hace una exposición de pintura en la sala municipal de El Puerto, conozco a esta asociación. Años después de una colaboración, la presidenta de AFA Puerto me llamó porque necesitaba una persona joven que llenara de dinamismo sus redes sociales.

Para mí fue una oportunidad increíble.

-¿Y cuál es su labor concreta en la organización?

-Me dedico a la comunicación, tanto a nivel de redes sociales, como de publicar las actividades que se desarrollan en el día a día, como eventos especiales que tienen a lo largo del año, difusión de información relevante para los familiares...

En la página web mostramos qué servicios ofrecemos y también queremos transmitir los valores y lo que diferencia esta asociación de otros centros de día. Todo relacionado con la comunicación y lo que surja,

-¿Cómo de importante es la comunicación en este tercer sector, en el de las asociaciones solidarias?

-Es muy importante. Todavía hay un poquito de estigma con la enfermedad de del Alzheimer. Hay mucho desconocimiento, muchos mitos. La información sirve para acercar a las familias, a la realidad de lo que puede suponer traer a su familiar aquí, el bastón, el apoyo que les va a suponer y los beneficios de ralentizar el avance de de la enfermedad.

A su vez, las redes sociales han tomado mayor protagonismo. Los proyectos que se realizan en la Junta de Andalucía, de Diputación de Cádiz, de entidades privadas como la Caixa, te impulsan o te mueven a que hagas una serie de publicaciones mensuales para difundir esa colaboración. Se ha convertido de algo voluntario a requisito imprescindible para poder optar a esos proyectos.

-¿Qué resultados ha ido dando ese plan de comunicación?

-Hemos conseguido que tanto nuestra página web como nuestras redes transmitan esa cercanía, esa familiaridad que ofrece este centro tan pequeñito, esa alegría que se transmite. Todo eso hace que haya un una visión diferente de  lo que es traer a tu familiar a ser atendido aquí. Se han ido aumentando cada vez el número de socios y de usuarios que entran al centro.

Mi trabajo aquí ha sido ido ayudar a que se visibilice esa oferta que hay para una demanda cada vez mayor, pues por el envejecimiento de la población cada vez más personas padecen de Alzheimer y otras demencias.

-¿Qué mito le gustaría desmentir acerca de esta enfermedad?

-Uno de los principales errores es que la gente viene muy tarde. Se piensa en alguien con alzheimer como una persona que está completamente desmemoriada, que no reconoce a los suyos, que no se ubica, se desorienta, y eso ya es un estado avanzado de la enfermedad.

Hay que actuar cuando se empiezan a detectar despistes que no son tan comunes. La enfermedad empieza mucho antes y centros como éste lo que proponen es una transición, además de ralentizar ese avance de la enfermedad.

-¿Qué diferencia esta asociación de otras o similares o de otros centros?

Tenemos la suerte de que AFA Puerto forma parte de una gran familia de 'afas'. Nuestra manera de trabajar intentamos que sea común al resto de de asociaciones. Todas tenemos los mismos valores, la misma manera de trabajar, con terapias no farmacológicas, con atención centrada en la persona.

Lo que igual nos puede llegar a diferenciar es nuestro tamaño. Somos un centro muy pequeño, con menos cantidad y el usuario está muy bien atendido, Destacaría la familiaridad y la atención tanto como a familiares como a usuarios.

-¿Qué idea de futuro tiene con respecto al voluntariado?

Mientras esté en El Puerto, voy a estar ayudando, porque una vez que conoces cómo trabajan, que conoces la necesidad cuando vienen aquí los familiares y te expresan su vivencia, te dices, "Qué necesario es un centro así".

Colaborar aquí es estar abierto a ayudar a quien venga con una sonrisa, con muchísimo humor gaditano. Con una tranquilidad, una manera de desenvolverse tan propia de nuestra tierra, y que ves que aquí la gente es feliz, y que salen felices, y que quieren volver,

¿Y qué le diría a jóvenes de su generación que no se deciden a dar el paso?

Pues creo que se ha puesto muy de moda hacer voluntariado como una experiencia. En África, en Filipinas, muy lejos, y lo que se busca ahí es la experiencia exótica más que el hecho de ayudar a los demás. En mi propia ciudad hay mucho que se puede hacer y no me tengo que ir tan lejos.

Ir una vez a un sitio a hacer algo realmente no genera un impacto. Y aquí se da el compromiso diario, que nos viene muy bien a los jóvenes a los que se nos acusa de falta de compromiso.

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