
El exgerente del PP recibió dinero de «donativos que no declaran»
Páez admitió ante el juez Ruz haber cobrado dinero negro y que Bárcenas le amenazó con "arrancarle la cabeza"
MADRID Actualizado: GuardarLuis Bárcenas mantenía un control absoluto de las finanzas del PP, incluso por encima de Álvaro Lapuerta cuando este aún ejercía de tesorero del partido. "Aquí el que partía el bacalao era Luis", aseguró ante el juez Pablo Ruz el exgerente de la formación Cristóbal Páez. En su declaración, a la que ha tenido acceso este medio, Páez relató que era Bárcenas quien daba las instrucciones sobre el destino de las donaciones que recibía el partido. de hecho, apuntó, no existía ningún protocolo en materia de las aportaciones privadas y que ese era un apartado que "se manejaba con mucha discreción".
También reconoció haber recibido sobresueldos mientras trabajó para el PP sin tener que firmar ningún tipo de factura y desconociendo de donde provenían los fondos. "Yo veo que me pagan un dinero que no se declara. Entiendo que es dinero de los donativos que no declaran". Aunque afirmó no estar de acuerdo con esta práctico justificó que si no lo denunció fue porque él no era un policía.
Según dijo al juez Ruz la relación con Bárcenas no era buena y cuando dimitió en el verano de 2009 como tesoreso "yo tenía problemas de con quién despachar porque sus funciones las asumía la secretaria general". En el transcurso de esas tensiones por la publicación de las supuestas irregularidades contables en los periódicos, el extesorero llegó a decirle que iba "a arrancarle la cabeza y que estaba acabado". El exgerente subrayó que Bárcenas "estaba muy desesperado, muy presionado, porque le llevaban sacudiendo desde que estalló 'Gürtel' en prensa, en medios y tal y estaba muy tocado".
En todo caso este testigo le dijo al instructor del caso que "me amenazó, yo me tomé muy en serio la amenaza, me fui a casa y, a la hora o la hora y pico de que me marchara, él me llamó por teléfono y me pidió disculpas, entendí que no eran sinceras y fue cuando planteé que no podía seguir en esa situación". Páez dijo que presenció una guerra "que no era la mía", con los continuos enfrentamientos entre Cospedal y Bárcenas.
En otro momento de su declaración, Páez describe el temor que sentía el extesorero ante la posibilidad de que la Policía registrara la sede nacional del PP: "Estaba paralizado, bloqueado y shockeado".
También confirmó que Bárcenas le entregó una documentación compuesta por hojas de cálculo y fotocopias de facturas para que las custodiara durante unas semanas, aunque él no vio que se tratara de la supuesta contabilidad B del partido. Eso sí, afirmó que esos papeles le "quemaba" y quiso deshacerse de ellos cuanto antes, algo que hizo en un plazo de seis semanas y no de cuatro meses, tal y como declaró en su momento Bárcenas. Si los guardó un tiempo, dijo, fue porque se sentía agradecido con su jefe por la confianza que había depositado en él al darle un puesto en el PP en 2004. Eso a pesar de "las cosas que salían en prensa y contradecían la imagen de él", dijo.
Cristóbal Páez confesó que había cobrado dos sobresueldos de 6.000 euros, en abril de 2007 y junio de 2008, que no declararo a Hacienda, tal y Bárcenas los registró en su contabilidad B. Justificóno haber dado cuenta al fisco de ese dinero porque "hay jurisprudencia laboral que dice que el trabajador no incurre en una falta administrativa por no declarar esos ingresos en B porque si no pone en riesgo su puesto de trabajo..."
"La mano en el fuego"
Por su parte, en su declaración el pasado 13 de agosto ante el juez Ruz, Francisco Álvarez-Cascos, manifestó que no sabía nada de donaciones al partido, ni sospechaba de las actividades de Álvaro Lapuerta, y el gerente, Luis Bárcenas, porque "por los compañeros de la etapa de secretario general pongo la mano en el fuego".
Según su testimonio, al que también tuvo acceso este periódico, no autorizó pagos ni recibió dinero alguno en metálico, "porque los pagos que tengo acreditados por mi responsabilidad lo eran mediante transferencia o mediante cheques bancarios". "No sé si alguna vez, excepcionalmente, por alguna razón administrativa o burocrática, esto se podía haber quebrado, no pondré la mano en el fuego por eso", reconoció.
En todo caso dejó claro que el PP "es un partido normal, a diferencia de la KGB de los partidos comunistas, de la Gestapo de los partidos nazis o del Método 3 de los partidos socialistas. No teníamos sistemas de espionaje interno nunca y, por lo tanto, ningún departamento estaba espiando al de al lado ni fiscalizando al de al lado. Eso es el funcionamiento normal en un Estado de Derecho de un partido legal".