El incidente se produjo en la zona de los pescados tras el requerimiento de los técnicos de la Junta. :: MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

La Policía rescata a un inspector del Mercado ante el temor a una agresión de los pescaderos

El enfado, que se desató tras las multas impuestas por los funcionarios, provocó momentos de tensión en el interior del recinto

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los detallistas del Mercado de Abastos han declarado la guerra a los inspectores de la Junta de Andalucía. Lo que debía ser una revisión rutinaria de la mercancía por parte de los funcionarios de la delegación de Consumo estalló ayer en una rebelión dirigida por los comerciantes.

Al igual que en semanas anteriores, los inspectores detectaron algunas irregularidades en el etiquetado del pescado y, de forma inmediata, comenzaron a sancionarlo. Sin embargo, sólo pudieron poner la denuncia a tres detallistas. El intento de poner una multa de 1.500 euros a un cuarto puesto desató la ira de todos los pescaderos, que respondieron al unísono con gritos de «¡Fuera, fuera!». Inmediatamente después, apagaron las luces, cerraron sus establecimientos y se dirigieron con reproches hacia el inspector para recriminarle su postura.

El revuelo que se organizó y la tensión provocada por este enfrentamiento obligó a actuar al Policía Local encargado de la vigilancia del recinto, que para evitar altercados refugió a los funcionarios en los despachos de la planta superior, hacia donde les siguió la protesta. La crispación de los comerciantes se mantuvo durante varios minutos más hasta que aparecieron en el recinto varios efectivos de la Policía Nacional, que se encargaron de calmar los ánimos. Precisamente tuvieron que ser los agentes los que acompañaron a los inspectores hasta el exterior del recinto municipal para evitar que se produjeran incidentes.

Denuncian la actitud

Los detallistas aseguran que fue la actitud del inspector la que crispó los ánimos del personal. «Vino con actitud chulesca y con amenazas de que mañana iba a ir a sancionar a otros compañeros», puntualizó Camilo Fopiani. El presidente de Asodemer (Asociación de Detallistas de Mercado), José Luis Paramio, también apoyó la versión del pescadero y agregó: «Ellos saben que nosotros compramos los productos en la lonja de Cádiz y de El Puerto, así que no entendemos tanta vigilancia».

Manolo Rico, presidente del Mercado Central, puntualizó que las denuncias se tramitaron por dos motivos: por la ausencia de algunas etiquetas en el pescado que detallan la procedencia y por la no disponibilidad de algunas de las facturas de la mercancía puesta a la venta. En este sentido, criticó: «Algunos de los comerciantes dijeron que las facturas las tenían en el coche y ni siquiera les dejaron ir a buscarlas. Tenían la idea clara de sancionar y lo hicieron».

Otra de las críticas de los afectados por este suceso van dirigidas a la escasa persecución que existe de los vendedores ambulantes situados en los alrededores del mercado y que ofrecen a los clientes los mismos productos.

La vigilancia, cuestionada

«Todos los sábados hay cuatro o cinco personas en la puerta del recinto vendiendo coquinas sin depurar o camarones, pero ese día el Policía del mercado y los inspectores no trabajan y entonces todo está permitido», puntualizó Camilo Fopiani, que también criticó el escaso control que existe en otras zonas como el muelle o en otros mercados de la provincia. «La justicia es para todos, sin hacer distinciones. Eso es lo que no entendemos. A unos nos sancionan y a otros no», explicó.

Algunos de los clientes que se encontraban realizando sus compras en el momento del suceso, también se sumaron a la protesta de los comerciantes. De hecho, algunos de ellos puntualizaron que varios de los puestos sancionados tan sólo habían vendido 40 euros en toda la mañana. Algún otro también llamó a la Policía denunciando lo que creyó que era una reyerta con cuchillos. Fuentes municipales puntualizaron que los inspectores llevan más de un mes avisando de las anomalías detectadas en cuestiones como el etiquetado y avisando de las posibles sanciones. De hecho, el inspector municipal del Mercado ha realizado una campaña de información con los comerciantes desde que se produjo la inauguración del recinto avisando de la obligación de cumplir el reglamento de la Delegación de Consumo, que recoge claramente la obligación de colocar toda la información en relación a la procedencia, la presentación o el modo de producción de estos productos.