Carnaval de Cádiz 2019

VÍDEO: «Me han dicho que el amarillo» regresa al Falla

El himno oficioso del Cádiz CF resuena en la gala de entrega de los primeros premios del COAC 2019

“A Manolo Santander lo estudiarán por la fuerza que está derrochando”

Por  11:00 h.

Noche de  gala en el teatro Falla con la Entrega de Premios del COAC 2019 (Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas) para reconocer a las mejores del agrupaciones del Carnaval. La ceremonia que se celebró este martes llenó de público el teatro para asistir a las entrega de los 45 galardones y disfrutar de la actuación de los cuatro primeros premios de la categoría de adultos: el coro ‘Los del patio’, la comparsa ‘Los carnívales’, la chirigota ‘La maldición de la lapa negra’ y el cuarteto ‘Brigada amarilla (agüita con nosotros)’.

 

La gala fue intensa pero uno de los momentos más emotivos se vivió cuando la chirigota de Manolo Santander hizo retumbar el escenario y todo el Falla cantó al unísono el mítico «Me han dicho que el amarillo…». Un pasodoble que surgió como un humilde tributo al aficionado cadista hace casi 20 años con ‘La familia Pepperoni’ y que sin embargo se ha convertido en el himno oficioso del Cádiz.

 

Con el público entregado y levantado de sus asientos, «Me han dicho que el amarillo…» volvió a sonar en el Falla con  ‘La maldición de la lapa negra’ . Y es que todo gaditano de ley, vibra con su equipo, con Cádiz y el Carnaval.

 

 

Me han dicho que el amarillo
está maldito pa’ los artistas,
y ese color sin embargo
es gloria bendita para los cadistas.
Aunque reciben a cambio
todo un calvario de decepciones,
de amarillo se pintan la cara,
de amarillos son sus corazones.
Han dado su vida y sus gargantas,
siguiendo a donde haga falta
al Cádiz de sus amores,
Ratatatata ratatatata
benditos sean los que llenan de esperanza,
ratatatata ratatatata
cada rincón, cada escalón de mi Carranza
Sin importarles que nunca,
vayan a ser campeones
han conseguido el respeto,
de toda España, por estos colores.
Por eso viva mi Cádiz,
vivan los cadistas,
vivan sus cojones