Tribuna

La democracia secuestrada

Tribuna de Juancho Ortiz, presidente del Grupo Municipal Popular del Ayuntamiento de Cádiz

Kichi preside un Pleno ordinario. A. Vázquez

Juancho Ortiz

No son pocas las veces que el Equipo de Gobierno, a través del alcalde y distintos concejales de esta izquierda radical (comunistas y antisistema) que gobierna el Ayuntamiento de Cádiz manifiesta que los acuerdos adoptados democráticamente por el Pleno -por los gaditanos- no les vinculan y que no lo van a cumplir.

Más allá de alegar cuestiones legales muy discutibles como excusa a su incumplimiento, lo cierto y verdad es que esta actitud esconde una voluntad de no cumplir con los mandatos adoptados por el órgano de máxima representación de la ciudad, pues ni siquiera hacen el paripé de iniciar el expediente administrativo para dar curso al acuerdo en sí. En otros casos, directamente vociferan que van a ignorarlo, como el acuerdo mayoritario que tomaron los gaditanos de mantener la fecha del Carnaval 2022. Del mismo modo ignoraron el acuerdo plenario de octubre de 2020 que supeditaba el cambio de nombre de las calles a la elaboración previa de una ordenanza que regulara dichos cambios.

¿Es esto una actitud democrática o autoritaria? No me atrevería yo a calificarla de fascista, aunque esté en el pensamiento de todos los que asistimos a diario a esta forma de gobernar; ese privilegio lo tiene el alcalde y su lugarteniente Demetrio Quirós, que son los que dan los carnets de fascistas, tal y como hicieron con nuestra compañera, Carmen Sánchez, en la Comisión Informativa de Nomenclátor. Carmen había pedido reiteradamente a ambos que intentaran consensuar con todos los grupos los nombres y ubicaciones de las calles de la ciudad que han cambiado. La respuesta fue esa: el insulto y las descalificaciones de quienes hacen gala a diario de antidemócratas y de -a pesar de sus intentos por ocultarlo - machistas convencidos.

Uno de los indicadores más citados por los medios para establecer la calidad democrática de los sistemas de gobierno es el Índice de Democracia (Democracy Index) que elabora The Economist Intelligence Unit. (EIU) desde 2006. A partir de una serie de indicadores, los países quedan clasificados según cuatro calidades que van desde la Democracia Plena hasta el Régimen Autoritario, pasando por Democracia Imperfecta (viciada, defectuosa) y Régimen Hibrido. Uno de esos indicadores para clasificar los sistemas es la calidad del funcionamiento del gobierno: categoría que mide la voluntad de los gobiernos para implementar las decisiones o propuestas. Si lo aplicáramos a este ayuntamiento gobernado por los anticapitalistas el resultado sería -como poco- que Cádiz disfruta de una Democracia Imperfecta.

Y ese es precisamente el sistema que rige desde 2015 en Cádiz. No solo estamos en una Democracia Imperfecta porque no exista voluntad de ejecutar las decisiones que toma el Pleno. Cuando escuchas al alcalde alardear de que no solo va a ignorar lo que decide el Pleno, sino que además va a tomar decisiones justo en el sentido contrario a los acuerdos que tomamos los gaditanos en esa asamblea, te das cuenta de que no es que la Democracia sea Imperfecta, es que está directamente secuestrada por un grupo de radicales.

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