EL APUNTE

Las mujeres del presidente

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Mujeres de su confianza, pero no por esta amistad han sido elegidas. Hay mucho más, si no Rajoy no les hubiera dado tanto poder y responsabilidad. Mujeres preparadas, con un alto grado de responsabilidad y dedicación al trabajo -seguro que sin olvidar sus obligaciones como madre- si bien han sabido llegar y quedarse. Son las mujeres del presidente: Unos días antes del 20 N confesaba, algo así, como que se había puesto en manos de cuatro mujeres: Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Mato, Dolores de Cospedal y Carmen Martínez de Castro.

La primera de la lista; Soraya a quien le dio todo su apoyo y liderazgo cuando todos la veían insignificante e inexperta. Pero la Sáenz Santamaría es muy lista y capaz. Gran trabajadora y con un pico de oro. Famosas son sus réplicas primero a Fernández de la Vega, que dejaba a ésta titubeando. O al sabio Rubalcaba. Ya se ha visto que puede con todo, hasta con el posparto, a 9 días de dar a luz, allí estaba ella gordita y sanota abrazando a Pío García, hoy presidente del Senado, a la vez que fiel escudero. Y ahí la ven pequeñaja, con carita de niña y hecha toda una vicepresidenta primero y única. Una mujer con mucho poder dentro de este nuevo Ejecutivo. Ana Mato, serena, sencilla, de partido, una hormiguita en la sombra -siempre bronceada y la única con cara de pija- siempre ha permanecido al lado de su jefe y como tal recompensada con un ministerio que tiene Igualdad, Sanidad y Servicios Sociales. María Dolores la presidenta autonómica más entregada a Rajoy, recuerdan los halagos en unos de esos mítines que solo sirven para aclamar al líder. Sus palabras llegaron a sonrojar hasta al mismo Mariano. Son de esas adhesiones inquebrantables y no dudamos que sinceras. Luego viene Carmen Martínez de Castro, menos conocida para el resto del público, pero no para la vida parlamentaria, periodística-política y menos para el presidente que la ha nombrado su jefa de prensa. Estas son sus cuatro mujeres de confianza, con las que vivió codo con codo su campaña y compartió hasta más horas con ellas que con su querida y sencilla Elvira -recordemos que Viri para los íntimos-. Las mujeres tienen eso, que saben ser fieles a un ideal, trabajar sin reloj, con varias tareas al vez y demostrando siempre que puede; lo que es aún más estresante. Y para colmo no deben olvidar su hogar. Le doy mi enhorabuena no solo a ellas, a todo el nuevo Gobierno. No olvidemos que España depende, ahora, de su eficacia y honestidad.