Coronavirus Cádiz

31 años, vida sana e ingresada por coronavirus: «Me han quedado secuelas; nadie está libre de esto»

Tania, una joven sanitaria de la provincia de Cádiz, relata cómo se vio sorprendida por los duros efectos del Covid-19 pese a vivirlo muy de cerca en su día a día

Una enfermera atiende a una paciente de coronavirus en una habitación de la UCI, en una imagen de archivo. E. P.

Fran M. Galbarro

La mayoría de las personas que sufren síntomas graves al contagiarse de coronavirus son mayores de 65 años . Es la población de edad con mayor riesgo, tal y como muestran las estadísticas desde el inicio de la pandemia. Además, en los últimos meses varios estudios han señalado que los hombres tienen una mayor tasa de mortalidad que las mujeres.

Sin embargo, con el paso de los meses los investigadores dan luz a otros posibles efectos de la enfermedad. Esta misma semana, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y los colectivos de afectados LONG COVID ACTS han publicado la primera encuesta realizada con pacientes con Covid persistente enfermos cuyos síntomas perduran tras dar negativo –, que se llevó a cabo entre el 13 de julio y el 14 de octubre de este año.

Una de sus principales conclusiones deja de lado el perfil de hombre de avanzada edad que hasta ahora había sido puesto en el foco: son las mujeres jóvenes las que experimentan mayores secuelas a medio plazo en esta enfermedad . Y es que nadie esta libre del Covid-19, como muestran las numerosas historias de jóvenes gravemente enfermos que los medios de comunicación han publicado durante los últimos meses.

La de Tania, de 31 años y natural de Ubrique , es una de ellas. Durante los últimos meses ha vivido desde cerca y a diario las consecuencias que el coronavirus puede acarrear en un paciente, ya que trabaja como enfermera en la planta de Covid-19 de un hospital de la provincia de Cádiz.

Sin embargo, cuando sufrió los síntomas más duros tras dar positivo, hasta ella se vio sorprendida por los efectos del Covid-19. Tania no tiene patologías previas, no fuma, lleva una dieta saludable («apenas como precocinados», asegura) y hace deporte (crossfit) con regularidad.

«Lo recuerdo y se me ponen los vellos de punta; creía que me ahogaba en mi casa, que me moría»

«Cuando dí positivo en coronavirus pensé que no iba a tener graves problemas de salud , que no iba a pasar nada. Pero nadie está libre de esto», advierte esta sanitaria. Los primeros grados de fiebre y la pérdida de apetito y fuerza derivaron en una especie de ansiedad, en falta de aire: «Tenía que dormir incorporada para poder respirar».

Interior de un hospital Archivo E. P.

«Lo pienso y se me ponen los vellos de punta. Creía que me ahogaba en mi casa, que me moría . Me aislé porque conocía protocolo, pero los días pasaban y la sensación de tu cuerpo va a peor. No quería comer, sólo dormir, pero empecé a notar que me ahogaba. Me empecé a asustar. Al final me di cuenta de que por tener 30 años y ninguna patología no estaba libre de esto. Porque nadie está libre de esto», recuerda.

Tania acudió al hospital y tuvo que quedarse ingresada con una neumonía durante más de una semana . «Me planteé de verdad que no es una broma y que nos afecta a todos. Hay gente que es joven, y no tan joven, que aún no lo cree... hasta que lo ven y lo viven».

Secuelas

Ha pasado más de un mes desde que Tania recibió el alta hospitalaria tras superar el Covid-19, pero aún sufre las secuelas. Las primeras semanas siguió con corticoides desde casa y apenas podía caminar por el cansancio, dolor de cabeza y falta de aire. Incluso perdió pelo en esos días. Desde entocnes no ha vuelto a hacer deporte y pesa cinco kilos menos. «Por no hablar de lo tocado que te deja psicológicamente tras 27 días en aislamiento. El que sea un poco débil de espíritu queda muy tocado», garantiza.

Tania se muestra afectada por la falta de concienciación de determinados grupos sociales, sobre todo de jóvenes, asegura, respecto a los efectos de la pandemia: «No sé cómo se lo toman a broma. No lo entiendo ni como sanitaria ni como persona. Hoy –el viernes– ha fallecido un hombre con apenas 50 años en nuestra planta. Nos afecta a todos: niños, adolescentes, jóvenes... Pero parece que hasta que no te llega algo cercano, que te fallezca un familiar, no se acepta. Todos deberíamos ver lo que está pasando en los hospitales».

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