SURF

Pioneros del surfing en Cádiz en la década de los 70-80

El Puerto de Cádiz jugó un papel importante para la llegada del surfing en la provincia

Lengüita Surf, fundada por Pedro Berenguer, es la marca pionera en Cádiz. L.V.

ANA CRISTINA RUIZ

El agua salada corre por las venas de los gaditanos . La posición del mar rodeando toda la ciudad provoca que muchos sientan pasión por sus playas y el océano. Este contacto con el mar consigue que cada vez sean más los que se decanten por practicar deportes acuáticos, entre los cuales se encuentra el surf .

Este deporte, o estilo de vida como muchos le llaman, es una actividad emergente que cada vez cobra más importancia. De hecho, Cádiz se ha convertido en un reclamo turístico para iniciarse en esta disciplina. Hablando claro, el surf está de moda.

En los años 70 este deporte aún era desconocido en España de manera que muchos de los surfistas que comenzaron con esta práctica tuvieron que ingeniárselas para descubrir cómo hacerlo y, sobre todo, donde disfrutarlo. Por su posición estratégica, Cádiz fue una ciudad clave para la llegada de esta disciplina . A través del Puerto de Cádiz fueron llegando muchos surfistas australianos, ingleses y franceses que para ir a surfear a Canarias tenían que coger obligatoriamente el JJ Sister. Gracias a esto fueron dejando pinceladas en la ciudad de lo que significaba este deporte.

Guillermo Morillo, más conocido como Wilo, fue pionero en acercar el surf hacia el resto de curiosos por el surfing, no solo Cádiz, también en Andalucía. « Vi una revista americana que se llamaba Mecánica Popular en la que había un señor construyendo una tabla, de esas antiguas de tocho. Me di cuenta que eso servía y que la gente se subía en ella para coger olas así que me lancé con un trozo de tabla al agua» recuerda Wilo en una entrevista para Surfer Rule. La imagen de aquel reportaje se le quedó grabado en la cabeza y tanto fue así que estando con su novia sentado en La Casa Dorada (donde está el Ayuntamiento) vio a un hombre que vendía una tabla en su furgoneta Volkswagen T1 y la compró por 500 pesetas.

A sus 73 años presume de haber descubierto las playas vírgenes de la provincia como El Palmar, Roche o Yerbabuena en tiempos donde la masificación no existía. Pero no solo se conformaba con surfear las olas gaditanas, él junto a ‘Los Quillos de Cádiz’ ponían rumbo a Portugal o el norte de España con su Renault Gordini y seis personas dentro. Un coche en el que no solo cabían estos surfistas intrépidos, también sus tablas de surf.

Todo buen surfista necesita una tabla para coger la ola de su vida, así que fueron apareciendo los primeros shapers. En este caso, Pedro Berenguer fue pionero en fabricar tablas de surf en la provincia gaditana en el garaje de su casa. Su pasión por el mar fue heredada por su padre, un marinero de guerra que vivió toda su vida en Torregorda. «En 1979 llegó a San Fernando la película de ‘El Gran Miércoles’ y fui a verla porque todos me decían que el protagonista se parecía a mí. Había unas olas fantásticas, ¡cómo no se me había ocurrido antes! (Risas)» recuerda Berenguer.

Con un trozo de foam despegado de la parte trasera de un frigorífico y lleno de boquetes hacía las primeras tablas ; las cuales pesaban 12 kilos. Todo era probar y a medida que creaba una, iba mejorando en el sector. En una época donde el desconocimiento era tan grande este shaper tenía que viajar e ingeniárselas para que los que ya sabían le enseñase. Con más de 400 tablas de surf a sus espaldas sus hijos han heredado su pasión por el shaping y ahora continúan con el legado ‘Lengüita’ bajo la mirada de su padre.

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