REPORTAJE

La pandemia pone en evidencia la fuga de enfermeros gaditanos al extranjero

En los últimos tres años, de los 960 jóvenes que han acabado el grado en Cádiz, 602 se han marchado a otras comunidades de España y 152 a otros países. Casi el ochenta por ciento del total

Sindicatos sanitarios inciden en la necesidad de mejorar la estabilidad laboral de los profesionales para evitar que se marchen a trabajar a otros lugares. Antonio Vázquez

María Almagro

Suele ocurrir en todos los ámbitos de la vida. La ausencia se nota cuando la necesidad apremia y eso que se quiere ya no está. En cuanto al terreno laboral, esto sucede en muchos sectores profesionales, en una provincia donde los altos índices de paro y los contratos precarios ponen aún más difícil el no tener que coger las maletas. Sobre todo cuando se está empezando y se te pide experiencia sin casi haber empezado a rodar. Y esa oportunidad, la que querían tener, la han estado buscando muchos años cientos de sanitarios recién salidos de la universidad, a los que tanto ahora se recurre y nos agarramos para sobrevivir a una pandemia jamás conocida en la historia reciente.

Cádiz, que durante el confinamiento y la primera ola del Covid se mantuvo en unos niveles menos alarmantes comparados con los negros datos que iban sacudiendo otras provincias o comunidades, ahora, está superando la barrera de ese temor preocupando cada vez de forma más seria. Y, mientras eso pasa aquí, en Madrid, en Barcelona, Sevilla, Valencia, Canarias, en Portugal, Reino Unido, Francia, Alemania… licenciados en Enfermería gaditanos y formados en Cádiz batallan contra el virus lejos de casa porque un día tuvieron que irse para demostrar su valía como profesionales allí donde podían demostrar lo que les habían enseñado.

Como ocurre con todo lo que se quiere demostrar últimamente para darle el rigor que merece, las cifras de esta ‘fuga’ de enfermeros son muy claras. Según datos ofrecidos por el Colegio de Enfermería de Cádiz, en los tres últimos años han finalizado este grado 960 alumnos, de los cuales se han ido 602 a otras comunidades autónomas y 152 a otros países . En total 754. Es decir, el 79 por ciento de estos recién titulados se marchó fuera de la provincia a trabajar. La crisis sanitaria ha amplificado las denuncias sobre la falta de plantilla que existía en hospitales y centros de salud y que se ha agravado con el azote del virus. La última medida tomada por la Junta de Andalucía sobre el cambio en las condiciones laborales del personal del SAS y la forma que pretenden instaurar para agilizar las contrataciones así lo demuestra.

«Entendemos que la situación es muy complicada, pero desde el mes de marzo han pasado ocho meses, un tiempo más que suficiente para preparar cualquier tipo de imprevistos. Alguien no hizo bien su tarea y ahora se han visto obligados a tomar medidas muy duras, y como mínimo cuestionables algunas de ellas», asegura el presidente del Colegio de Enfermería de Cádiz, Rafael Campos, en alusión a la polémica orden del 8 de noviembre publicada en el BOJA.

En este sentido, Campos recuerda a todos esos profesionales que desistieron en el intento de seguir trabajando en Cádiz . «Ya avisamos desde los colegios sanitarios de que nuestros profesionales se estaban marchando a otras comunidades y a otros países, buscando mejores salarios, mayor tiempo de contratación y mejores condiciones de trabajo», lamenta. «Insistimos en que debería haberse previsto el peor de los escenarios y no haber tenido que improvisar soluciones tan drásticas en las que como siempre, pierden los profesionales».

«Ya avisamos de que nuestros profesionales se estaban yendo», lamenta el presidente del Colegio de Enfermería de Cádiz

En esta misma línea se manifestaba recientemente el Consejo Andaluz de Enfermería (CAE) que mostraba su preocupación por la precariedad de las condiciones de contratación que se han venido dando en la sanidad pública andaluza.

El CAE afirma que esta nueva Orden no es sino el reflejo de «una tremenda falta de planificación que viene caracterizando a la sanidad pública andaluza durante los últimos tiempos».

