Manuel Carrasco y el Carnaval coronan la gran noche del verano gaditano

Cádiz se desbordó. De alegría, de coplas, de música...pero también de gente. La coincidencia en la misma noche de dos de los grandes acontecimientos del verano gaditano desató el caos en las calles del casco histórico de Cádiz. Para lo bueno y para lo malo, la capital gaditana vivió una noche de locura.

«Hacía mucho tiempo que no se veía tanta gente por el centro en verano», afirmaba con sorpresa uno de los hosteleros que hizo su agosto en la noche de sábado. Las casi 13.000 personas que vinieron al concierto del cantante onubense Manuel Carrasco y los aficionados que se dieron cita para disfrutar del Carnaval de verano llenaron las cafeterías, los restaurantes, las heladerías y los almacenes de barrio.

Desde que terminó el espectáculo en el muelle de la ciudad, poco después de la medianoche, miles de personas salieron a la vez en busca de un lugar donde cenar y disfrutar de la noche gaditana.

A consecuencia de ello, los restaurantes colgaron el lleno en casi todo el casco histórico, mientras que otras muchas personas optaron por los ultramarinos y barracas para comprar algo de comer y de beber, y tomarlo en la calle. Encontrar una mesa libre era algo prácticamente imposible a esas horas de la noche e incluso muchos negocios agotaron las cervezas y los refrescos. La presencia de tanta gente en la calle, unido al sonido de las coplas, hizo pensar a muchos que se encontraban en pleno mes de febrero, en época de Carnaval.

Falta de aparcamiento

También vivió una buena y esperanzadora noche el sector de los taxistas, que desplegó casi toda la flota para la ocasión. De hecho, muchos se reservaron durante la noche del viernes, dejando las paradas casi vacías de vehículos, para estar operativos el sábado. Los servicios no pararon desde primera hora de la tarde hasta altas horas de la madrugada, cuando volvían a casa los más jartibles.

Pero Cádiz también vivió su lado amargo. El colapso de tráfico y la falta de plazas de aparcamiento para dar cabida a la enorme cantidad de vehículos que llegó ayer al casco histórico vuelven a convertirse en la principal lacra de una ciudad que aspira a vivir del turismo. La entrada por el segundo puente ocasionó un enorme atasco en la Avenida de Astilleros, tanto antes de que comenzase el concierto como a la hora de la salida.

A este problema del transporte privado, se le unió también el problema del transporte público. A la ida, los autobuses urbanos no daban abasto para tantos desplazamientos y los vehículos pasaban sin parar en todas las paradas. Además, la frecuencia, a consecuencia de los atascos, era demasiado lenta. Al regreso tampoco se consiguió dar respuesta a los viajeros, ya que a la hora a la que terminó el espectáculo, ya no funcionaban la mayoría de las líneas, por lo que casi todos tuvieron que volver en la Línea 1. En la Plaza de España, por ejemplo, se formaron colas de hasta una hora para poder montarse en el autobús.

En lo que respecta a las zonas de estacionamiento, también se llenaron. El cartel de completo colgaba en todos los aparcamientos del casco histórico y fueron muchos los conductores que optaron por la vuelta a casa ante la imposibilidad de dejar el coche.

Sin embargo, lo bueno y lo malo, era envidiado ayer por los hosteleros del Paseo Marítimo de la ciudad, que también tendrán su noche grande el próximo 12 de agosto. Por primera vez, las tradicionales barbacoas del Trofeo Carranza serán sustituidas por diferentes actos, entre ellos, la primera Batalla de Coplas del Trofeo, así como varios conciertos de música.

Las agrupaciones finalistas del pasado Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz se repartirán por todo el Paseo Marítimo para ir actuando sobre los escenarios que estarán instalados para la ocasión. En esta ocasión, los grupos contarán con megafonía para que sus coplas puedan llegar a todo el público que se congregará con motivo de esta celebración. Sin duda, una de las grandes apuestas del Carnaval de Cádiz para esta edición.