Fidel Chano, uno de los protagonista de 'Er Chele Vara'.

COAC 2019

Calixto se apunta a la Revuelta: «Si Juan Carlos (Aragón) saca un romancero, también gana un primer premio»

El Fidel Chano reconoce que en la chirigota va más tranquilo al sentirse arropado por el grupo aunque el público del romancero es más agradecido

Por  23:13 h.

Fidel Chano. Comandante en Jefe de la chirigota chelevariana. Revolucionario gaditano y figura clave en la Revuelta irónica que este Concurso ha traído Juan Carlos Aragón con el sello de su fábrica más desvergonzada. Tras las barbas del ‘alter ego’ de Castro se esconde una persona tímida y silenciosa. Cualquiera lo pensaría tratándose de Calixto, uno de los romanceros más reconocidos del Carnaval de Cádiz. Pero precisamente se trata de eso, de Carnaval.

 

En sorprendemos a estos chirigoteros horas antes de su mitin. Se estrenan como grupo pero la veteranía de todos sus componentes aporta una dosis de “tranquilidad”. En un aparte Calixto, que 24 años después de aquellos ‘Tintos de verano’ aparte el verbo y el cartelón para regresar con su amigo Juan Carlos Aragón. “Lo conozco desde los seis años, estudiamos juntos en Salesianos también coincidiendo en alguna ocasión con Martínez Ares, y me propuso esta idea. Yo no quería porque no quería empañar su nombre y temía no tener la voz en condiciones para participar, pero o entrábamos mi hermano Joaquín o nada. Así que acepté, y no me arrepiento”.

 

Antes de saltar a las tablas, expone sus sensaciones de cara a las semifinales. “En el romancero hay más miedo a fallar porque vas sólo o con alguien de compañía. Cualquier fallo en la letra se percibe, la equivocación es mucho más palmaria. Aquí el grupo te hace estar más arropado. Pero en cambio, el público de romaneros es bastante más agradecido”.

 

El recuerdo del romancero de Juan Carlos Aragón

 

Calixto es gamberro en Carnestolendas pero disciplinado todos esos meses antes. “Y ensayar la chirigota es mucho más complejo porque hay que sincronizar a doce personas además de la orquesta. Y muchas partes van a contratiempo”. Fidel Chano se queda “con el romancero y con la chirigota que escriba Juan Carlos” por encima de todo lo demás. “Aragón ya me escribió dos años después de ‘Los tintos de verano’ un romancero espectacular: ‘Diccionario enciclopédico carnavalesco, de la A a la Z’. A ver si encuentro las letras. Puedo asegurar que si hiciera un romancero también se llevaba el primero, sin despeinarse”.

 

Insiste en su timidez, pese a ocupar un lugar central con el personaje al que representa. “Son personajes con una carga muy reconocible, iconos de la cultura pop, y eso que yo quería ir detrás en la chirigota. Pero Juan Carlos quería aprovechar mi bagaje en romanceros“. Lo asume con resignación. “También soy abogado y me pone incluso más nervioso entrar en un juicio. El cobarde muere mil veces antes de morir  y yo muero 10.000. Pero cuando abre el telón, voy hacia adelante. Más ahora, pues tengo la confianza debido al trabajo que ha habido detrás y aunque el error es cosustancial al ser humano, el riesgo es menor”.

 

El éxito de ‘Er Chele Vara’ es “que su estilo es muy reconocible y se echaba de menos. Una callejera que ha llegado al teatro, con menos vergüenza a la hora de hacer cosas, y con la valentía de su autor, que no se echa atrás”. Porque Calixto entiende que “el talento de Juan Carlos Aragón es la chirigota, sin desmerecer a la comparsa. Es una persona callada que cuando habla da el golpe. Una cosa es la persona y otra el personaje, si bien se le puede reconocer en sus obras porque dice su verdad”.

 

La diferencia entre aquellos Tintos y estos chelevarianos es evidente, especialmente en la presión, “porque él se hizo un nombre en todos estos años. Pero ha insistido en muchos detalles, como por ejemplo el tipo, para que mantuviera el espíritu de esas chirigotas. Canallesca, gamberra, que ofenda...”. A juicio de la crítica, lo ha conseguido.