REPORTAJE

Los reyes de la 'coca' en Cádiz que se movían entre lujos y reñideros de gallos

La banda desarticulada que distribuía desde Jerez cocaína a compradores de clase media-alta de toda la provincia tenía un volumen de venta «descomunal»

MARÍA ALMAGRO

En el bar de una piscina de vecinos de El Puerto. Ahí comenzó todo. En ese lugar, tranquilo, familiar, donde, de primeras, nadie habría pensado que se escondía algo punible, oscuro, se convivía a diario con el delito. La persona que tenía la explotación del local se estaba dedicando desde hace tiempo a 'gramear', o lo que es lo mismo, a vender cocaína por gramos. Tal era su actividad y la generosa agenda de clientes que tenía este peculiar hostelero, apodado 'El Charra', que sirvió de perfecto señuelo para que los agentes del grupo de Estupefacientes de El Puerto hayan logrado desarticular una de las principales redes de distribución de cocaína que funcionaban en la provincia de Cádiz.

La Policía Nacional informaba este pasado jueves de un importante golpe al narcotráfico que ha supuesto la detención de siete personas y la incautación de quince kilos de cocaína, un gran cantidad de dinero y siete vehículos de alta gama. La organización estaba asentada en Jerez y distribuía droga procedente de Málaga que era dispensada en puntos de venta en El Puerto, Sanlúcar y Arcos.

La persistencia, la constancia y el mantenerse firme en que detrás del mostrador de ese bar había mucho que investigar han sido claves para que este operativo policial haya resultado todo un éxito.

El inicio de las pesquisas se remontan a octubre del año pasado. Es entonces cuando los agentes empiezan a tener una serie de informaciones acerca de que en el bar de una piscina comunitaria ubicada en la urbanización Vallealto de El Puerto se despacha algo más que tapas y refrescos. Según comprueban, la persona que está explotando el local se está dedicando a vender coca, a gramo. Nada de micras, de trapicheo para 'yonkis', sino importantes cantidades al día a clientes de clase media-alta.

Según los investigadores, podían llegar a vender 50 gramos de cocaína al día entre una gran cartera de clientes

Así lo constatan en las vigilancias que ponen en marcha y que se presumen bastante complicadas. La urbanización es cerrada . No se puede entrar sin un mando que abra la barrera. Sin embargo, los agentes ven como cada día numerosas personas se acercan con sus coches y alguien les abre sin problemas para que pasen. Se activan controles y se pilla a varios de estos compradores con la droga encima cuando salen.

Con estas pruebas ya determinadas y las actas en la mano el Juzgado de Instrucción número uno de El Puerto abre la causa. Comienza la investigación. ¿Quién es la persona que vende?, ¿trabaja solo?, ¿de dónde viene la droga?, ¿qué nivel maneja?...

También 'telecoca'

Poco a poco y gracias a las gestiones policiales que se van realizando las respuestas comienzan a llegar. El Charra no trabaja solo. Los agentes descubren que tiene un socio, alguien que le ayuda a dar salida a la cocaína desde una casa en el Tiro Pichón, pero además, según los investigadores, también funcionan como ‘telecoca’. Los clientes le llaman, le dicen donde están y les lleva el pedido. «El volumen de venta que tenían era descomunal y los fines de semana se desbordaba». En cifras podían llegar a 'dispensar' a diario unos 50 gramos de cocaína entre una importante cartera de clientes, personas de una pudiente posición económica que iban a por su dosis a la salida del trabajo, o que se citaban con los vendedores e incluso que se la acercaban a algún hotel.

«El volumen de venta que tenían era descomunal y los fines de semana se desbordaba»

Pero, ¿de dónde sacaban tanta droga?, ¿quién les suministraba?. La prudencia y el ir paso a paso llevó a los agentes a ir formando un puzzle que cada vez iba teniendo más piezas y un mayor peso. El Charra acudía habitualmente a reñideros . Al parecer, entre peleas de gallos, establecía contactos para su 'negocio' con algunos camellos que también le vendían. Pero la clave era otra. Entre esas personas había una con la que repetía más veces esas 'reuniones de trabajo'. Un contacto de Jerez. Entonces la Policía continuó escarbando y lograron identificarlo. Se trata de V. N., 46 años, y cuyo padre es conocido en el mundo policial por ser «el traficante de cocaína más fuerte que había en el año 2000 en todo Cádiz», cuentan de él.

