SUCESOS

El menor superviviente de la patera del Palmar viajó con su hermano y lo vio morir

El joven de 17 años sigue recuperándose de la hipotermia severa y la desnutrición que sufrió durante el trayecto

MARÍA ALMAGRO

El drama de la inmigración ilegal del Estrecho está dejando atrás demasiadas familias rotas. Padres que un día se despidieron de sus hijos (si es que se lo contaron) y que ya jamás volverán a verlos con vida. El último naufragio fatal ocurrido frente a las costas de Cádiz vuelve a ser una muestra evidente de esta tragedia, con detalles aún más sórdidos si cabe como que muera tu propio hermano ante tus ojos y no puedas hacer nada para evitarlo. Y esto justo fue lo que le ocurrió al único superviviente de la patera aparecida en el Palmar, un chico de 17 años, que, según ha podido saber este periódico, ha declarado que vio como moría su ser querido. Viajaba con él y con otras ocho personas en la neumática endeble que les proporcionaron. Todos fallecieron vencidos por el hambre, la sed y el frío.

Este adolescente, único superviviente, continúa hospitalizado en el Clínico de Puerto Real tratándose de la desnutrición y de la hipotermia grave que sufre. Según ha relatado eran tres los guineanos. Él mismo, su hermano y un amigo de ambos. Dos años antes había dejado atrás su pueblo. Marchó con su familiar hacia la costa de Marruecos. Habían pagado 700 euros por cabeza por ir en un barco de motor pero les engañaron y les obligaron a subirse en uno de plástico con remos.

Moussa, que así se llama este chico, fue desde Guinea a Argelia. Y en este último país estuvo trabajando junto a su hermano para ahorrar entre los dos los 1.400 euros que les iba a costar la travesía. Contactaron con un compatriota que vivía en Tánger y éste les contó todo lo que tenían que hacer. Cuando llegaron a la ciudad marroquí estuvieron unas dos semanas esperando poder embarcar. Llegado el día y tras llevarlos a una pequeña playa de la que partieron se encontraron que las seis personas que les iban a acompañar ya eran diez y que el barco con motor era una lancha tipo ‘toy’. Además de ellos dos, se embarcó otro amigo suyo, cinco hombres de Mali, otro de Camerún y la mujer de Costa de Marfil, que podría ser la persona de unos 30 años cuyo cadáver se encontró este pasado martes en la orilla de la playa del Palmar.

A partir de ahí, como ya hemos contado, todo fue una pesadilla. Varios días sorteando las bravas aguas del Estrecho con la frágil ayuda de unos remos y en una barca atestada de gente que podía volcar en cualquier momento. La desnutrición que sufrieron y el temporal con lluvia y viento fue hiriéndolos de muerte. Según ha relatado este menor iban falleciendo a bordo, otros caían y al no tener ya fuerzas no podían volver a subir a la barca. Así durante todo el trayecto, a merced de las fuertes corrientes.

La Guardia Civil continúa la búsqueda de más cuerpos sin vida para devolvérselos a sus familiares. Además se ha iniciado una investigación con el fin de dar con los responsables del terrible engaño. Uno más en esta espiral de tragedia y muerte.

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