Cuadrillas de trabajadores de la industria auxiliar salen de Navantia Cádiz
Cuadrillas de trabajadores de la industria auxiliar salen de Navantia Cádiz - ANTONIO VÁZQUEZ
Navantia

Un revés inesperado

La resurrección de los astilleros de la Bahía es una realidad, pero San Fernando tiene que esperar la firma del contrato de las corbetas de Arabia para asegurar su futuro

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La Armada venezolana recibió en abril de 2012 al patrullero 'Kariña' de manos de Navantia, sin embargo, la salida de este buque del dique de Puerto Real puso fin a más de seis años de prosperidad en los astilleros gaditanos. Un total de 14 barcos se construyeron en las factorías de la Bahía entre 2005 y 2011. La nueva Navantia que surgió tras la reconversión de Izar vino al mundo con varios contratos de obra debajo del brazo. Los cuatro BAM de la Armada española, los siete patrulleros venezolanos, los dos ferrys de Acciona y el BAC 'Cantabria' aportaron a los astilleros de Cádiz una de las mayores etapas de prosperidad y estabilidad de su historia.

Después vino el cambio de ciclo, la crisis y la época de las vacas flacas.

Las plantas gaditanas, especialmente San Fernando y Puerto Real, estuvieron paralizadas durante tres años hasta que Iberdrola se fijó en Navantia para un proyecto eólico. La compañía eléctrica adjudicó a la empresa naval la obra de una plataforma offshore para el complejo eólico-marino que desarrolla en aguas alemanas. La construcción en el astillero de Puerto Real de la plataforma Wikinger significó el principio del fin de una etapa funesta para el sector industrial de la Bahía. A partir de entonces, la carga de trabajo en las factorías gaditanas ha ido a más.

Las expectativas depositadas en el viaje del Rey de España a Arabia Saudí este fin de semana se han frustrado. El aplazamiento de la visita del monarca a Riad por la muerte del príncipe saudí Turki bin Abdelaziz, hermano del actual rey Salman, pone en cuarentena la firma de un ambicioso contrato para la factoría de San Fernando.

El viaje de Felipe VI a Arabia era de vital importancia para los intereses económicos de Cádiz ya que sigue en el aire la firma de un contrato naval para la construcción en el astillero de La Isla de cinco corbetas. Este acuerdo pudo resolverse el pasado febrero debido a la incertidumbre política que vivía nuestro país ante las dificultades para formar un nuevo Gobierno. El Rey de España tuvo que cancelar entonces el viaje previsto a Arabia para atender estos compromisos políticos.

Sobre la mesa se encuentra un contrato por valor de 2.000 millones de euros que permitirá al astillero de San Fernando construir cinco corbetas en un plazo máximo de cinco años. El acuerdo supone más de 3.000 empleos y estabilidad para la factoría isleña. De momento, habrá que esperar.

El encargo saudí pendiente es fruto de las buenas relaciones que mantienen las monarquías de ambos países. El Rey emérito, Juan Carlos I, ya visitó Arabia en la primavera de 2014 en un ambicioso viaje de negocios por países del Golfo Pérsico para favorecer allí la participación de empresas españolas en inversiones de infraestructura.

Pérdidas por inactividad

Navantia ha ido poco a poco recuperando el pulso, pero no ha sido fácil llegar a este punto. De hecho, la compañía arrojó en 2015 un volumen de pérdidas superior a los 160 millones de euros. La inactividad de los años anteriores le ha pasado factura. No obstante, empieza a ver la luz al final del túnel y el contrato saudí, cuya firma se espera como agua de mayo, es clave para salir definitivamente a flote.

Las tres plantas de la Bahía han aguantado el tipo. Si analizamos una por una su evolución nos encontramos con ritmos de trabajo que empiezan a ganar en estabilidad. Este es el caso del astillero de Cádiz que, al margen de su actividad como centro de mantenimiento y reparación de buques, se ha especializado en la transformación y mejora de grandes cruceros.

Los recortes en materia de Defensa en 2008 llevaron a la Armada española a cancelar varias obras en su flota. La decisión del Gobierno puso en jaque al astillero de la capital, que se vio obligado a diversificar su negocio y a buscar nuevos clientes. Así, Navantia entró de manera muy tímida en el área de reparación de cruceros y hoy es un referente internacional en este segmento. Como dato cabe resaltar que acabará el año con 16 cruceros reparados y una media de 2.000 empleos. La obra más importante la llevó a cabo el pasado octubre al crucero ‘Disney Wonder’, de la Disney Cruise Line, que estuvo 40 días en el dique de la capital para una transformación total de sus instalaciones.

El impacto de la obra de un crucero en la economía local es de unos 9 millones de euros

La buena marcha de este astillero también se advierte en la economía local, ya que la obra de un crucero incide también en los servicios que prestan bares, restaurantes y hoteles de la Bahía. El impacto de la obra de un crucero en la economía local es de unos 9 millones de euros.

Además, el astillero de Cádiz se encarga también del mantenimiento de los cuatro destructores norteamericanos que componen el escudo antimisiles, cuya base se encuentra en Rota.

La situación también ha cambiado en la planta de Puerto Real, donde sigue la obra de los cuatro petroleros, con opción a dos más, para el grupo vasco Ibaizábal. La construcción de estos cargueros arrancó oficialmente el pasado 25 de abril con el corte de chapa y aportará carga de trabajo hasta finales de 2018. La obra conlleva una mano de obra superior a las 3.000 personas.

La actividad en este astillero no ha cesado. Las aguas empezaron a volver a su cauce a finales de 2014 cuando se inició la obra de la plataforma Wikinger para Iberdrola.

Diversificar el negocio

La compañía eléctrica le adjudicó a Navantia ese año por 70 millones de euros la obra de una subestación para albergar el centro de transformación eléctrica del parque eólico-marino que ha desarrollado en Alemania. Este proyecto se ha culminado con éxito y el pasado agosto la plataforma fue embarcada en Puerto Real con destino al mar Báltico.

De nuevo Navantia ha sido la adjudicataria en octubre de este año de un nuevo encargo de Iberdrola. Se trata de la construcción de una nueva subestación para el proyecto eólico que desarrolla en aguas inglesas del mar del Norte. La obra de la East Anglia One asciende a 65 millones de euros y dará trabajo a unas 2.000 personas. Igual que la Wikinger, el astillero gallego de Fene también participa en ella con la adjudicación de la obra de los soportes para los molinos de viento.

La tercera pata sobre la que se apoya el sector naval gaditano la encontramos en el astillero de San Fernando, que inició en 2015 la obra de uno de los dos BAM encargados por la Armada española a Navantia. La factoría isleña es la que se encuentra más rezagada con respecto al resto de fábricas en cuanto a carga de trabajo se refiere, por ello la obra de las cinco corbetas para Arabia Saudí es clave para garantizar su futuro. Se espera ahora la confirmación oficial para una nueva fecha del viaje del Rey.

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