Los agentes tienen la pista que esperaban y comienza otra fase de la investigación centrada en este importante contacto y en su entorno. Así descubren que no escatima en gastos. Amante de los gallos de pelea acude a reñideros de toda la provincia. «Él y su hermano han llegado a apostar por un gallo 100.000 euros», recuerda uno de los agentes que le ha seguido de cerca.

Pero este derroche les pudo salir caro. Sin trabajo oficial, el supuesto cabecilla de la red, V.N., figura como propietario de hasta once inmuebles en Jerez, sin embargo como única actividad declarada tiene un lavadero de coches situado en la avenida José Obrero, un negocio que según la Policía, les ha podido servir de empresa pantalla. «Ahí apenas entraban vehículos. Eso no se corresponde con su alto nivel de vida».

El viaje a Marbella

Le siguen la pista. Es crucial conocer si maneja droga, qué volumen y de dónde la saca. Las pesquisas realizadas llevan a los agentes hasta Marbella. Allí, tras un parón de meses después de la incautación de nueve kilos de cocaína en abril, a principio de este mismo mes, el 4 de junio, V. N. y su hermano E. N. retoman la actividad. Viajan a Marbella. La forma en la que hacen el trayecto es otra pieza que puede encajar. Conducen un A3, sin seguro y sin coche que vaya delante de ellos, sin lanzadera que les saque de un posible apuro . Quizá el hecho de que salte en un control que no tienen seguro desvía la atención a otros asuntos que intenten esconder.

A los policías también les sorprende que unos narcotraficantes de este nivel de distribución se pongan ellos mismos al volante, se acerquen directamente a por la cocaína y no envíen a intermediarios. «Eran muy desconfiados. Por eso tocaban la droga. No se fiaban de nadie».

«Eran muy desconfiados. Por eso tocaban la droga ellos mismos. No se fiaban de nadie»

Una vez de regreso y con la droga ya en casa era el momento de ir a por ellos. Así el pasado martes 19 de junio se puso en marcha un importante operativo para practicar los registros y realizar las detenciones. Desde primera hora de mañana y apoyados por agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Jerez y El Puerto, entraron en las viviendas de los implicados de manera simultánea en ambas localidades. EnJerez se practicaron siete de estas inspecciones. Una de ellas en la finca ‘ Caulina ’ (nombre que ha bautizado la operación). En esta inmensa casa tenía unos 600 gallos de pelea, algunos de primera competición valorados en unos 50.000 euros. En otra de las viviendas los perros de la Unidad de Guías Caninos marcaron una maleta y un armario con doble fondo.

En total intervinieron 13.000 gramos de cocaína, empaquetados, más de 60.000 euros y siete vehículos de alta gama como un Porsche Cayenne y un AMG. En El Puerto se realizó otro registro dando como resultado la detención de cuatro personas y la incautación de 1.290 gramos de cocaína, balanzas, útiles de pesaje, otros tres vehículos y dinero. Además de los máximos implicados, los dos hermanos, El Charra y su socio, la Policía detuvo también a un guardés, la pareja de éste y los padres de los dos hermanos jerezanos. Siete personas de las que cuatro han ingresado ya en prisión, mientras que las otras tres han sido puestas en libertad con cargos.

La investigación ha sido realizada por el grupo de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de El Puerto de Santa María con el apoyo de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO)de la Comisaria Provincial de Cádiz, el Grupo de Respuesta Especializada en Crimen Organizado ( GRECO) adscrito de la Comisaría Genera de Policía Judicial, así como el Servicio de Vigilancia Aduanera que investiga el supuesto blanqueo. En los registros efectuados han participado agentes de las UPR de El Puerto y Jerez y la unidad de Guías Caninos.

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