SEQUÍA EN CÁDIZ

La situación de los pantanos de la provincia de Cádiz empieza a ser alarmante

Los embalses gaditanos se encuentran ahora mismo al 52% de su capacidad después de tres meses consecutivos sin precipitaciones

El año hidrológico entra en su recta final con un descenso notable de las lluvias registradas. Javier Fernández

D. Ávila

La falta de precipitaciones en la provincia de Cádiz empieza a ser preocupante. Las últimas lluvias se resgistraron el pasado mes de mayo, por lo se encadenan ya prácticamente tres meses sin caer una sola gota . A ello hay que sumar un año 2019 que está siendo especialmente seco hasta la fecha.

Algunas zonas de la provincia de Cádiz apenas acumularon 80 litros por metro cuadrado entre febrero y mayo. Esta situación está siendo especialmente complicada para el campo gaditano. Y es que la falta de lluvia ha provocado la pérdida de hasta un 30% de las cosechas de cereales en la provincia. Estas pérdidas en el sector agrícola, si nada cambia, se volverán a repetir con una vendimia que se verá reducida en más de un 20% con respecto a la pasada campaña.

Esta severa sequía también se está viendo reflejada y de qué manera en los embalses gaditanos. La media de agua embalsada a estas alturas del mes de agosto se ha reducido un 15,54% con respecto al pasado año, pasando de 1.238 hectómetros cúbicos en 2018 a los 955 actuales, situándose la media provincial en el 52% .

El pantano de Bornos es el que atraviesa una situación más complicada en la provincia. Actualmente se encuentra a apenas un 32% de su capacidad con 65 hectómetros cúbicos de agua, muy lejos de los 125 que contenía el pasado año 2018 en pleno mes de agosto.

El embalse de Barbate es otro de los que se encuentra actualmente por debajo del 50%. Con 108 hectómetros cúbicos de agua embalsada se sitúa al 47% de su capacidad. El año pasado contenía a estas alturas del año prácticamente un 20% más de agua que ahora (154 hm3 al 67% de su capacidad).

El embalse del Celemín, ubicado en la localidad de Benalup-Casas Viejas, también se encuentra actualmente al 46% con sólo 21 hm3 de los 45 de su capacidad total. El año pasado se encontraba en agosto al 57,78%.

El pantano de Guadalcacín es el más grande de la provincia de Cádiz. Con 413 hectómetros cúbicos, se encuentra al 51% de su capacidad total. O lo que es lo mismo, un 12% menos de agua que la que contenía el pasado año a estas alturas de verano.

Situación parecida vive el embalse de Los Hurones. Con solo 69 de los 135 hectómetros cúbicos que contiene, está actualmente al 51% de su capacidad total. En 2018 rozaba en agosto los 100 hm3, más de un 20% de agua que a día de hoy .

En una situación algo mejor que la media provincial están actualmente los embalses de Guadarranque (al 56% con 49 hectómetros cúbicos) y Charco Redondo (al 58% con 47 hectómetros cúbicos).

En un estado mucho mejor está, a pesar de la sequía, el pantano de Zahara – El Gastor. Este embalse se encuentra al 69% de su capacidad total con 155 hectómetros cúbicos de agua de los 223 que tiene de capacidad. En este caso, la comparativa con respecto al pasado año no es tan abultada, puesto que en 2018 contenía solamente un 8% más de agua de la que alberga en esta recta final del mes de agosto.

El pantano que mejor situación vive a día de hoy es el de Arcos de la Frontera . Con 13,59 hectómetros cúbicos de un total de 14,60, esta lámina de agua está al 93% de su capacidad. La cifra de este año 2019 es prácticamente idéntica a la media de 13,72 hm3 de los últimos años.

Mejor que otras provincias andaluzas

Pese a que la coyuntura empieza a ser preocupante en la Demarcación Hidrográfica Guadalete-Barbate a la que pertenecen los pantanos gaditanos, la situación es significativamente mejor a la que viven otras provincias andaluzas.

