INDUSTRIA

Un rescate que evitó la ruina en la Bahía

J. R.

La Junta de Andalucía impulsó en 2009 la creación de lo que hoy conocemos como Alestis Aerospeace mediante la participación en su accionariado del grupo vasco aeronáutico Alcor y de varios bancos y cajas de ahorro. En agosto de 2009, el recién estrenado consorcio andaluz aeronáutico, anunció la contratación de 350 antiguos empleados de la factoría de automoción Delphi de Puerto Real para incorporar a partir de septiembre a su plantilla. El 70% del capital de Alestis estaba entonces en manos andaluzas, con la agencia IDEA como accionista de referencia y la participación de Cajasol, Unicaja y el Banco Europeo de Finanzas.

Las contrataciones anunciadas se enmarcaban dentro del compromiso adquirido en su día por la Junta de Andalucía para recolocar a los parados que dejó Delphi. La compañía nació con un pan debajo del brazo al conseguir dos de los contratos más importantes del nuevo avión de Airbus, el A350. Se hizo con la construcción del cono de cola y la ‘belly fairing’ o panza de este moderno avión civil. Sin embargo los problemas llegaron dos años después, cuando Alestis reconoció graves problemas de financiación para sacar adelante los contratos asignados. Fue entonces cuando Airbus, ante el riesgo de que los problemas de su proveedor generaran un retraso en la producción del A350, decidió tomar cartas en el asunto. A partir de ese momento se inició una negociación para reorganizar Alestis de arriba abajo. La compañía tenía un agujero superior a los 135 millones de euros, buena parte de ellos son la deuda contraída con los ministerios de Industria y Hacienda. Los gestores de Airbus tomaron las riendas y la empresa se declaró en concurso de acreedores en 2013. Durante un año Airbus planificó la nueva dirección de Alestis y metió más carga de trabajo para garantizar su viabilidad, además inyectó 176 millones de euros para salvar los programas aeronáuticos contratados. La situación obligó a una reforma de su consejo de administración. Así, salió el Grupo Alcor, CaixaBank, Cajasol y, posteriormente, la Junta.

El expresidente de Airbus Military, Domingo Ureña, que dimitió del cargo el 29 de enero de 2015 tras detectarse nuevos problemas en la producción de A400M, fue la persona que movió los hilos para que la operación de rescate de Alestis saliera adelante. En este escenario, la SEPI movió ficha y anunció su entrada en el accionariado. Tras levantarse el concurso de acreedores en 2015 y confirmase la entrada de la SEPI, Alestis inició ese año un nuevo rumbo.

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