SUCESOS EN CÁDIZ

Detenido un acosador que molestaba a las mujeres en el centro de Cádiz

Tras recibir numerosas quejas, la Policía la arresta por resistencia a la autoridad a la espera de que se interpongan las denuncias en Comisaría

Es un joven de nacionalidad italiana con problemas psiquiátricos

La imagen del detenido, denunciado en redes sociales. LA VOZ

J. M. A.

La denuncia saltaba en las redes sociales. Una gaditana relataba su experiencia en los últimos días con un supuesto acosador que le había asaltado en varias ocasiones en la zona del centro, cerca de la Cruz Verde. Según comentaba, le molestaba continuamente con gestos obscenos, provocando incomodidad y miedo. Incluso le grabó y fotografió para tener pruebas y compartirlo.

Pronto encontraba el apoyo en ese mismo espacio virtual de mujeres que contaban el mismo problema. No era la única. Todas esas quejas llegaban a la Policía Nacional , a través del teléfono 091, y ayer miércoles lo detenía por un delito de desobediencia y resistencia a agente de la autoridad. Le ordenaron que se cambiara de lugar y dejara de molestar, pero no hizo caso y por ello ha pasado la noche en el calabozo. Debido a que no hay denuncia interpuesta contra este puesto acosador, es posible que salga en las próximas horas.

El arrestado es un joven de nacionalidad italiana de 22 años de edad con un trastorno de salud mental y al que le consta una denuncia anterior por exhibicionismo. Ha estado varios días por la ciudad de Cádiz molestando a mujeres tanto del comercio como a viandantes

Las mujeres que han sido víctimas de este acoso tienen previsto acudir hoy jueves a Comisaría para poner la correspondiente denuncia e incluso desde los colectivos feministas de Cádiz se ha organizado una movilización para hoy jueves a las 14 horas en el Palillero . También hay una campaña de recogida de firmas en change.org.

Denuncia al acosador en redes sociales

Estas son las palabras en redes sociales de la chica afectada que ha provocado la reacción tanto de las demas mujeres como de la Policía:

«Hace una semana iba andando por la zona de la Cruz Verde, estaba hablando por teléfono cuando sentí que una persona se caía sobre mí, por supuesto pensé que se había tropezado, pero volvió inclinarse hacia mí, y yo me puse nerviosa, le miré la cara y vi una mirada muy extraña en él, lo aparté, caminé deprisa y huí.

Ésto queda en mi mente como una anécdota más de tantas con hombres extraños al ir por la calle.

Pero ayer, un poco más adelante de la Cruz Verde , exactamente a la altura del supermercado Día de detrás del Mercado de Abastos, de la misma manera, yo caminando y hablando por teléfono, se me tira una persona encima y me caigo sobre la pared con él encima mía. Lo miro y comienza a reír, yo empiezo a insultarlo, nadie se inmuta, nadie me ayuda, él sigue con su juego haciéndome gestos con la mano y la lengua (en plan chúpame la polla), yo temblando entro en el supermercado, miro alrededor y nadie dice nada. Para regresar a casa doy dos vueltas a la manzana porque no quiero que vea donde vivo. Tengo miedo, ahora no sé si contarlo, no quiero que piensen que exagero, no quiero problemas, tengo mucho trabajo que hacer, mejor me olvido de todo y ya está.

Antes de ir a trabajar decido mandar un mensaje a mis compañeras del colectivo , necesitaba un poco de calor. Me dicen que denuncie, pero no estoy preparada para eso. Me preguntan si he hecho fotos, cosa que en ese momento no se me pasa por la cabeza en tal estado de nervios.

Sigo mi jornada laboral.

Pero de regreso a casa, sobre las 00.15 de la noche , acompañada por mi compañera de trabajo y su amigo (bajando la Calle San José a la altura del Oratorio) vemos a un chico de frente a nosotros, subiendo la calle, y él en cuanto me ve empieza a reírse y a decirme palabras que yo no entendía, me reconoció al instante, mi compañera me pregunta '¿qué le pasa a ese Sandra?', y yo saco el móvil, y empiezo a grabarlo , él se queda dado la vuelta mirándome y riéndose hasta que conseguimos perderlo de vista, les pido que me acompañen hasta mi casa, aguanto bien la compostura, y mi compañera me dice, "desde que nos ha visto he notado que te miraba y te hacía cosas con la cara".

Si ya nacemos con el miedo a ir solas por la calle, yo ahora tengo más.

Solo pido difusión.

Y siendo honesta, por quién más miedo tengo no es por mí, es por esas niñas que entran en la edad de andar solas por las calles , no paro de pensar en que coja a alguna pobre indefensa y la acorrale en cualquier portal».

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