Crisis del coronavirus

Playas de Cádiz en el verano de 2020: sin lavapiés ni duchas y con sombrillas en todo el ancho del arenal

La Junta recoge la necesidad de establecer una capacidad máxima en cada una de las playas para mantener la distancia de seguridad

Las playas de Cádiz, vacías durante el confinamiento por la crisis del coronavirus. A. Vázquez

Nuria Agrafojo

Las playas de Cádiz tendrán que experimentar una importante transformación si quieren abrir al público en el verano de 2020. Así lo ha comunicado la Junta de Andalucía a 61 alcaldes de las localidades situadas en toda la costa andaluza.

Precisamente, durante la jornada del martes, el Ejecutivo autonómico dio un primer paso hacia la regularización de las playas para su apertura al público con la aprobación de un decreto ley que obliga a los ayuntamientos a elaborar planes de contingencia para garantizar la seguridad, los cuales tendrán que ser enviados a los responsables de protección civil en el plazo máximo de un mes.

Con este decreto y un borrador con una serie de recomendaciones que ha elaborado el Instituto de Calidad Turística Española, ya podemos ir descifrando cómo será el uso de las playas gaditanas a partir del día 25 de mayo, que en principio es la fecha asignada para la reapertura al baño del litoral.

Control de aforo

Una de las principales novedades que se confirma con este documento es que las playas gaditanas tendrán que tener un control de aforo y mantener la distancia de dos metros de seguridad entre los bañistas, así como un número límite de personas en grupos cuyo número aún está por decidir.

Por ello, la administración andaluza ya ha solicitado a los alcaldes la necesidad de establecer la capacidad de cada una de las playas, que debe tener en cuenta las mareas y las concesiones administrativas instaladas en la zona. A partir de ahí, la fórmula se centraría en garantizar que no se rebase dicha capacidad a través de controles efectuados por los efectivos de protección civil a diario.

De hecho, la Junta ya ha propuesto crear categorías por playas, dividiéndolas entre libres (aptas), peligrosas (se puede acceder con limitaciones) o de uso prohibido, así como para la determinación de sus grados de protección (bajo, moderado o alto). El grado de protección se establece en función de criterios como pueden ser, entre otros, la afluencia de visitantes, el histórico de incidencias, si tiene actividades deportivas o si existe balizamiento en las zonas de baño.

En la mayoría del litoral gaditano, caracterizado por sus extensos arenales, parece ser que los problemas de aforo no serán importantes, aunque habrá diferencias notables de uso entre playas aisladas y amplias como las de Chiclana o Conil y zonas como la capital, como La Victoria o La Caleta , que son playas urbanas, que reciben mayor afluencia de bañistas y donde las mareas obligarán a reducir su capacidad para garantizar el distanciamiento social.

Por ello, podremos ver imágenes curiosas en todas las playas de Cádiz, donde la zona se sombrillas se extenderá hasta el Paseo Marítimo o hasta las dunas, aprovechando así toda la extensión del amplio arenal que caracteriza al litoral gaditano. Para ello, los ayuntamientos ya estudian incluso la posibilidad de utilizar maquinaria para acondicionar estas zonas para los bañistas.

Datos de ocupación online

También parece firme la decisión de la Junta de no permitir lavapiés ni duchas en toda la playa, ni tampoco las papeleras, que tendrán que situarse fuera de la arena. Asimismo, se prohibirán los vestuarios y se limitarán los aseos, mientras que la asistencia a discapacitados tendrá que llevarse a cabo con cita previa.

Para garantizar la cobertura económica de estas medidas, el Consejo de Gobierno aprobó ayer una ayuda de 10,5 millones de euros que los ayuntamientos podrán solicitar en dos líneas diferentes. Cinco millones de euros se consignarán para la realización de los planes de contingencia y a garantizar las medidas de seguridad, mientras que otros 5,5 millones de euros irán destinados a que los municipios acometan actuaciones de limpieza e higiene de las playas y la adquisición de bienes inmuebles que sean necesarios para cumplir con todos los requisitos.

De los primeros ayuntamientos en adaptarse a estas medidas ha sido el Ayuntamiento de Chiclana, que ya ha anunciado que balizará sus playas en 44 tramos para garantizar el aforo. Además, ya está trabajando en la puesta en marcha de herramientas tecnológicas para que los ciudadanos puedan consultar desde casa la ocupación de cada una de las franjas del litoral en cada momento.

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