ENTREVISTA

«El 'aquí no pasa nada' es la peor leyenda urbana que puede existir entre los policías»

El agente linense retirado e instructor de tiro, Ernesto Pérez Vera, presenta 'Policías, muerte en la calle', su segundo libro basado en enfrentamientos armados reales

El policía de La Línea retirado, ponente e instructor de tiro, Ernesto Pérez Vera, presenta nuevo libro. FRANCIS JIMÉNEZ

María Almagro

«Ruego respeto, estimado lector. Tiene usted en sus manos la radiografía biográfica de los peores cinco segundos de un puñado de policías que estuvieron a punto de perecer por obra y desgracia de malvados congéneres». Un mensaje directo. Como es él. Así presenta Ernesto Pérez Vera su nuevo libro 'Policías, muerte en la calle. Anatomía de un tiroteo' , una intensa y trabajada compilación de historias reales que continúa en la senda de su primer ensayo 'En la línea de fuego', obra que sigue siendo todo un éxito.

Este policía linense, ahora retirado, sabe bien de lo que habla. Él mismo lo vivió y lo sobrevivió . Tuvo a centímetros la muerte cuando siendo agente en su ciudad natal un individuo al que iba a identificar lo arrastró con su coche varios metros aplastándolo contra otros vehículos y dejando su piel, su sangre y su oficio derramado sobre el asfalto. Por las graves secuelas físicas que le produjo ese atentado, tuvo que guardar a la fuerza su uniforme, pero nunca dejó atrás las ganas de seguir en la lucha . Ahora, tras años de recuperación, Ernesto se vuelca en sus publicaciones, en impartir ponencias por todo el país y también, en sus facultades como experto instructor de tiro para mostrar a sus compañeros policías qué ocurre y qué puedes hacer cuando piensas que ya no hay salida.

«Este libro ofrece nuevos episodios de policías que sobrevivieron al tú o yo pero sobre todo, da un grado extra de realidad porque el noventa por ciento de estos casos se dieron cuando 'En la línea de fuego' estaba ya en la calle. Nos siguen apuñalando o tiroteando a policías, o lo intentan», cuenta.

Sin embargo en esta ocasión la estructura de la narrativa ha cambiado. Esta vez es solo Pérez Vera quien lo firma y además las opiniones técnicas y psicológicas las da a la vez que va narrando el suceso. «Es más elástico, menos rígido, por lo que es más fácil que el mensaje divulgativo llegue». Además se acompaña también de una serie de artículos sobre los asuntos tratados que completan más aún todos los relatos.

Y para crear de nuevo su obra, el agente linense ha conseguido contar con la «confianza y generosidad» de más de veinte entrevistados , pertenecientes a diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que han querido compartir con él y, en definitiva con todos, sus recuerdos marcados por el sudor frío y el miedo cuando, por vicisitudes de su oficio, se vieron ante uno o varios individuos armados que, sencillamente, querían matarlos. Daba igual si en frente tuvieron una escopeta, una pistola, un cuchillo, un destornillador... querían matarlos. «Narro qué ocurrió, qué sintieron, qué hicieron o qué no hicieron en esos largos segundos que se hacen tan eternos».

La formación desinformada

Conversados, mascullados y analizados estos casos, las conclusiones son bastante similares a las que dejó sobre la mesa 'En la línea de fuego'. Como por ejemplo una de las mayores y más incómodas batallas que siempre lleva como bandera Pérez Vera: la formación (la verdadera, la real) que tienen los agentes para poder salir vivos de situaciones tan críticas como las que se cuentan. «En las galerías de tiro se les entrena para reaccionar de un modo que difiere completamente de cómo reacciona nuestro cuerpo ante la posibilidad de morir. La respuesta más frecuente dada por los protagonistas del libro era 'yo no estaba preparado para esto' , 'no me lo habían enseñado'. Cuando todos te dicen eso, es que algo está fallando en los procesos de formación y eso es muy serio».

Parece que poco ha cambiado. Y los avances que ha habido han venido motivados porque «ya sí se está hablando de este tema, ya se está contando la verdad y esa es la mejor medicina para empezar a cambiar algo». En ello ha tenido que ver mucho el propio Pérez Vera quien con sus libros y sus intervenciones públicas ha puesto voz a un silencio que llevaba tiempo gritándose a voces.

«El policía tiene que saber que el miedo y las reacciones que eso le va a provocar son algo normal, como perder por ejemplo lucidez o movilidad, y por tanto sus entrenamientos tienen que estar adaptados a eso», asegura el autor. «No me vale que un hombre que trabaja más con una pistola, haga más entrenamiento con armas largas que con pistola porque es más 'guay'. Es imprescindible que el aprendizaje esté adaptado a su situación y a ataques verídicos».

Pero además, a juicio del agente hay otro componente fundamental que si no existe todo este plan no sirve para absolutamente nada. Y es la predisposición que deben de tener esos policías de aprender. «Hay una especie que yo les llamo los 'esquerosos', voluntarios buscadores de excusas para no saber y, por tanto, tener una futura justificación por su inacción. Es que no sabía, es que no podía, es que me vino...» El interés. Las ganas . «Si el que recibe esa enseñanza no quiere recibirla, de nada vale». «Hay mucho desinterés por parte de los policías de aprender. El 'aquí no pasa nada', 'a mí nunca me va a pasar' es la leyenda urbana más peligrosa que existe en la comunidad policial. Y la verdad solo es una. Puede ocurrirte y, encima... cuando menos te lo esperas».

En Cádiz ocurre

Porque este tipo de «episodios de pólvora» sí se dan. En Cádiz también. Sin ir más lejos, en este último año, aquí en la provincia ha habido unos cuantos. Como cuando en El Puerto un hombre fuera de sí salió de una casa armado con dos cuchillos hacia los agentes ; o en Algeciras, con unos narcos que atrincherados dispararon a los funcionarios desde una ‘guardería’ de hachís, o en Jerez, donde aconteció otro cara a cara contra un delincuente que se les abalanzó con otra imponente arma blanca de grandes dimensiones.

«El peligro está donde está el cuerpo. La gente suele pensar que solo pasa en las puertas de bancos y joyerías de grandes ciudades... pero cada vez más las situaciones que requieren del uso del arma contra otra persona se producen en situaciones de los más cotidianas como por ejemplo los servicios relacionados con violencia de género o la mera identificación de un individuo sospechoso».

Pero en estos 'tú o yo' se abre otra brecha: la judicial y el miedo de los que no se quieren ver sometidos a la temida pena de banquillo . El «dolor de cabeza». Sin embargo, llegado el momento, Pérez Vera insiste en que «la inmensísima mayoría de las veces que un policía se defiende hiriendo o matando resulta exonerado, bien porque se archiva la causa o porque es absuelto cuando llega a juicio. Y además, en gran parte de estos casos la acusación no llega por parte del Ministerio Público, sino por particulares, lo que ya dice mucho».

En definitiva, 'Policías, muerte en la calle', un libro donde Ernesto Pérez Vera habla más de vida que de muerte porque, sencillamente, es el sentido de su propósito, y donde además vuelve a no esconderse detrás de justificaciones o de lamentos para «mostrar lo que de verdad pasa en la calle, lo que puede pasar y lo que, por tanto, se debe de enseñar y aprender». De nuevo, un libro, cargado de realidad y pólvora y, ante todo, de muchas intenciones.

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