El fotógrafo Jacques Leonard.
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Los locos amores gitanos del 'payo Chac'

Jesús Ulled novela la legendaria peripecia de Jacques Leonard, el fotógrafo que por amor cambió los salones parisinos por las barracas de la Barcelona gitana

MADRID Actualizado: Guardar
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Jacques Leonard vivió varias vidas. Todas muy intensas. Su legendaria peripecia vital comenzó en el París adinerado y burgués de principios del siglo XX y acabó entre los clanes gitanos de Barcelona. Operador de cine en París y Madrid, amigo de Céline y de lo más granado de la intelectualidad de su tiempo, el amor salvaje que sintió por una gitana de rompe y rasga le hizo mudar de alma. El payo fino de pasado intelectual, fotógrafo, escritor e infatigable viajero, se convirtió por amor en un gitano más del Somorrostro, 'El Loco' o 'el payo Chac', y un excepcional testigo del mundo calé. Después de que un documental realizado por el nieto de Leonard abriera la veta, Jesús Ulled (Río de Janeiro, 1937) novela ahora la legendaria y múltiple vida de Leonard en 'Mitad payo, mitad gitano' (Destino).

Ulled apenas ha fabulado sobre algunas zonas ignotas de la vida de Leonard para reconstruirla en 400 páginas. La guía ha sido el desaliñado y deslavazado manuscrito sobre los gitanos y una gavilla de apuntes autobiográficos igualmente deshilachados que los hijos de Leonard (París, 1909-Girona, 1995) le entregaron para que valorara la posibilidad de publicarlos. Fundador de las revistas 'Qué leer' y 'Clío', Ulled atisbó enseguida la novela que encerraba aquellas páginas y se puso manos a la obra con la tutela de los dos hijos gitanos de Leonard, a quienes conoció por pura casualidad. «Leonard fue ser excepcional y su vida una aventura permanente», resume Ulled. «Se limito a vivir por el placer de hacerlo sin necesidad de contar cada capítulo que dejaba atrás».

Era el hijo único de Julien Leonard, afamado criador y tratante de caballos y marido de Emilienne Tabary, una mujer adelantada a su tiempo que con gran visión de negocio hizo fortuna en la alta costura parisina. Educado en el refinamiento de los salones burgueses, pero en contacto con criadores de caballos zíngaros, Leonard ignoró hasta casi la adolescencia el origen gitano de su padre. Lo descubrió por casualidad cotilleando entre fotos antiguas de la familia. Aunque sería determinante en su futuro, lo guardó en secreto.

Se buscó la vida en el París bohemio del cine, como ayudante del primer documental sonoro galo, 'El país de los vascos'. Se hizo operador y esa profesión le llevaría por medio mundo y le traería a Madrid en los convulsos años treinta, con el vago proyecto de realizar una película sobre Cristóbal Colón.

Amor 'fou'

Saltó a Barcelona, donde se ganó la vida como restaurador de muebles y otros oficios antes de abrazar la fotografía como profesión. Integrado en la vida cultural de la Ciudad Condal, cayó salvajemente enamorado de Remedios Amaya, una bellísima gitana del clan de los Amaya, modelo de pintores y emparentada con la gran bailarina Carmen Amaya. Leonard hace tabla rasa. «Remedios es su gran amor y la dueña de su destino», explica Ulled. Leonard no quiere saber nada del pasado e inicia una nueva vida con Remedios, con quien tendrá dos hijos. Es un 'media pata' para los gitanos y un gitano por voluntad propia para los payos. Vive a caballo entre su piso en el barrio de Gracia y las barracas de las faldas Montjuïc y el Somorrostro, donde los gitanos barceloneses se hacinaron hasta casi los años setenta.

Convertido en 'el payo Chac', y 'el Chac', para Remedios, será un testigo privilegiado al que se le permite retratar el día a día de una vida vedada a los ojos de los payos. Leonard tomó miles de instantáneas en aquellos años que hoy se guardan a buen recaudo y parcialmente digitalizadas en el archivo fotográfico del Ayuntamiento de Barcelona. El libro de Ulled está profusamente ilustrado con algunas las casi cinco mil fotografías de Leonard que alternan su personal visión del mundo gitano con su labor profesional para diarios y revistas como La Vanguardia y Gaceta Ilustrada y empresas catalanas de distintos sectores. Ese valioso material sería la base del documental 'Jacques Leonard, el payo Chac', ópera prima de Yago Leonard, nieto de Jacques, con seis candidaturas a los premios Goya.

Los negativos fueron rescatados por Santiago y Álex Leonard, los dos hijos de Remedios y Jacques, padre de otros dos hijos en sus vidas anteriores.Uno es Marc Leonard, nacido de su primer matrimonio con la hija del cineasta suizo Jean Choux y del que el fotógrafo se mantuvo alejado. Jacques, que rompió con su primera esposa dolido por una infidelidad, vería a su hijo cuando casi treinta años después visitó en una exposición de fotos de su padre en Gerona.

El otro hijo sigue siendo un desconoció para sus hermanos. Saben que su nombre es James y que nació de una relación adolescente y fugaz entre y Encarna, gitana francesa del clan de los Pacorros. Supieron que Encarna se marchó a Estados Unidos tras triunfar como modelo y que se casó con un investigador. También que antes de la boda se vio con Leonard en Londres y que en tres días de pasión logró quedarse embarazada. Le anunciaría nueve meses después el nacimiento de un crío en una carta sin remite ni dirección.

Su familia gitana se pregunta ahora por qué Jacques Leonard jamás les develó su origen gitano, sin duda determinante en sus aproximaciones a Encarna y a Remedios. Porqué el gitano de la cámara de fotos prefirió vivir sus locos amores gitanos como 'el payo Chac'.