Almería es la que contempla un escenario más delicado. Los pantanos de Beninar y Cuevas de Almanzora se encuentra al 10% de su capacidad con apenas 24 hectómetros cúbicos entre los dos de un total de 224.

Córdoba es la segunda provincia más castigada por la sequía. Los pantanos cordobeses se encuentran a estas alturas de agosto a apenas el 34% de su capacidad con 1.172 hectómetros cúbicos embalsados de un total de 3.411. Le sigue la provincia de Jaén con sus pantanos al 36% de su capacidad (848 hm3 de un total de 2.327) y Granada al 48% ( 576 hm3 de un total de 1.186).

En cambio, en mejor situación que Cádiz se encuentra a estas alturas de verano las provincias de Sevilla (al 56% de su capacidad), Huelva (al 60%) y Málaga (al 62%).

Año hidrológico más seco

Los datos de precipitaciones acumuladas en el presente año hidrológico hablan por sí solos de la sequía que está azotando a la provincia de Cádiz.

Según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, en Jerez de la Frontera han caído 378 litros por metro cuadrado desde el pasado 1 de septiembre. A falta varios días para que finalice el año hidrológico 2018/19 (el próximo 31 de agosto), todo apunta que esta cifra no variará.

Por hacer una comparativa, en el año hidrológico 2017/2018 cayeron 693 litros en Jerez , un 46% más de acumulado que el presente año. La media de años anteriores se sitúa en 524 litros por metro cuadrado.

En Grazalema, por su parte, han caído hasta la fecha 1.251 mm litros de precipitación. En el año hidrológico 2017/2018 cayeron 2.357, un 47% más de la registrada este año . En cualquier caso, la media de precipitaciones de los últimos años se sitúa en 1.472 litros por metro cuadrado, cifra poco distante de la actual.

En la tarifeña Sierra de Luna, las precipitaciones acumuladas hasta la fecha son son de 1.207 litros por metro cuadrado. El año hidrológico anterior terminó con 1.643 mm, un 27% más que en este 2018/19.

La diferencia con respecto a otras anualidades también es notable en el embalse de Barbate. En esta zona se han registrado 434 litros por metro cuadrado mientras que en el año hidrológico 2017/18 cayeron un total de 895, un 52% más de lluvia que actualmente .

Restricciones en los años 90

Aunque la falta de precipitaciones es más que evidente, por ahora no existe riesgo de que puedan producirse restricciones de agua aunque no lloviese nada hasta el próximo otoño. Actualmente las previsiones de consumo tanto de regadío como de abastecimiento, unida a la planificación que se realiza a años vista, hace muy complicado que se acometan medidas severas de este tipo.

Hay que remontarse a la primera mitad de los años noventa para recordar cuándo se produjeron las últimas restricciones en la provincia de Cádiz. Entre los años 1991 y 1995 tuvo lugar una intensa sequía en todo el país que afectó especialmente Andalucía.

Cádiz fue una de las provincias más castigadas . Las restricciones se prolongaron durante casi cuatro años para los cerca de 800.000 habitantes de la Bahía de Cádiz, La Janda, la Costa Noroeste y la campiña jerezana. Como si de un toque de queda se tratase, en verano se vivían estampas insólitas en el litoral gaditano. Y es que la gente se marchaba de las playas en masa, todos a la misma hora, para llegar a casa y poder ducharse antes de que cortasen el suministro de agua.

Esta seguía fue crítica para los cultivos y un campo andaluz que veía cómo se perdían cosechas enteras por falta de precipitaciones. El turismo fue otro de los sectores afectados , pues sufrió una notable reducción esos años de sequía y restricciones. A raiz de esta situación de emergencia, la cultura del ahorro se impuso en una sociedad que aprendió a valorar más un bien de primera necesidad como es el agua.

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