El empresario posa con su 'chaquetilla' de chef firmada por algunos de sus colegas. :: J. M. ARAGÓN
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«Adriá y Arzak se comieron todo lo que les servimos y vinieron a la cocina a felicitarnos»

El propietario del restaurante El Campero de Barbate cuenta las anécdotas del almuerzo «más especial» de su vida

BARBATE. Actualizado: Guardar
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Aún le brillan los ojos. A José Melero no se le olvidará jamás la jornada del pasado martes, cuando medio centenar de «maestros de la cocina» de todo el país almorzaron en su restaurante.

Melero es el propietario y el alma máter de El Campero, en Barbate. Ayer tuvo la gentileza de resumir para este medio el que fue, a su juicio, el almuerzo «más especial» que ha ofrecido en su vida.

El batallón de estrellas Michelín llegaba pasadas las dos del mediodía, acompañados por miembros de la Organización de Productores de Almadraba y representantes del Ayuntamiento de Barbate. Acababan de vivir en primera persona una 'levantá', y venían de ver cómo se despieza cada ejemplar. «Estaban hambrientos, y el último de los comensales salió por la puerta rumbo al hotel para descansar, después de las fotos de rigor, pasadas las seis de la tarde.

El restaurante que dirige Melero llevaba cinco semanas preparando esta comida. «Al final se sentaron 78 personas; trabajó todo el personal del restaurante, once cocineros y quince personas en sala. Fue un esfuerzo importante pero merecía la pena. Todos salieron satisfechos y fue una jornada emocionante para nosotros», explica. Con la sencillez de quien está acostumbrado a las grandes citas, a Pepe, como popularmente se conoce a este empresario, las anécdotas y recuerdos del día en que recibió a los mejores restauradores de España se le amontonan. «Recibían cada plato como una fiesta. A algunos como a Aduriz o Morán hubo que darles de comer en 15 minutos porque perdían el avión; pero también se fueron encantados», relata el empresario.

Gran repercusión

Y es que tener en su salón a lo más selecto de los fogones nacionales no es cualquier cosa. «Sabemos que la repercusión de esta visita ha sido enorme; yo creo que hemos ganado todos, desde el pueblo de Barbate, a las almadrabas, y nosotros también, claro».

El Campero es uno de los mejores restaurantes especializados en atún, y el de ayer fue un día frenético. «Teníamos que atender a chefs de primer nivel, pero en todo momento estuvieron a gusto. Elegimos un menú sencillo, de cocina tradicional, y se lo comieron todo». Incluso, Arzak y Adriá les felicitaron. «Nos pidieron que no dejemos nunca de ser cocineros; fue inolvidable», recuerda Melero con una sonrisa.