Sociedad

«Se debería hacer una consulta popular»

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Si Gibraltar se independizase de Gran Bretaña no pasaría a ser parte de España porque se debería de hacer una consulta popular con el pueblo gibraltareño sobre su autonomía. No se puede obligar en el siglo XXI a una sociedad a ceñirse a las interpretaciones de unas normas de un tratado que tiene ya 300 años, cuando en esa época los monarcas no tenían en cuanta a los pueblos», explica Verdú Baeza que, además, añade que el tema de Gibraltar tiene un sesgo fundamentalmente político que despierta cierto nacionalismo fácil de atraer.

Por añadidura, una de las cláusulas que se citan en el Tratado de Utrecht por la cual Gibraltar volvería a ser parte del territorio español es que en el momento en que Gran Bretaña venda, otorgue a terceros o se desentienda de dicha ciudad, pasaría automáticamente a ser parte del Estado español. Según Verdú Baeza, esto también es erróneo porque se contradice con el artículo 15,14 de la Organización de Naciones Unidas, por el cual se reconoce la autodeterminación de los pueblos colonizados.

Según el ratado de Utrecht, España no cede todo el territorio de Gibraltar, ya que eso incluiría, según la geografía, pueblos y ciudades como Algeciras. Con ello se otorga «la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensa y fortalezas que le pertenecen».

Otra de las contradicciones se refiere al dominio de las aguas que rodean a la ciudad. España para favorecer a la industria pesquera, como es lógico, siempre ha reclamado esas aguas alegando que en el tratado no aparecían dichas concesiones.

Pero, como asegura Jesús Verdú Baeza, «en ningún tratado se citan las aguas, porque se entiende como norma de derecho internacional que las concesiones de tierras que limitan con zonas costeras incluyen la posesión de las aguas con las que limitan a no ser de que un obstáculo natural las separase y aquí no se da el caso».