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Combate del Barça de Tito contra el de Guardiola

El equipo actual tiene en su mano ser el mejor campeón de invierno de la historia, arrebatando la 'corona' al del curso 2010-11

BARCELONA Actualizado: Guardar
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46 puntos de 48 disputados. El Barça va camino de superarse a sí mismo para convertirse en el mejor campeón de invierno de la historia. En la temporada 2010-11, con Pep Guardiola al mando, el equipo azulgrana estableció la plusmarca al término de la primera vuelta en 52 puntos en una Liga que acabó conquistando con 96, administrando la ventaja sobre sus rivales en la segunda vuelta mientras ataba también la Liga de Campeones. A falta de tres jornadas (Valladolid, Espanyol y Málaga), el ahora equipo de Tito Vilanova tiene la posibilidad llegar hasta los 55 puntos. Una barbaridad.

El momento deportivo del equipo es excelente tras completar otra remontada en el Camp Nou ante un Atlético de Madrid que protagonizó una primera media hora excelente de la mano de un impresionante Radamel Falcao. Pero con Messi desconectado, aparecieron personajes secundarios para dar la vuelta al gol del colombiano. Adriano se inventó un gol al alcance de muy pocos y Sergio Busquets, por si no fuera poco su excepcional trabajo, logró el segundo con oportunismo. Con el equipo colchonero más abierto en la segunda parte, el '10' despertó para marcar dos tantos más, sentenciar el 4-1 y elevar su cuenta personal a 25 goles en 16 jornadas. No tiene límite.

Con nueve puntos sobre el Atlético y 13 sobre el Madrid, después de escuchar a todo el Camp Nou cantando con toda la guasa del mundo «¡Nosotros te queremos, Mourinho quédate!», no fue casualidad que el día posterior apareciera Carles Puyol por la sala de prensa de la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí. Vende tanta prudencia que es lo más parecido a un aguafiestas. Pero sin duda su mensaje es necesario para que el equipo mantenga los pies en el suelo.

«Si hay un equipo que no baja los brazos es el Real Madrid. Lo ha demostrado otros años. Hace dos al final tuvimos que ir al Bernabéu a ganar la Liga. El equipo está bien, con muchísima confianza, y vamos a afrontar cada partido como si fuese una final», recordó el capitán azulgrana, avisando: «Detrás hay unos equipos fuertes que intentarán luchar hasta el final y si nos despistamos lo podemos pagar caro. Hay que gestionar la ventaja con prudencia. No hay nada ganado. Las ligas se ganan a final de temporada. Tenemos una buena renta, pero en el momento que bajas un poco el nivel y te relajas lo pagas caro y todo cambia».

Puyol, hasta los 40

Puyol incluso restó algo de mérito a la trayectoria del Barça al hablar de suerte. «Estamos 'on fire' y nos sale todo bien. En momentos puntuales tenemos suerte. Hay que seguir con esta dinámica, trabajando muy bien e intentando mejorar cada día. Está claro que si te dicen a principio de temporada que llevaríamos esta diferencia hubiera sido difícil de creer, pero nos lo hemos ganado en el campo. Tenemos que mantener la ventaja y, si se puede, ampliarla».

En esa línea de declaraciones, era evidente que no iba a hablar de los conflictos de Mourinho ni de los cánticos del Camp Nou: «Es un grandísimo entrenador y tiene muchísimos títulos, pero lo que suceda en otros equipos no nos importa».

Puyol sí sorprendió al dar una noticia, la de su inminente renovación, con regreso a la selección incluido, aunque matizó que firme lo que firme, dejará el fútbol en el momento que quiera. «Creo que no va a haber problema en mi renovación. Las negociaciones están muy avanzadas. He dicho que quiero seguir jugando hasta los 40 años y tengo 34, pero tengo muy claro que no me voy a arrastrar. En el momento en el que no me sienta bien lo voy a dejar, aunque tenga contrato en vigor. Se lo he dicho al club y están de acuerdo. Así que no importa si firmo por uno, dos o cuatro años. Si no disfruto, adiós», reveló, abriendo la puerta a la selección: «Hablaré con Del Bosque y si lo cree conveniente, iré. Ya no me pongo plazos. Lo que el cuerpo aguante...».