Editorial

Internet y Afganistán

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Toda equiparación entre los documentos colgados en Internet por una especie de ONG llamada WikiLeaks y los célebres 'Papeles del Pentágono' está de más. Lo del Vietnam fue sencillamente devastador y obra de un hombre, Daniel Ellsberg, analista en el Ministerio de Defensa, quien decidió hacer lo que hizo bajo un irresistible impulso de combatir la mentira oficial sobre la marcha de la guerra en todos los órdenes. Ellsberg hizo temblar el edificio político-institucional en Washington corriendo un gran riesgo personal. WikiLeaks, que oficia como transmisor y solo debe preocuparse de la solvencia de lo difundido, confirma lo sabido, sobre todo en el asunto del inaceptable número de bajas civiles en una guerra empantanada. Y, como gran noticia, algo bien conocido: que los servicios secretos del Pakistán, aliado de los Estados Unidos, cooperan de hecho con los talibán. El escándalo, en estas condiciones, durará poco. Fascina como evidencia del cambio brutal sobrevenido en la comunicación de masas y la circulación de la información. Pero no es una exclusiva periodística clásica ni, al menos en primera instancia, parece disponer del poder de influir decisivamente en la marcha de los acontecimientos.