La plantilla de Airbus responde al ajuste con las primeras medidas de presión

El plan de ajuste anunciado por Airbus a mediados de febrero y cuyo impacto laboral fue comunicado oficialmente este martes en cada planta ha tenido una inmediata reacción por parte de los representantes de los trabajadores . El comité intercentros de las factorías españolas ha avisado a la dirección de la empresa de que "no habrá más colaboración con la compañía en materia de ampliación de jornadas", es decir, los trabajadores no realizarán a partir de este jueves ninguna prolongación de su jornada laboral como se hacía hasta ahora de manera habitual. La medida de presión, que es indefinida, incluye también sábados y festivos.

De esta forma, las centrales sindicales quieren mostrar su rechazo al plan de ajuste diseñado por el gigante aeronáutico para hacer frente a sus pérdidas en la división de Defensa de la compañía. El plan afecta a 630 trabajadores de las factorías españolas, de los que 44 son de la planta portuense del Centro Bahía de Cádiz (CBC), 216, de las instalaciones sevillanas de Tablada y San Pablo, y 347 de los centros madrileños de Getafe y Barajas.

Además, las centrales sindicales trabajan en estos momentos en la convocatoria de dos grandes manifestaciones a final de mes en Sevilla y Madrid . De momento, la semana que viene se celebrarán en cada factoría de nuestro país distintas asambleas para informar de manera pormenorizada sobre el ajuste. En este sentido, fuentes consultadas por LA VOZ han adelantado que el plan anunciado por la dirección de Airbus, que recoge la salida de 2.362 trabajadores en Europa, 630 de ellos en España, no es definitivo . El comité intercentros tiene que negociar cómo se ejecutará y destaca que el plan debe llevar la bendición de los representantes de los trabajadores. La empresa quiere que las salidas anunciadas sean efectivas a partir de julio, pero los representantes de los trabajadores destacan que habrá que definir ahora si las salidas serán a través de un ERE o de un ERTE . La posición de los sindicatos es similar a la que mantuvieron en 2007 cuando Airbus, en plena cresta de la ola, aprobó por unanimidad el Power 8 , un plan de reestructuración de su línea comercial-civil que significó el sacrificio de 10.000 empleos en cuatro años en Europa, de los que 400 fueron en España. Esta medida permitió a la empresa ganar competitividad y, sobre todo, afrontar con holgura la crisis que sobrevino después.

El discurso que los sindicatos españoles han transmitido a la dirección de Airbus en España es que no sobra ningún trabajador y es posible optar por otras vías para que el área de Defensa vuelva a los números positivos.

El grupo Airbus presentó las cuentas de 2019 a primeros del pasado febrero en Toulouse y informó de una facturación récord de 70.500 millones de euro s, un 11% más que el ejercicio anterior. El beneficio consolidado fue de 1.339 millones de euros, una cifra marcadamente menor a los 5.048 millones de 2018. Pero el beneficio de la empresa quedó empañado por las pérdidas que arrojaba su división de Defensa, con un agujero de 1.200 millones de euros. 

Así, la compañía presentó el 19 de febrero un plan de ajuste para su área de Defensa afectando directamente a las plantas de España, concretamente a las de Getafe y barajas, en Madrid, San Pablo y Tablada, en Sevilla, y a la del polígono Tecnobahía, en El Puerto. Con esta medida se trataba, en cierto modo, de  amortiguar las pérdidas que acumula la empresa con el avión militar A400M , que se ensambla en Sevilla, y con la bajada de ventas del C295. En 2019 el resultado de explotación de la división de defensa bajó un 40%, hasta 565 millones de euros, mientras creció un 32% en el negocio de aviones comerciales, hasta 6.358 millones, y un 11% en el de helicópteros, hasta 422 millones.