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Un falso militar que activó las alarmas del ébola e n la Bahía

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A la crisis nacional del ébola se le ha sumado un nuevo episodio lamentable, que provocó la activación de todas las alarmas ante un posible caso en la Bahía de Cádiz que resultó ser una mentira. Un vigilante de seguridad de 40 años y que responde a las iniciales de F.J.G.G. fue detenido la noche del viernes y ayer pasaba a disposición del juzgado de Instrucción nº 1 de El Puerto, imputado en un delito de desórdenes públicos. Al filo de las dos de la tarde quedaba en libertad con cargos. El detenido se montaba en un taxi y salía del edificio judicial esquivando las cámaras que le aguardaban en las inmediaciones de los juzgados.

La jueza había ordenado a la Policía que los medios no tomaran imágenes del sospechoso en la entrada del edificio judicial. F. J. G. G. fue conducido desde la Comisaría de El Puerto, donde pasado la noche en los calabozos, hasta el juzgado. Sobre las 11.30 horas accedía ocultando su rostro y custodiado por agentes.

Este vigilante de seguridad es el responsable de que entre las 14.00 y las 19.00 horas del viernes, las autoridades sanitarias, policiales y hasta el Ministerio de Defensa activaran las alarmas ante un posible caso de contagio en la Bahía que al final se demostró que era falso.

Fuentes oficiales de la Comisaría Provincial gaditana no confirmaron el motivo que llevó a este gaditano a lanzar un bulo en plena crisis del ébola; si se trata de una simple broma o si hay alguna explicación más. En sede policial donde los agentes le iban a tomar declaración antes de pasar a disposición judicial, F. J. G. G. se acogió a su derecho a no declarar.

La mentira del detenido arranca a las 14.00 horas del viernes. El 061 recibe el aviso de un vecino de Puerto Real advirtiendo que tanto él como su mujer y su hijo tenían fiebre alta y temían que ese síntoma estuviera relacionado con un posible contagio de la enfermedad. Afirmaba ser un sargento de la UME que acababa de regresar de Sierra Leona y solicitaba asistencia sanitaria urgente para él y su familia.

Fuentes policiales explican que desde ese momento se activó el protocolo. El SAS envió una ambulancia al domicilio del falso médico; mientras que se recababa información en Defensa sobre el posible contagiado.

Las piezas comenzaban a desencajar cuando el 061 volvía a recibir una llamada del mismo individuo, pero que afirmaba estar en un domicilio de la calle Arbolí, en Cádiz. Defensa informaba, además, que no había ningún sargento de la UME que respondiera a la identidad aportada por el sospechoso.

Al llegar al domicilio, la Policía y el 061 confirmaron que estaban ante una falsa alarma. Según fuentes policiales, en ese momento se le comunicó al falso militar que iba a ser denunciado. Mientras los agentes recababan datos para las diligencias y se desactivaba el protocolo, F. J. G. G. se presentaba en el hospital del Puerto, asegurando que estaba siendo perseguido por la Policía y que podía estar contagiado de ébola. La dirección del centro comunicó lo que estaba ocurriendo y fue allí donde finalmente la Policía Nacional lo detuvo.

La delegación del Gobierno remitía un comunicado a la medianoche en el que aportaba los primeros datos de la detención y destacaba la coordinación entre «el Gobierno de España y el Gobierno andaluz, tanto en la activación de los protocolos como en la investigación posterior después de que los gerentes del hospital Puerta del Mar denunciaran la falsa alarma. Desde la Delegación del Gobierno en Andalucía se destaca la rapidez con que había actuado la Policía Nacional en la investigación, lo que permitió la inmediata detención del individuo, así como la buena coordinación con la Consejería de sanidad de la Junta de Andalucía».

También lamentaba «las graves consecuencias» que había acarreado la falsa alarma porque había obligado a activar los protocolos de la Administración regional, nacional y del Ministerio de Defensa; si bien no especificaba el comunicado oficial cuáles fueron los procedimientos que se pusieron en marcha tras la primera llamada del falso militar.

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