
El aborto agita al PP antes de la reunión de su ejecutiva
MADRID. Actualizado: GuardarA pocas horas de que se celebre el comité ejecutivo nacional del PP, las aguas en el partido siguen revueltas a causa de la reforma del aborto. Los barones del PP volvieron ayer a enzarzarse en controversias a propósito de la ley que auspicia el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, se sumó a las voces críticas que están impugnando el discurso oficial del PP sobre el asunto y pidió que se espere al pronunciamiento del Tribunal Constitucional. La ley de plazos que aprobó en 2010 el Gobierno de Rodríguez Zapatero fue recurrida por el PP, partido que ahora en el poder ha decidido no aguardar a la sentencia de los magistrados y elaborar una ley de supuestos que es aún más restrictiva que la de 1985. Herrera apeló a razones de «interés y oportunidad» para esperar al fallo de los jueces. Por añadidura, el presidente castellano-leonés consideró pertinente escuchar las opiniones de los alcaldes de Zamora y Valladolid, Rosa Valdeón y Javier León de la Riva, que expresaron sus reservas sobre la iniciativa y que han acreditado un especial «sentido común». Herrera aseguró que la regulación del aborto es «difícil y compleja» y, por tanto, conviene escuchar a personas como los dos regidores que, además de políticos, son médicos.
En un tono más agrio se cruzaron reproches el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, y el de Valencia, Alberto Fabra. Este afeó a Monago el expresar sus discrepancias en público y no en los órganos de deliberación del partido. «Vamos a ver si aquellos que han levantado la voz sobre algunas decisiones son capaces de alzarla en un comité ejecutivo», sostuvo Fabra. A ello replicó Monago con cierta acritud. Se preguntó si de repente se había convertido en el «barón rojo del PP» y aseguró que los conservadores británicos aceptan la ley de plazos. El presidente extremeño se preguntó con ironía si él era «el más centrado» del partido y los demás estaban confundidos.