El botellón, un fenómeno social que cumple ya 30 años
El botellón, un fenómeno social que cumple ya 30 años - L. V.
OCIO

¿Sabes dónde hacen botellón los jóvenes de Cádiz?

Desde la capital parten decenas de autobuses cada fin de semana hacia los chiringuitos y discotecas de la costa

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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En Cádiz capital se viven años de tranquilidad, quizá demasiada, en cuanto a marcha nocturna se refiere. El ambiente se fue hace años del Paseo Marítimo en bares, pubs y terrazas y la juventud de Cádiz se aferre a la oferta ubicada en la Punta de San Felipe, cercana al botellódromo oficial de la ciudad.

Pero en los últimos meses, el Ayuntamiento de Cádiz se plantea qué hacer con esta parcela que gestiona como tal en concesión de suelo portuario. Se baraja darle otros usos culturales pero serían costosos en cuanto a personal y programaciones, además de que asestarían un duro golpe a la oferta hostelera de la Punta, que revive tras la crisis económica. Por ahora, el equipo de gobierno ha prorrogado la concesión hasta final de año para decidir sobre el futuro de lo que fue una gran zona de concentración juvenil.

Mientras tanto, adolescentes y veinteañeros de Cádiz buscan refugio nocturno para sus marchas en zonas turísticas de la costa, en discotecas de verano ubicadas en Los Caños, El Palmar o en cualquier otro rincón donde encuentren un hueco donde se les permita reunirse sin demasiado control. Como se viene haciendo en las últimas décadas.

Tanto es así que desde Cádiz capital salen cada noche de los viernes y sábado de verano una docena de autobuses llenos de jóvenes para salir de marcha por la costa. Por un módico precio, se les ofrece el billete de ida y vuelta, y que cada cual se gestione su propia bebida. Parten de la Avenida principal de Cádiz y es curioso ver cómo cientos de jóvenes salen de la ciudad con botellas en bolsas de plástico.

Pero la ruta del ocio nocturno también ha cambiado en los últimos años. Atrás quedaron los grandes botellones en Conil, que hicieron famoso a la localidad. La afluencia de miles de jóvenes para salir en esta pequeña localidad gaditana llegó a engullir el resto de la oferta de hostelería y de ocio a principios de la década del 2000, hasta tal punto que en 2010 el Ayuntamiento conileño lo prohibió por ordenanza municipal.

A Conil lo atropelló el botellón debido a unas normas locales muy poco estrictas, a una gran oferta de alojamiento barato (especialmente en campamentos de la zona) y a una ubicación estratégica, muy próxima a la oferta de chiringuitos a pie de playa y discotecas de la provincia.

Hoy día, siete años después de la prohibición del botellón en Conil, todos los grupos de población parecen haber encontrado el equilibrio en este municipio turístico. El secreto ha sido, además de la prohibición con multas incluidas, una programación cultural dirigida a las familias muy potente. La concejala de Turismo, Pepa Amado, explica a este periódico que hay que programar «cultura y ocio de la mano». «Nosotros promocionamos el turismo familiar de sol y playa en Conil y la cultura».

Entre la oferta con mayor éxito se encuentra el Carnaval en la calle, con actuaciones de agrupaciones locales en diversos puntos del casco histórico los miércoles y jueves de diez a doce de la noche. «Está teniendo una enorme aceptación por parte de la gente», apunta Amado. La afluencia de jóvenes que buscan una zona de ocio económica y ambientada se ha trasladado a El Palmar en el término municipal de Vejer, que colinda con el municipio conileño. Para frenarlo, la playa de Castilnovo está «totalmente protegida» por efectivos de seguridad, para evitar cualquier 'contagio'.

Así que ahora la pelota del botellón, este problema social que va escurriendo de un lado a otro a la vez que se desinfla, se encuentra en el tejado del Ayuntamiento de Vejer de la Frontera. «Son innumerables los chiringuitos de la costa que ofrecen música en directo», apunta el hostelero de la Punta de San Felipe, Miguel Ángel Veiga, gerente del Momart y de Babylonia.

Su dilatada experiencia en el negocio del ocio juvenil, le sustenta cuando afirma que la costa siempre «ha tenido y tendrá un gran tirón para los jóvenes, esto es así y hay que entenderlo. Pero en nuestra mano está ofrecerles algo interesante para que no tengan que salir a la carretera». Veiga apunta que la Punta goza en estos años de un estupendo ambiente en el que se concentran miles de jóvenes cada fin de semana.

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