“El voluntariado nos ha hecho ver una parte más de nuestra ciudad”
Mark Rueda y Alba Coello son dos jóvenes estudiantes del colegio Amor de Dios de Cádz capital que están viviendo una maravillosa y nutritiva esperiencia. A las puertas de la antigua Selectividad, a pocas fechas de dejar el instituto, participan como voluntarios en la Fundación Valvanuz de Cádiz.
Forma parte de la iniciativa gestada desde el propio centro educativo. En la asignatura de Religión, ambos tienen la posibilidad de afrontar parte de la realidad tanto de la vida como de su propia ciudad. Salir de las aulas y predicar con el ejemplo, desarrollar esa solidaridad que se enseña en clase y empezar a aplicarla, con un componente de cercanía que ilustra aún mejor su labor.
Después de un primer paso en otra asociación, en enero llamaron a la puerta de Valvanuz, en pleno centro de la localidad. Esta asociación es un pilar fundamental para familias y ciudadanos con pocos recursos, a quienes les cuesta llevarse un plato de comida a la boca o comprarse ropa en cualquier tienda por sus dificultades económicas. Como es habitual, Mila les esperaba en la entrada con una sonrisa. La solidaridad es tan bien recibida como entregada, y la juventud es un soplo de aire fresco para poder seguir desarrollando esta encomiable labor caritativa.
Mark y Alba van varios días a la semana, de seis a siete, al igual que otros compañeros, que se reparten las jornadas. "Nos encargamos de colocar las mesas, preparar el postre, y si necesitan otras cosas como el recuento de los alimentos, pues también ayudamos".
Un granito de arena que mejora la vida de sus vecinos, algo realmente satisfactorio. Lo mejor es poder ayudar a las personas de mi ciudad y ser útil a aquellos que más lo necesitan", apunta Mark. "Yo no sabía la labor que se hacía en un comedor social, me ha sorprendido y me ha gustado bastante", reconoce Alba.
Así pueden conocer de primera mano otra arista más de su tierra. "Esta experiencia está siendo interesante por la concienciación de las personas que hay en Cádiz que no tienen suficientes recursos como para alimentarse por sí mismas, he visto una realidad más de nuestra ciudad", reconoce Mark. "Poder ayudar a personas siempre es algo que gratifica bastante", completa Paula. A la que le gustaría darle continuidad a la iniciativa. "Si puedo compaginarlo con los estudios universitarios, no estaría mal seguir y aquí me gusta bastante".
Mark entiende que "el voluntariado en la gente joven debería hacerse en más centros, aunque no sean católicos. Es una experiencia en la que da igual la religión, el colegio o la situación familiar. Debería verlo todo el mundo". "Animaría a los jóvenes contándoles mi experiencia y haciéndoles ver que es algo que te llena, que puedes ayudar a gente que no puede", destaca la chica.
Porque todo es querer. "Siempre se puede sacar tiempo. Nosotros en Segund0 de Bachillerato tenemos un curso bastante denso, pero se puede sacar un ratito"; "siempre se puede compaginar cualquier cosa que tienes interés en ello. Si te gusta algo, si es tu afición o tu hobby, puedes sacar algo de tiempo". No hay excusa.
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