CRÓNICA

Así fueron los registros y las detenciones de la banda de aluniceros

Decenas de agentes de la Guardia Civil participan en la desarticulación de una red que saqueaba tiendas en Cádiz y Sevilla. Así fue el operativo

FOTOS: A. VÁZQUEZ / VÍDEO: MARÍA ALMAGRO

MARÍA ALMAGRO

«¡Vamos al lío!». Pasan minutos de las cinco de la madrugada y la Comandancia de la Guardia Civil en Montequinto se convierte en punto estratégico de una mañana que se presume larga. Alrededor de un centenar de agentes de Sevilla y Cádiz se preparan para poner en marcha un importante operativo en diferentes puntos de la capital hispalense . La decena de furgones de los GRS y la USECIC dan cuentan del control y la precaución con la que hay que actuar. El objetivo: una banda de ladrones que llevan dos meses reventando comercios y robando coches para los asaltos sin parar. Por delante quedan seis registros y una lista de nombres a los que engrilletar. El destino: la barriada de Los Pajaritos y otras zonas próximas. Poco más se sabe. Aquí ya no hay que hablar demasiado. El trabajo está hecho, ahora toca ejecutarlo.

Reunión del operativo en Montequinto. A. VÁZQUEZ

Pasan los minutos en el cuartel y cuando todavía queda más de una hora para que amanezca, los agentes acuden al ‘briefing’. El capitán toma la palabra y da algunas instrucciones ya en común. Se encuadran los equipos que actuarán. Cada uno de ellos cuenta con la ayuda del 'sherpa', el guardia civil del equipo de policía judicial que les guiará hasta el objetivo y que ha formado parte de la investigación. Ellos tienen toda la información, fundamental para que no haya errores .

Pero tampoco se puede perder de vista al tiempo. «Cumplir con el horario es importantísimo cuando actuamos. Un retraso te puede costar que la cosa salga mal», cuenta uno de estos hombres parapetado ya tras su casco y escudo, dispuesto para entrar a un registro. Y ya con los secretarios judiciales a bordo, el operativo se pone en marcha.

En fila india y cumpliendo exactamente el protocolo de actuación, los GRS se acercan al domicilio señalado . En la oscuridad, completamente equipados y en absoluto silencio se posicionan para entrar. Atentos a las indicaciones del jefe y acción. Suena el impacto del ariete en la puerta. Golpes secos y rápidos. «¡Guardia Civil, Guardia Civil!», entran sin dudas. La seguridad en sus movimientos tiene que ser exacta. Las imprecisiones se pueden pagar caras aquí.

Al otro lado, una nueva historia. Alguien que se ha metido en líos y que ahora tendrá que responder ante la justicia por ellos. Para los agentes, un nuevo trabajo y otro objetivo conseguido .

MÁS INFORMACIÓN: CAE LA BANDA QUE SAQUEBAN TIENDAS EN CÁDIZ Y SEVILLA

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