Obituario

Muere Adolfo, conde de Príes, a los 97 años de edad

Príes y Bertrán estaba muy vinculado a Cádiz gracias a su matrimonio con María Luisa Fernanda Picardo Carranza, que fallecía hace año y medio

Adolfo Príes y Bertrán, conde de Príes. L. V.

LA VOZ

Adolfo Príes y Bertrán fallecía en la madrugada del pasado miércoles 5 de agosto a los 97 años de edad. El Conde de Príes, una persona muy vinculada a Cádiz, se marchaba de este mundo en paz y tranquilidad, una muerte natural que fue el epílogo y que ha provocado una profunda conmoción por la lucidez que seguía mostrando en sus últimas horas.

Pese a sus orígenes catalanes (nació en el paseo de Gracia de Barcelona el 14 de febrero de 1923), Príes ha permanecido más de media vida en esta tierra, atraído por la luz, tan inspiradora para sus pinturas, y sobre todo por su matrimonio con María Luisa Fernanda Picardo Carranza , propietaria del palacio de Mora. Toti, como así se hacía llamar, fallecía un año y medio antes. Tanto el sepelio como el entierro tendrán lugar en la más absoluta discrección, una característica que ha marcado su vida.

El arquitecto José María Esteban , en nombre de su familia, ha escrito el siguiente obituario:

«Aún conmocionados por la noticia que nos avanzó su hija, pocas horas después de estar con él, no comprendemos cómo esta vida nos trata, y cómo nos separa del cariño de personas tan queridas y tan súbitamente. Es éste un verano asolador.

A pesar de su avanzada edad, Don Adolfo Príes y Bertrán había cumplido 97 años casi en el inicio de esta rara época del virus, rebozaba una salud envidiable, una inteligencia mental y excelente locuacidad que no tenían parangón. Una memoria privilegiada, hacía que los encuentros fueran enormemente disfrutables y sus charlas se hacían muy agradables y sinceras. Posiblemente, la personalidad de su esposa, nuestra añorada y querida María Luisa Fernanda Picardo Carranza , que le antecedió en su despedida tan solo hace un año y casi seis meses, muy breve tiempo, fuera tan atrayente que lo haya llamado consigo tan pronto.

Queremos destacar, no solo lo que ya se escribió sobre el en una magnifica semblanza de Ignacio Casas el 25 de septiembre de 2011 en LA VOZ, sino el cariño que le ha llevado a residir sus jornadas de estío y su fiel cita anual en esta ciudad , a la que tanto quería, tanto como a su luz, que iluminaba potentemente sus cuadros. Él, que podría elegir un emplazamiento envidiable en Sitges, por su estirpe catalana, decidió siempre estar junto a su mujer aquí en su Cádiz, y con ello llenar de elegancia y de educado saber estar esta ciudad. Aquí quiso descansar.

Adiós a nuestro queridísimo Adolfo, Conde de Pries, título que no solía usar por su discreta personalidad , y con nuestro sincero pésame a toda la amplia familia, recordar su cordialidad, su generosidad para esta ciudad, su talante universal como viajero universal, y sobre todo amable cuidador de sus amigos, como ya no se estila hoy.

Que la tierra también te sea leve a ti; que encuentres a Toti tan guapa como siempre fue , y que ambos sigáis paseando los limbos de la Alameda y el Parque Genovés, con ese aire que ya nadie entendería, de enorme respeto por la ciudad, por lo discreto y por lo querido. Os queríamos y os recordaremos siempre.

Familia Esteban Riba».

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