TRIBUNALES

El dueño de la granja que vendió los huevos al Grimaldi, investigado

El juez lo llama a declarar por si hubiera sido responsable de los delitos de homicidio imprudente, lesiones y contra la salud pública por la intoxicación de más un centenar de personas y el fallecimiento de un joven

M. ALMAGRO

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Cádiz continúa con la instrucción de la causa abierta por la intoxicación masiva durante el Carnaval de 2016 por salmonela en el bar Grimaldi de Cádiz que causó la muerte de un joven y el contagio de más de un centenar de personas . El juez ha citado a declarar como investigado al dueño de la granja que vendió los huevos a dicho establecimiento por si tuvo responsabilidad en dicho contagio. Le investiga por los delitos de homicidio imprudente, lesiones y contra la salud pública.

Esta decisión se ha tomado después de que un informe de la Sección Alimentaria de la Consejería de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Junta de Andalucía concluyera tras realizar varios análisis de las partidas que el propietario de la granja no realizó los autocontroles de salmonela que tiene que hacer a las gallinas cuando estas pertenecen en la explotación de 22 a 26 semanas. El dueño de la explotación tendrá que declarar el próximo 17 de diciembre. Antes lo harán todos los hosteleros y comerciantes que también recibieron huevos de esa granja durante la fecha de los hechos. En total serán interrogados como testigos en este caso una decena de personas.

El juez entiende que pudo existir por parte del propietario una negligencia al no cumplir con dicho autocontrol antes de vender esa mercancía. Sin embargo, ello no significa que esta supuesta irregularidad fuera la causa única o definitiva del contagio, ya que se tendrá que volver a analizar si la posterior manipulación o el cocinado de las tortillas que provocaron el brote tuvo también alguna relación.

El Juzgado de Instrucción número dos abrió la investigación tras conocerse el gran número de personas que habían resultado afectadas tanto de Andalucía (Cádiz, Sevilla, Málaga, Granada y Jaén) como del resto de España. Sólo la Unión de Consumidores, personados en la causa, representa a más de una veintena de ellos.

Según la delegación de Salud, la pésima manipulación y conservación del producto fue el motivo de este brote masivo. Como explicó entonces el responsable del área en una rueda de prensa, la tortilla estaba «altamente contaminada por su manipulación e higiene». Las pruebas también revelaron que dos de los manipuladores del establecimiento eran portadores de ‘Salmonela Enteritidis’, que es la misma cepa bacteriana que se encontró en las heces de todos los pacientes. El delegado precisó que «eran portadores, no estaban contagiados», con lo que, según sus análisis, fue una incorrecta elaboración del producto la que terminó por desencadenar ese elevado contagio.

Por su parte, el propietario del establecimiento explicaba con motivo de la reapertura del bar, permitida tras cumplir con todos los controles y requisitos establecidos por Salud, que todo tuvo que tratarse de un «error» porque siempre habían mantenido de manera escrupulosa las condiciones higiénicas en su negocio y habían pasado las inspecciones.

La investigación judicial que se está siguiendo pondrá algo más de luz a este caso que causó una gran alarma social.

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