Hallan un tercer pecio en el dique de Levante del puerto

La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz comunicó ayer que se ha hallado un tercer pecio durante los trabajos de seguimiento arqueológico que se están llevando a cabo en el puerto de Cádiz, con motivo de las obras de construcción de la nueva terminal de contenedores. El viejo buque hundido se encuentra localizado en la zona de maniobras del futuro muelle, donde se está dragando en la actualidad. Junto al pecio han encontrado un cañón.

«Aún es pronto para saber si este tercer pecio retrasará las obras en marcha de la terminal de contenedores», destacaron ayer fuentes de la APBC, pero cabe apuntar que el primero encontrado supuso un atraso en el calendario previsto de nada menos que seis meses. «En ese caso, se pararon tanto las maniobras porque se encontraba en la misma línea de cajón y hubo que trasladarlo», apuntaron desde la Autoridad Portuaria. Pero éste no es el caso, esta vez se halla frente al cantil del nuevo muelle, en la zona donde los barcos de carga tendrán que hacer las maniobras para atracar y no entorpece demasiado la marcha de las obras.

Poco más se conoce del origen de este nuevo descubrimiento, al que se ha llegado tras encontrarse un punto duro el pasado viernes durante las labores de dragado de la zona, por lo que se realizó una inmersión en la que, pese a la turbidez de las aguas, se constata la existencia de restos de un buque. «Como medida preventiva se ha establecido alrededor del hallazgo un área de protección de 50 metros de radio. Y en los próximos días se realizarán nuevas inmersiones y estudios geofísicos», señaló la APBC en un comunicado.

Cautelas arqueológicas

Cabe recordar que la supervisión arqueológica permanente durante las labores de dragado fue uno de los requisitos recogidos en la Declaración de Impacto Ambiental de la obra. Asimismo, el proyecto cuenta con el permiso de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, que, a través de los servicios del Centro de Arqueología Subacuática (CAS), estableció las cautelas arqueológicas pertinentes para velar por el patrimonio subacuático de la zona. De hecho, este organismo, dependiente de la Consejería, es el responsable de dichos restos y quien dirigirá las operaciones futuras. La dificultad radica en compatibilizar las obras necesarias para el desarrollo de la ciudad con la defensa y conservación del rico patrimonio arqueológico subacuático de Cádiz. En una primera fase de la obra de la terminal de contenedores aparecieron otros dos pecios de gran valía arqueológica, a los que se les ha preservado cubriéndolos de una gruesa capa de arena, que a modo de coraza los protegerá para la posteridad, una vez que se extrajeron y restauraron todos los restos de interés arqueológico.

Del primer pecio, un buque militar (20 metros de eslora y 7 metros de manga) de procedencia española, en el que se localizaron 27 cañones de hierro de diversas medidas, balas fabricadas en Suecia, 23 lingotes de plata de distintos tamaños, diversas pesas de plomo, un pequeño pondera de oro, trozos de cerámica, así como objetos para la navegación como un astrolabio, dos anclas de hierro, suelas de cuero y restos óseos de animales.

En el segundo pecio, un mercante de 27 metros de eslora y 7 de manga se hallaron siete cañones de bronce fabricados en Génova, dos de hierro y un par de anclas. En su interior se encontraron barriles de distintos tamaños y cajas de madera intactas que contenía diversos frutos, tabaco o cochinillla que, empleada como tinte, era considerada como un producto de lujo. Se encontraron también compases de navegación, suelas de zapato, pipas de caolín, restos óseos, cerámica e, incluso, restos de aceituna junto con su aliño o salmuera. Hasta un pequeño y original costurero y semillas que podrían ser de mostaza y que contribuyen a identificar a los buques hundidos frente a Cádiz.