Contratos de quince días

En este sentido, este órgano recuerda que desde hace años viene alertando de la fuga de profesionales enfermeros a otras comunidades autónomas y a otros países de la UE, «a consecuencia de la precariedad de las condiciones de contratación que viene siendo nota característica en el funcionamiento de la Sanidad Pública Andaluza, así como la falta de organización». Ejemplo de ello, aseguran, es que la bolsa del SAS esté contratando con el corte de baremación del año 2018, o que muchos profesionales concatenen contratos de apenas quince días.

«Esta inestabilidad e incertidumbre viene provocando la fuga masiva de profesionales de Enfermería andaluces en busca ya no solo de unas condiciones de duración de contratos y retributivas dignas, homologables a la media española, sino de una estabilidad profesional», indica el presidente del CAE, Florentino Pérez.

Se estima que más de dos tercios de las nuevas promociones que vienen graduándose en los últimos años en las facultades y escuelas de Enfermería de toda Andalucía, se han visto empujadas a emigrar a otras regiones del país así como al extranjero. Buscan, según dicen, trabajos que estén acordes a su preparación y alta cualificación.

Según un estudio reciente del CAE, ‘La enfermería andaluza: Análisis de situación y principales demandas’, que contó con la participación de 3.005 enfermeros encuestados en la comunidad, ponía de manifiesto que tan sólo el 52,2% de los enfermeros ha trabajado todo el tiempo desde que terminó la carrera; además, el 29,7% tiene que hacer horas extraordinarias y el 50,6% tiene que doblar turno periódicamente en varias ocasiones a lo largo del año para llegar con un sueldo digno a final de mes.

Según han venido denunciando los sindicatos médicos durante toda la pandemia, el déficit de plantilla de profesionales en atención primaria, urgencias, UCI, etc... en España, Andalucía, y en concreto en la provincia de Cádiz, se está haciendo más evidente con la alerta sanitaria, sin embargo insisten en que se trata de un problema que viene de lejos y al que no se le ha puesto remedio.

En Cádiz, esta situación es más preocupante en el área sanitaria de la Sierra donde además el virus está teniendo la tasa de incidencia más alta en localidades pequeñas que tienen además pocos centros sanitarios cercanos y suficientemente equipados a los que poder acudir.

«Yo aposté por quedarme en Cádiz»

Lucía Sánchez es de esas profesionales sanitarias que lo tuvieron claro desde el principio. Sabía a que quería dedicar su vida y que su modo de verla y apreciarla fuera útil para otros. La cultura del esfuerzo, la experiencia, el aprendizaje continuo, la empatía llevada a un oficio, la vocación. Ella decidió ser enfermera y darlo todo. Por ella y por los demás. Así que acabó sus estudios en la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Cádiz en 2007, cogió la bata y se puso manos a la obra. «He tenido la suerte, la oportunidad de desempeñar mi carrera profesional en Cádiz, la ciudad donde nací y resido», cuenta convencida de su decisión ahora trece años después de haberla tomado. «Pero es verdad que lo hice sabiendo que tanto mis posibilidades económicas como las profesionales iban a estar mas limitadas que la de otros compañeros que optaron por irse a otros países o comunidades autónomas, donde iban a encontrar otras condiciones».

Lucía Sánchez.

Desde entonces hace años que trabaja en la sanidad pública. Actualmente en quirófano del Puerta del Mar, donde, aunque no exactamente en primera línea (quiere dejarlo claro) sí esta viviendo de cerca el azote de la pandemia. «Está siendo muy duro. Todos mis compañeros lo están dando todo. Es impresionante la labor tan difícil que se está haciendo».

Y debido también a esta situación excepcional, ha podido enlazar estos meses contratos más largos e incluso compaginar con centros privados para ir sumando una mayor experiencia. «Pienso que esta pandemia está poniendo en evidencia lo que llevamos años pidiendo en nuestra profesión: la importancia de especializarnos, sobre todo en servicios como UCI, atención primaria, urgencias, o en otras plantas... pero en definitiva de lo que se habla, de lo que hablamos, es de poder dar un buen servicio. Se trata de salvar vidas».

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